Hace dos siglos, Mariano Moreno decía: “El monopolio es un atentado a la libertad humana». En la Argentina, pasaron cuatro décadas desde la sanción de la cuestionada Ley de Abastecimiento, siendo Perón Presidente de la Nación durante esos inciertos y violentos tiempos políticos de la época. Dicha norma legal, fue usada poco o nada, atento a la letra y espíritu que le diera origen con un amplio sector de grupos económicos en contra.
Actualmente, se repite la situación con la nueva ley que se llamará NUEVA REGULACIÓN DE RELACIONES DE PRODUCCIÓN Y CONSUMO, remozando la anterior, pero excluyendo las figuras de Clausura, Intervención, Arresto y Prisión. Aquí se pone el acento en que el Estado Nacional respetará como hasta ahora la propiedad privada, la libertad de comercio y libre competencia, sin afectar la Inversión y Producción de los sectores económicos involucrados, toda vez que éstos no incurran en prácticas comerciales abusivas y perjudiciales en contra del consumidor argentino.
Lamentablemente, esta ley será muy resistida en su aplicación, judicializada y combatida en todos los foros, por el establishment económico concentrado, monopolístico y altamente extranjerizado.
En esta década K y Cristinista, llegó 10 años tarde esta ley, que tiene un cierto tufillo a demagogia política, no obstante su necesidad e importancia, de contar con leyes antimonopolio que tiene cualquier país del mundo. La Argentina no tuvo o no pudo hacer funcionar esa norma, en beneficio de una sociedad más justa y democrática, que en la actualidad atraviesa urgencias e incertidumbres cotidianas, dado ese constante fenómeno maldito y provocado llamado INFLACIÓN, posiblemente, por ausencias de efectivas regulaciones estatales de este tipo.
Los grupos económicos dominantes en la Argentina hace 40 años como hoy año 2014, NO QUIEREN que se les controle esa patológica y distorsionada cadena de valor, que posibilita y justifica sus abusos y excesos en nombre de la teoría de la renta perpetua, adicionándole el sambenito de la espiral inflacionaria y las erráticas políticas oficiales del Gobierno Nacional dicen… Prueba de ello, obtuvieron de MENEM Presidente, en 1991, un decreto que suspendió la aplicación de la vieja ley, precisamente en la etapa del neoliberalismo más crudo y canalla que asoló al país y, fue la antesala y base de la debacle generada y provocada en el año 2001, por sectores económicos y financieros de la Argentina, de los que todavía están entre nosotros.
Así, en la mitad de la cámara baja del Congreso Nacional (130 Votos a favor – 105 en contra) se ve la indudable influencia que tuvieron el lobby de grupos económicos sobre estos 105 legisladores para votar en contra. Bueno sería conocer a cambio de qué. Es tiempo de tener trans parencia parlamentaria de lo que ocurre en Baires, para información de todas las Provincias argen tinas. En el entretanto, las CORPO, GRUPOS MEDIÁTICOS e INSTITUCIONES vinculadas al sector em presarial están en pié de guerra y velan armas. Anhelan encontrar Jueces permisivos y con ansias de prensa, para espectaculares medidas cautelares y fallos de inconstitucionalidad que pedi rán sobre la nueva ley que los atemoriza, desvela y preocupa. Todo ello, ante la siempre inmutable pasividad y silencio del máximo jerarca de la Corte Suprema: LORENZETTI.
Ya está visto: Jamás querrán los grandes sectores económicos, financieros e industriales una Nueva Ley de Relaciones de Producción y Consumo, con los ciudadanos usuarios y consumidores. Sólo pretenden seguir expoliándolos y abusar de su posición dominante en el mercado, sin medida ni razón con su lema del Lucro Infinito y a cualquier costo, como hasta ahora.
Al Gobierno de C.F.K. y al que vendrá en el 2015 les tocará lidiar con ellos. Podrán…??!!
– El autor es Periodista – Analista Político