Por estos días, no se sabe si los medios te cuentan cuentos, exageran, dicen lo que la gente quiere oír o sencillamente manejan la opinión para conseguir el dominio de las mentes, las conductas y hasta de los mismos sentimientos.
La realidad es que día a día las gentes se llenan la cabeza con el palabrerío mediático, con las imaginerías cotidianas que a la sazón en su mayoría versan en puterios políticos, quilombos amarillentos, inseguridad, batallas ideológicas y por supuesto la desesperada y feroz carnicería para sacar tajada económica por parte de aquellos que se arrodillan ante el mismo dios dinero acumulando amor a la codicia, dando como resultado el desbalanceo de los bines materiales que se observa por todos los rincones del mundo haciendo creer a la muchedumbre que esto es normal. Que la vida es así y que muchos nacieron para morir bajo esta situación.
Aparte de este pequeño problema existencial, se presentan a nuestras narices situaciones del todo patéticas…aunque no para aquellos que la originan. ¿A qué se hace referencia?
La niñez es una de las etapas más atacadas por estos días, no sólo se presentan signos malignos (malignos en el sentido de malvados, coronados de mal) sino que por derredor del mundo no existe piedad para muchos chicos y la realidad muestra que las instituciones como UNICEF, las no gubernamentales, las Estatales y las religiosas están desbordadas. Algunas actúan con notable complicidad ya que se hace la vista gorda a las tragedias vividas por los niños o sencillamente se habilita una legislación leonina para con ellos.
Todo tiene un comienzo, nada surge de la magia (negra en estos casos). Por ejemplo, el aborto practicado a una niña de 13 años en este país por haber sido violada por la pareja de su magra madre revela el desorden moral y el descuido por los chicos, pero lo más patético es haber efectuado este crimen con un bebé en gestación de seis meses. Si esto no es maldito, ¿qué es? Da escalofrío (como en las mismísimas películas de terror) saber que hay gente que se jacta de la conquista por el derecho de las mujeres y el cumplimiento de las leyes ante este mismo caso.
La tecnología, que causa tanto orgullo al hombre moderno por lograr lo tan increíble en la información y la mentada realidad virtual, penetra a los niños y los coloca en peligrosas situaciones de tratas de personas, secuestros para el tráfico de órganos, inicio precoz de la actividad sexual y cosa por el estilo. ante la confianza de los padres o mayores a cargo que creen en la venialidad de estos recursos a la manera de un libro, revista, la radio o la tele como lo fuera otrora…y esta confianza muestra la distancia entre las generaciones de padres e hijos donde la relación entrambos es peligrosamente divergente.
Así mismo la endemia del bullying en las escuelas en los niveles primario y secundario, no reconoce límites. La desidia, la frustración y la falta de esperanza en los niños y preadolescentes los conduce a reacciones radicales, sin sentido, de destrucción entre los mismos. De igual manera, los vicios los condenan a obrar con máxima violencia y lo que se propone ser una noche de boliche se convierte en una noche de peligro y muerte ante la mirada pasiva de los amigos, compañeros y mayores. El «no te metás» gana terreno a la manera de los tiempos de las más duras dictaduras…Por otro lado el caso de las Maras en países como Honduras deja absorta a la comunidad mundial por el asesinato de niños de hasta 7 años al no querer incorporarse a estos grupos absolutamente malditos donde lo único que se busca es la irracional reacción ante el sistema que los parió.
Poner como ejemplo, el caso de las más de 200 niñas de un colegio de Nigeria que están secuestradas por un grupo radical hace más de dos semanas. Recién por estos días, occidente mueve el avispero mediático (el exterminio de escuelas por el grupo terrorista viene efectuándose hace más de dos años bajo el lema Educación NO, sobre todo para las niñas en un país donde el analfabetismo escolar alcanza al menos los diez millones de chicos) y se escandaliza a los gritos sin saber qué hacer, cómo obrar ante la amenaza de que estas niñas serán vendidas.
Esta corriente mundial, enferma, delirante violenta, de muerte, no tiene nada de bueno y es del todo maligna. Ante esta realidad debe lucharse y al parecer las armas convencionales no dan abasto. La creatividad y el cambio de estrategia son exigidos de manera urgente. La pasividad de los adultos comunes que aún creen en el Bien, padres o no, es fatal para los niños. Hay que meterse, involucrarse y sobre todo, arriesgarse y dejar de lado la cobardía que nos escuda ante la complicidad en esta maldita realidad.
El mal rodea las nuevas generaciones y las sacude con sus ponzoñas desde muy temprano.
– Por Hugo Luis Daher
