Nuevamente escuché la que para mí, es una de las mejores voces de la Salta actual. Se trata de la exquisita Mara Szachniuk acompañada instrumental, vocal y coreográficamente por: Bonilla, Torres, Mamaní, Flores, Menéndez, Granata, Goldstein y González Brie.
Salta, viernes 14 de noviembre de 2014. Casa de la Cultura. Mara Szachniuk (canto solista) Martín Bonilla (vibráfono) “Chinato” Torres (percusión) Diego Mamaní (guitarra y bajo) “Duende” Flores (bajo) Julio Menéndez (piano y voz) Romina Granata (violonchelo) Leo Goldstein (teclado y piano) Constanza González Brieu (danza).
Nuevamente escuché la que para mí, es una de las mejores voces de la Salta actual. Esta noche abordó una mayoría de temas con letra y música de ella misma, reconociendo fuertes raíces salteñas pero con líneas que vuelan por senderos y acentos contemporáneos. Seguramente al oyente tradicionalista le pedirá una actitud auditiva más exigente de lo común, lo cual no es bueno ni malo, simplemente es una realidad. Es como muchas cosas que te ponen en la disyuntiva “tómelo o déjelo”. Su afinación se va convirtiendo en algo que en el tiempo será una leyenda. El año pasado, precisamente para el mes de julio, mi comentario ya hablaba de su buen gusto, de su elegancia innata con la que trae lo autóctono a nuestros días. Se repitió.
Se trata de la exquisita Mara Szachniuk acompañada instrumental, vocal y coreográficamente por los nombrados en el epígrafe: Bonilla, Torres, Mamaní, Flores, Menéndez, Granata, Goldstein y González Brie. En una especulación intelectual, estoy convencido que en otro ámbito hubiera reemplazado su difícil apellido por uno más marquetinero, pero su conservación implica la segura personalidad de su dueña.
Comenzó con “Tonada de luna llena”, canción rara, casi folclórica en la que su canto me recordó a las páginas que entonaba la notable brasileña María Creuza. Siguió “Revueltos Pulmones” escrita junto a Diego Mamaní con quien escribió la mayoría de los números de esta noche. Pasó por la idea sobre los sueños del árbol: “Araioua”, los ritmos irregulares de “Piedras” o la casi canción de cuna de los nativos norteños como fue “Río”.
Con la inefable compañía del pianista Julio Menéndez enfrentó una elegante “Vidala del Secadal” del inolvidable Carlos Guastavino. Hubo canto recitado con voces de fondo, la bella línea melódica de “Caritas Rosas”, dedicada a Manuel Izcaray, el contrabajista de la orquesta sinfónica salteña, que debía haber estado en el escenario pero pegó el faltazo porque justo a la mañana su mujer trajo un bebé al mundo. Llamativa la compañía del nombrado Mamani, Granata en su violonchelo y la danza de la recuperada Constanza González Brié.
El espectáculo se llamó “Tramas”, tal vez refiriéndose a lo que Mara Szachniuk cuenta en sus letras. Destacable también todo lo que hay detrás: producción, audiovisuales, escenografía, vestuario y maquillaje, que el público generalmente ignora pero sin lo cual es imposible montar una manifestación de excelencia. Me fui satisfecho.
– Foto de portada extraída del Facebook de la cantante
La vanguardia local
TUVIMOS EL INMENSO PLACER DE ASISTIR A ÉSTE ESPECTÁCULO.
FUÍMOS A VER A CONSTANZA GONZÁLEZ BRIE, NUESTRA HIJA, QUIÉN, COMO DICE LA NOTA, RECUPERADA YA DE SU ACCIDENTE, A PESAR DE NO PODER BAILAR EN EL BALLET.
ASÍ DESCUBRIMOS A MARA, UNA ARTISTA DE EXCELENCIA, POSEEDORA DE UNA VOZ INCREÍBLE.
FELICITACIONES POR «TRAMAS», Y MUCHAS GRACIAS !