Uno de cada siete u ocho hombres va a desarrollar cáncer de próstata a lo largo de su vida y, si bien detectado a tiempo es altamente curable, un alto porcentaje de pacientes llegan al diagnóstico en estadios avanzados y desarrollan enfermedad metastásica. Para ellos, la ciencia desarrolló una nueva generación de fármacos que mejora la supervivencia y calidad de vida.
La reciente aprobación en Argentina del lutecio 177 para el tratamiento del cáncer de próstata avanzado representa un avance en la medicina de precisión, ya que permite combinar diagnóstico y precisión terapéutica. Se trata de un tratamiento personalizado y dirigido que, además, suele ser más tolerable para los pacientes.
En diálogo con Infobae, Juan Pablo Sade, jefe de la Unidad de Tumores Genitourinarios en el Instituto Alexander Fleming y en el Hospital Austral, explicó: “Hace tiempo venimos trabajando con un nuevo tipo de sustancias que van a revolucionar toda la oncología, no solo el cáncer de próstata: son los radiofármacos”, afirmó el doctor Sade.
El lutecio 177-PSMA-617 surge como el primer radiofármaco dirigido (target) aprobado en el país para pacientes con cáncer de próstata resistente a la castración metastásico positivo para PSMA.
“Estamos frente a un cambio de paradigma, una nueva forma de tratar el cáncer de próstata con un novedoso mecanismo de acción”, señaló a Infobae el doctor Sade. La terapia de radioligandos, basada en este compuesto, se inscribe dentro de la medicina de precisión y la teragnosis, una estrategia que combina estudios de diagnóstico tumoral y tratamiento en un solo proceso.
Esta terapia de medicina de precisión combina diagnóstico y tratamiento personalizado, mejorando la supervivencia y calidad de vida (Imagen Ilustrativa Infobae)
Las cifras del cáncer de próstata
El cáncer de próstata es el tumor más diagnosticado en varones tanto en Argentina como a nivel global, y ocupa el tercer lugar en mortalidad después del cáncer de pulmón y el colorrectal. Aunque la incidencia disminuyó un 40% entre 2007 y 2014, desde entonces se observa un incremento anual del 3%.
La detección temprana continúa siendo el factor determinante para la curación, pero una proporción significativa de pacientes desarrolla enfermedad metastásica, lo que implica un desafío terapéutico considerable.
En estos casos, los tratamientos convencionales como la hormonoterapia y la quimioterapia suelen perder eficacia con el tiempo, lo que lleva a la necesidad de nuevas alternativas terapéuticas.
Lutecio 177: un “misil guiado” contra el cáncer
El desarrollo de radiofármacos abre nuevas posibilidades para tratar otros tipos de cáncer más allá del de próstata (Imagen Ilustrativa Infobae)
En las etapas avanzadas del cáncer de próstata, el tumor suele dejar de responder al tratamiento hormonal, que intenta bloquear la acción de la testosterona, una hormona que favorece el crecimiento canceroso. Cuando esto sucede, se produce lo que se llama cáncer de próstata resistente a la castración (CPRC).
El doctor Sade precisó que casi todos los pacientes en estadio avanzado llegan a este punto, donde el tumor continúa creciendo pese al bloqueo de la testosterona. Ante esta situación, el principal desafío es contar con tratamientos nuevos que ayuden a retrasar el avance, aumentar la supervivencia y controlar mejor la enfermedad.
El funcionamiento de esta nueva terapia aprobada en Argentina se apoya en la capacidad del lutecio 177 de actuar como un “misil guiado” contra las células tumorales.
Según explicó Sade a Infobae, el radiofármaco se administra por vía endovenosa y contiene una sustancia radiactiva unida a una molécula llamada PSMA, que dirige el lutecio directamente a las células cancerosas. “El lutecio se libera dentro de la célula tumoral, emite su radiación y ahí mata a la célula tumoral”, detalló el especialista.
El lutecio 177-PSMA-617 actúa como un ‘misil guiado’, atacando directamente las células tumorales resistentes a la castración (Freepik)
Por su parte, el doctor Gonzalo Taetti (MN 140.543) médico oncólogo de la unidad genitourinaria del CEMIC describió que “cuando se inyecta el radiofármaco y llega e ingresa a la célula, emite la radiación de forma interna que daña al ADN de la célula tumoral alterando su capacidad de replicación o desencadenando la muerte celular».
“El tratamiento se denomina teragnosis, porque es la combinación de un estudio diagnóstico, que es el famoso PET-PSMA, que es un tipo de PET que se realiza para esta enfermedad, y si ese PET-PSMA cumple los criterios que tiene que cumplir, el paciente es candidato a recibir este radiofármaco», completó Sade.
La teragnosis, concepto central en esta innovación, permite identificar mediante estudios por imágenes (como el PET-PSMA) la localización exacta de las células tumorales y, posteriormente, administrar la radiación de forma precisa. “Esta terapia nos permite ver y tratar la enfermedad, es lo que en medicina nuclear llamamos teragnosis”, explicó la doctora Isabel Hume, jefa de sección de terapia con radiofármacos del Hospital Italiano de Buenos Aires.
La misma molécula utilizada para el diagnóstico se emplea luego para el tratamiento, lo que posibilita un seguimiento personalizado y la adaptación del plan terapéutico en tiempo real.
Mayor adherencia y menos efectos secundarios
Los exámenes para detectar el cáncer de próstata en estadios tempranos consisten en la realización de un análisis de sangre para medir el Antígeno Prostático Específico (PSA) y en un examen digital a través del recto (Imagen Ilustrativa Infobae)
— Este tratamiento es de administración por vía endovenosa (inyectable) ¿genera menos efectos secundarios que la radioterapia convencional o la quimioterapia, que suelen afectar más tejido sano?
— Juan Pablo Sade: Así es. Este radiofármaco se ha comparado con una quimioterapia que aún utilizamos, llamada Cabazitaxel, y ha demostrado ser más efectivo y menos tóxico. Se trata de medicina de precisión: elegimos y tratamos a los pacientes según las características específicas de su enfermedad. Sin embargo, este tratamiento no está indicado para todos los pacientes con cáncer de próstata metastásico que ya recibieron hormonas y quimioterapia. Es necesario realizar un estudio específico, el PET-PSMA, y, según los resultados, podemos determinar si el paciente es candidato a recibir el radiofármaco.
— Escuchar sobre avances en oncología es muy alentador, pero el mayor desafío está en la prevención. Sabemos que, con un diagnóstico temprano, hay tratamientos eficaces y posibilidad de cura, sin embargo, muchas personas no realizan controles preventivos…
— Juan Pablo Sade: Coincido. Es un punto clave, sobre todo porque los hombres solemos ser menos proactivos en el tema de salud. Nos cuesta más ir al médico, consultar al urólogo o hacernos exámenes como el PSA o controles de próstata. En ese aspecto, deberíamos aprender de las mujeres, que son mucho más constantes con sus estudios ginecológicos y mamografías. Por otro lado, aunque actualmente usamos este tratamiento en estadios avanzados, en poco tiempo se empezará a emplear en etapas más tempranas. Creo que será aún más eficaz, menos tóxico y obtendremos mejores resultados cuando se utilice en fases iniciales de la enfermedad.
El target del nuevo tratamiento
La selección de pacientes para recibir el lutecio 177 requiere un proceso riguroso. Y surge en consenso entre el oncólogo, el urólogo y el médico nuclear. (Imagen Ilustrativa Infobae)
La selección de pacientes para recibir el lutecio 177 requiere un proceso riguroso. La doctora Silvina Racioppi, jefa de Medicina Nuclear del Instituto Alexander Fleming, explicó que la decisión se toma en consenso entre el oncólogo, el urólogo y el médico nuclear, tras analizar los criterios clínicos y realizar los estudios de imágenes necesarios.
El tratamiento se realiza de forma ambulatoria en servicios de medicina nuclear especializados.
Una vez confirmada la indicación, el paciente recibe la inyección y puede regresar a su domicilio el mismo día. El esquema estándar contempla hasta seis dosis, aunque puede personalizarse según la respuesta observada en los controles.
La aprobación y efectividad de este tratamiento se fundamentan en los hallazgos del estudio VISION, que analizó sus efectos en personas con cáncer de próstata metastásico resistente a la castración, previamente tratados con hormonoterapia y quimioterapia.
El desarrollo de la terapia con radioligandos no se limita al cáncer de próstata, ya existen aplicaciones en tumores neuroendocrinos y que se investigan nuevas moléculas para otros tipos de cáncer, como mama, vejiga, glioblastoma y melanoma.
Si bien en la actualidad este tratamiento está destinado a un perfil de paciente muy particular, las investigaciones avanzan hacia etapas más tempranas de la enfermedad.
Cuáles son los factores de riesgo del cáncer de próstata
El cáncer de próstata en sus etapas tempranas es completamente asintomático. Por eso es necesario hacerse los controles periódicos para encontrarlo en su etapa inicial (Imagen Ilustrativa Infobae)
El cáncer de próstata afecta principalmente a hombres mayores de 65 años, según datos del Ministerio de Salud de la Nación. Los principales factores de riesgo, como la edad y los antecedentes familiares, no son modificables.
Aunque algunos tumores pueden avanzar rápidamente y poner en riesgo la vida, la mayoría presenta un crecimiento lento y no genera mortalidad. Por eso, a partir de los 50 años, la consulta anual con el urólogo es una medida clave de prevención y debería convertirse en una práctica habitual, de modo similar al examen ginecológico en las mujeres.
El cáncer de próstata se origina cuando las células de la glándula prostática, exclusiva de los hombres y responsable de producir parte del líquido seminal, comienzan a crecer sin control.
En etapas iniciales, suele no presentar síntomas, pero en fases avanzadas pueden aparecer aumento en la frecuencia urinaria, flujo débil, urgencia al orinar, sangrado en la orina y dolor pélvico o lumbar.
La edad es el principal factor de riesgo, siendo poco frecuente en varones menores de 50 años y aumentando la probabilidad con el paso de los años. Los antecedentes familiares también influyen: cerca de un 10% de los casos tienen origen genético o hereditario.
Ante la aparición de síntomas, se recomienda consultar al médico, ya que el desarrollo de la enfermedad varía en cada persona y la decisión de realizar estudios debe adaptarse a los valores y preferencias individuales.