Este es un artículo – acaso un monólogo- de Natalia Aparicio que desea compartir con los lectores de Salta 21. De paso les pasamos el chivito que la notable actriz, presenta cada viernes de febrero un unipersonal en el Centro Cultural América a las 21 hs. No se lo pierda!!!!!!!!
Una mujer siempre a la espera
Querido no amor:
Donde quieras estar, o donde no estés, o donde no quieras estar y estés, espero que recibas esta carta.
Nunca entendí porque no has estado en donde yo he querido que estés, o si has estado porque nunca te has acercado a mí. ¡He ido a tantos lugares en tu búsqueda!, y no sé si es que no te has dado a conocer por timidez, cobardía, estupidez, o simplemente porque nos hemos desencontrado.
Siempre que parto de algún lugar al que he concurrido, ya sea una fiesta o una panadería, pienso que quizás vos estés llegando justo en ese momento en que yo me estoy yendo. Entonces, me quedo un rato en la puerta, al principio expectante, pero pasados algunos minutos con bronca por lo impuntual que eres a tus no citas. Luego, cuando finalmente decido partir (generalmente debido al hambre o al cansancio), me agarra como una desilusión, y ya en casa me torturo pensando que si hubiese esperado cinco minutos más, tal vez te hubiera conocido.
Lo peor es cuando me confundo. En estas largas esperas (los días que estoy más esperanzada soy capaz de esperarte hasta dos o tres horas), a veces llega un hombre en donde creo reconocerte para más tarde descubrir que no sos vos. El problema es que en varias oportunidades, me ha llevado semanas de citas e ilusiones darme cuenta que estuve saliendo con otro. Y hasta siento culpa por haberte estado engañando. Entonces, es en esos momentos en donde te espero aún más ansiosamente, para poder pedirte disculpas. Lo que pasa, es que como no tengo como saber quien sos, debo manejarme por instinto o por error. Y he descubierto, que contrariamente a lo que se piensa de la mayoría de las mujeres, yo soy una persona más propensa al error que al instinto.
Te extraño, no amor, extraño lo no vivido, extraño nuestras no salidas al cine con palomitas de maíz para compartir, nuestra no casa azul, nuestro no hijo Manuel y nuestra no discusión porque vos querías llamarlo Valentín.
Si por casualidad, o por error siquiera, recibieras esta carta, por favor dame una señal, un mínimo signo, aunque más no sea una negativa, por ejemplo, si sos muy tímido podrías escribirme diciendo: “Perdón, no puedo hacerlo”. O si no te intereso podrías mandarme un cartelito con un: “Ni borracho salgo con vos, ¡loca!”.
No, sinceramente no me importa que me insultes, o que me degrades, lo que no soporto es la indiferencia.
Te espera, siempre tuya
Alejandra
Asociación Femenina en búsqueda de un O.V.N.I. (Objeto volador no indiferente)
Natalia Aparicio 2004
“Una mujer siempre a la espera” (del repertorio: “Una mujer siempre”)
