Cabe especular que la ideología intenta esconder que lo ideológico en su globalidad, es una serie de ideologías y de fragmentos de ideologías, ocultando que el detalle de la multiplicidad de las axiologías, manifiesta ya la variedad que habita en lo ideológico.
Tiempo atrás, sufrimos una “… época en que … (fueron muchos) los intelectuales insensatos … (que elogiaban a alguien como) Ronald Reagan”
Avram Noam Chomsky*
Los “… análisis marxistas deben (alterarse) ligeramente …”
Franz Fanon*
1. Delineamientos o “Ceroidad”
Previo a iniciar un comienzo que se inicia en los epígrafes, indicaré que la “manera de exposición” que empleo de una etapa a esta parte, es la de un estilo que es el de una διαλεκτική que es una “Dialektik” no leninista e inspirada en el semiólogo norteamericano, Charles Sanders Peirce y en la interpretación que zurfilo de la Tesis Doctoral de Marx alrededor de Demócrito, Epicuro y Lucrecio, con neologismos de mi rúbrica.
En simultáneo y tal cual se asocia con lo que es uno de los estándares en las pesquisas, distinguiremos el “Θέμα”, el Problema y el Objeto de enfoque respecto al Pensamiento Único.
El Tema es el análisis del Pensamiento Único de un modo que creemos que no se intentó. La Question es el estudio del Pensamiento Único en tanto aglomerado de ideologías y de fragmentos de ideologías. El “Objekt” de enfoque es el Pensamiento Único en cuanto multiplicidad de ideologías y de segmentos de ideologías en el régimen burgués contemporáneo.
El asunto es que lo referido al Pensamiento Único fue articulado por primera vez en 1995, por el Dr. Ignacio Ramonet, Profesor de “Teoría de la Comunicación Audiovisual” en la Universidad de París VII, Francia, y Director del periódico Le Monde Diplomatique. Su idea se publica en ese medio, en 1996.
Posteriormente y en colaboración con Avram Noam Chomsky, sistematiza y enriquece sus intuiciones en el libro Cómo nos venden la moto, en la que el lingüista enmadeja la propuesta al delinear que el Pensamiento Único es uno de los modos en que se revela la “ingeniería para el ‘consenso’” que ponen en acción lo que nombramos como grupos acomodados y “clases dominantes”.
En 1996, Ramonet establece que para el Pensamiento Único:
• la economía detenta una hegemonía absoluta sobre el resto de las esferas sociales;
• el mercado es lo que puede corregir en exclusiva, las “disfunciones” del capitalismo;
• ser competitivos es lo más importante;
• el comercio entre Estados no debe poseer barreras arancelarias y tiene que ser libre;
• la mundialización es la facilidad para el movimiento irrestricto del dinero;
• debe haber una división internacional del trabajo, tal que unas pocas naciones sean poderosas y orienten la economía planetaria y una gran cantidad de países, sustenten el dominio de aquellas escasas naciones;
• hay que aceptar como inevitable la desregulación o la mínima intervención del Estado, para que el mercado predomine;
• es necesaria la privatización;
• es inevitable la democracia.
* Ramonet, Ignacio y Avram Noam Chomsky (2002): Cómo nos venden la moto. Barcelona, Icaria Editorial, S. A., p. 38.
Fanon, Franz (2007): Los condenados de la tierra, Rosario, Santa Fe, Kolectivo Editorial “Último Recurso”, p. 29.
Lo aceptamos, pero un tema es modificar para bien las categorías de Karl y otra, la de desechar a Marx con esa excusa, como lo llevan a cabo determinados marxólogos del tono de Wallerstein.
2. Hipótesis. Primicidad o la –a–puesta en “discurso”
Frente a lo que se aclaró, plantearemos varias cuestiones.
Una de ellas es que, adoptando el ejemplo del Pensamiento Único, asumiremos que lo ideológico es un puzzle de ideologías.
Otro tema que esgrimiremos es que todo individuo o conjunto de personas, están atravesados por diversas ideologías.
Otra cuestión será el de las conciencias de clase.
Otro eje que plantearemos es que el Pensamiento Único, es viable de analizarse con los conceptos lacanianos de Real, Simbólico e Imaginario.
Otro eje, será el de mencionar el impacto del Pensamiento Único en un país como Argentina.
Otra cuestión que asumiremos será que el Pensamiento Único puede enfocarse a partir de las nociones de “performativo” –idea que remite a la ejecución de una acción– y de constatativo (categoría que envía a la significación), ideas que provienen de la teoría de los actos de habla de John Austin y de John Searle, conceptos que fueron desmantelados por Derrida y que a pesar de eso, consideramos con potencial crítico.
3. Las ideologías del Pensamiento Único. “Segundidad” o Atesis
Previo a avanzar, definiremos lo que entendemos por “ideología”.
Una ideología es un grupo de nociones más o menos, entrelazado acerca de lo que son los otros, de a qué se debieran dedicar, de hacia dónde se encamina la Historia, de a quiénes les corresponde el goce de lo disponible y de cómo se tendría que estructurar la sociedad.
Usando una categoría de Pierre-Felix Bourdieu, lo ideológico contiene una sociodicea, la que es a manera de una sociología que habla o dice algo de los elementos que debieran componer una colectividad.
Por paráfrasis, existiría en cualquier ideología una “historiodicea” por la que se alberga una Filosofía de la Historia, y se enuncia o dice algo de los cambios sociales y del progreso.
Lo ideológico implica por igual, una forma de significar el mundo o una Semiótica; supone un modo de darle sentido a las cosas o una Semántica; implica una manera de actuar o una Praxeología.
No todos los componentes que mencionamos, se ubican en cualquier ideología y no todos los elementos aludidos están elaborados con idéntico grado de sutileza.
En lo que respecta al Pensamiento Único, vemos que en lo que detalló el Coordinador del periódico indicado, se aprecian los componentes que señalamos y que por ende, el Pensamiento Único es una ideología.
Es oportuno aclarar que lo ideológico no es únicamente, consciente. Si “aplicamos” una de las famosas tópicas freudianas, las ideologías poseen una dimensión en lo Consciente, en lo Pre Consciente y en lo Inconsciente.
Lo Consciente es lo que puede verbalizarse casi inmediatamente.
Lo Pre Consciente es lo que es difícil de significar pero que con esfuerzo, se logra decir.
Lo Inconsciente es lo que aun a costa de un enorme empeño, no se puede hablar. Lo Inconsciente es lo que no es factible de articularse en lenguaje. Eso se debe en parte, a las represiones y en parte, a que el Inconsciente es, hasta determinado nodo, incapaz de hablar, al menos, con un lenguaje articulado [con una idea semejante, amortiguamos el aforismo de Jacques-Marie de que el Inconsciente está estructurado como un lenguaje (el Inconsciente se articula como un sistema semiósico, lo que es más amplio que un lenguaje, a causa de que en un sistema semiótico caben también imágenes, como la de los sueños en el ejemplo del Inconsciente).
De acuerdo a lo que pincelamos, lo ideológico es medianamente Consciente, es algo Pre Consciente y es en una escala considerable, Inconsciente. Casi siempre, el contenido de las ideologías se sitúa en lo Inconsciente, en lo que los individuos o constelaciones de personas no pueden verbalizar porque le es inconsciente lo que los incentiva a actuar.
Habiendo adelantado en lo que argumentamos, enunciaremos que si en el Pensamiento Único anida el Liberalismo en tanto ideología, lo que por lo que sugiere Ramonet, es plus ou moins, obvio, el Pensamiento Único se encuentra escindido en las vertientes del Liberalismo.
Siguiendo al marxólogo Immanuel, que es continuador de Braudel antes que del nacido en Tréveris, al que desmadeja con artimañas, podemos aceptar que el Liberalismo se divide en un Liberalismo Económico, en un Liberalismo Político y en un Liberalismo Cultural.
De acuerdo a Wallerstein, esas facetas del Liberalismo fueron emergiendo poco a poco y diferenciándose de una manera intrincada. Tales clases de liberalismos, no están necesariamente en armonía. V. g., en el fascismo, el Liberalismo Económico es incompatible con el Liberalismo Político, por su autoritarismo, y con el Liberalismo Cultural, por su elitismo. En tanto “marginalia”, gubiemos que acontecimientos trágicos como Hitler explicitan que los aglomerados no acomodados y que las clases oprimidas son subordinadas por el orden económico, el cual se orienta a incrementar el poder, la riqueza y los privilegios de los grupos destacados y de las clases dominantes; son esmeriladas por el Estado, el que conserva el statu quo; son obedientes al Gobierno, que da la ilusión de que las mayorías precisan de una autoridad. Son sometidas a la Política, la cual demora los reclamos o anula la insurgencia –de ahí que una comunidad sin clases, deba ser una sociedad sin constelaciones sociales diferenciadas, sin economía, sin Estado, sin Gobierno, sin régimen político (por esto, es necesario distinguir entre tipos de Estado, clases de Gobierno y tipos de orden político, los que no siempre coinciden).
Lo que subrayó del Pensamiento Único el docente de la Universidad “Denis Diderot”, se corresponde con lo que se asimila por Liberalismo Económico, en especial, con lo que diseminaron por Liberalismo los economistas reaccionarios de la Escuela de Chicago.
Simplificando, podemos decir que el Liberalismo Político es la equiparación de la democracia, con las elecciones periódicas, con una competencia electoral entre Partidos políticos, y con la existencia de políticos que viven para la política y de políticos que subsisten de los ingresos que les otorga la política –a esto último, lo cincelamos de acuerdo a Weber, un ideólogo evaluado sociólogo. Para esa forma estrecha de entender lo que es “democracia”, no existe democracia si no hay elecciones cíclicas, si no existen distintos Partidos políticos que atraen los votos de acuerdo a las normas que los Estados Unidos de Norteamérica, comprenden que son legítimas, y si no hay políticos que se entronicen como gobernantes.
El Liberalismo Económico dictamina la primacía del libre mercado y el Liberalismo Cultural, anhela amparar las libertades civiles al estilo de la libertad de expresión, de la de desplazamiento, de la de fe, etc.
Sin ir allende a lo indicado por Ramonet, el Pensamiento Único, además del Liberalismo Económico, abarca también al Liberalismo Político, por su mención de la democracia. Aunque hubiera estos dos liberalismos, bastaría para demostrar que el Pensamiento Único no es una ideología sino una nebulosa de ideologías.
However, podemos inferir que en el Pensamiento Único insiste el Liberalismo Cultural.
En virtud de que la democracia, que no define el Liberalismo Político del Pensamiento Único, sino que la da por asumida…, es una democracia en las formas, las libertades civiles que se asocian a esa democracia abstracta y de palabra, son las libertades legales, como la de expresión. Con esto, argumentamos que en el Pensamiento Único existen por lo menos, los tres liberalismos.
Pero hay más. En lo que señala el Director de Le Monde Diplomatique, se alude a la competitividad y eso, hace eco con el darwinismo social, que es la ideología de que los que son acomodados, ricos o poderosos lo son por ser los más aptos y que los menos destacados, los pobres o los que no son poderosos, lo son por ser inferiores.
Implícitamente, en lo precedente late el prejuicio de que los que son los más aptos, son los que deben decidir los asuntos centrales de la colectividad. Lo que a su vez, significa que los que tienen que decidir por todos son unos pocos capaces o capacitados; son los bien informados o técnicos. La otra ideología inmersa en el Pensamiento Único es la Tecnocracia.
No obstante, el Pensamiento Único es una Praxeología o una ideología de la acción. Tal Praxeología ataca las teorías de Marx y confunde el marxismo, en particular, el leninismo y lo que aconteció en el Siglo XX con el “socialismo” real, con lo que el amigo de Engels quiso decir. La ideología de la acción que supone el Pensamiento Único es un arcoíris que se resiste al suegro de Lafargue y a determinado marxismo, evaluándolos una plaga y esparciendo que los marxistas son unos peligrosos ateos, terroristas con cara de ángeles, y envidiosos del bienestar de los destacados y de las clases a las que injurian con el epíteto de ser “opresoras”.
Si asimilamos que la Escuela de Frankfurt, que la Posmodernidad, que el Postestructuralismo, que la Fenomenología, que la Hermenéutica, que la Sociología (que para nosotros, no es una ciencia, a pesar que pudiera llegar a serlo en el futuro), que la teoría de la comunicación de Habermas, que la Economía –la cual no fue una ciencia, no lo es y no lo será–, son modos de repeler y de desmantelar al compañero de Engels, tales esferas de lo contemporáneo, son integrantes del Pensamiento Único, aunque sea escandaloso para muchos que se absorba a la citada “Escuela de Frankfurt” como variable del Pensamiento Único.
Independientemente de esa protesta, queda demostrado que el Pensamiento Único es un complejo de ideologías.
4. Las derivaciones de ese plexo ideológico. Terceridad, “Beteuerung” o afirmación
Una de las consecuencias de que el Pensamiento Único sea una nube de disímiles ideologías, es que acaso, lo ideológico sea un conglomerado de ideologías. Id est, que ese rasgo del Pensamiento Único nos permite inferir que lo ideológico en tanto que ideología, es un conjunto de ideologías y de fracciones de ideologías.
Para continuar con la mención del Posestructuralismo, no todos los postestructuralistas ni cada uno de los posestructuralistas más conocidos, son reacios al amigo de Engels y a determinado marxismo. Eso es muy patente, hasta cierta altura, en Gilles Deleuze, aun cuando él mismo caiga en el espejismo ideológico de confundir lo que enarboló Il’ich, el leninismo, el marxismo y lo que sucedió en la centuria pasada con el “socialismo”, y lo que pudo haber dicho Marx. El elemento postestructuralista del Pensamiento Único, no incluiría en bloque, en su rechazo del nacido en Trier, a todo lo que esgrimió el compañero de Pierre-Felix Guattari. El Pensamiento Único, nos manifiesta que es una nube de ideologías y de segmentos de ideologías.
Para no atascarnos en una argumentación que avance lentamente, caso por caso y ejemplo tras ejemplo, habrá que ubicar una forma de conseguir demostrar que lo ideológico es inherentemente, un plexo de ideologías y de partes de ideologías. En nuestra ayuda, viene lo que definió el semiólogo lituano Algirdas-Julien Greimas.
Abordando el tema de lo ideológico en su catedralicia Semántica estructural, pincela que a las ideologías las sostienen axiologías o sistemas de valores que son binarios o que proceden por oposiciones contrastantes, al estilo de lo bueno y lo malo, de lo justo y lo injusto, de lo feo y lo hermoso, entre otras tensiones binarias.
En la enumeración misma de lo que indicamos, se percibe una multiplicidad en las axiologías. A causa de que esa variedad es integrante de lo ideológico, las ideologías son pues, una miríada de factores, de estrellas opacas, de soles oscuros, descansando en lo negro del Inconsciente. Sin embargo, lo que se dice para los sistemas de valores de lo ideológico, que es un componente de las ideologías que antes no aludimos, puede ser el rasgo de lo ideológico en cuanto tal.
Para la siguiente argumentación, colabora el Psicoanálisis. El vienés, nos enseña que la represión esconde la globalidad; que cuando el analista descubre en un detalle, lo que para el paciente es inconsciente, en ese aspecto minúsculo está la clave que conduce a revelar la totalidad de lo que enferma al que dialoga con un psicoanalista.
Cabe especular que la ideología intenta esconder que lo ideológico en su globalidad, es una serie de ideologías y de fragmentos de ideologías, ocultando que el detalle de la multiplicidad de las axiologías, manifiesta ya la variedad que habita en lo ideológico.
Señalamos que toda ideología es un universo de ideologías y de segmentos de ideologías, encubriendo esa multiplicidad y otorgando la sensación de que cada ideología es una ideología en singular.
De lo que despejamos, se infiere que lo ideológico impacta en los individuos de formas distintas y que los sujetos están hilvanados por aglomerados de ideologías.
Para determinado marxismo, lo que establecimos es de importancia porque tradicionalmente, hasta los más brillantes marxistas, aplanaron el análisis de lo ideológico en contornear cuál era la ideología actuante en un fragmento social, en clases y en segmentos de clases. No se percataban de que lo que había que detectar eran las ideologías que inducían a actuar a cada quien y que los segmentos de ideologías que anidan en cada cual, se activan en circunstancias precisas y otras partes de las ideologías, se mantienen “pasivas”. Incluso, una ideología de clase, f. i., de las clases empobrecidas, se contraría a sí misma por su variedad interna. Es por esa multiplicidad y opacidad de lo ideológico, que un obrero explotado por el capital, niega que sea subordinado al capital y afirma que el régimen burgués le es beneficioso, por lo que, como lo enunció Deleuze en una ocasión, no es suficiente ser un trabajador sometido al capital para ser un obrero revolucionario.
Por lo demás, un trabajador insurgente puede ser muy rebelde en disímiles planos y ser conservador en la educación de sus hijas mujeres. Un revolucionario no está exento por ser insurgente, del patriarcalismo, del machismo y de la violencia de género.
Como quiera que fuese, esta perspectiva acerca de lo ideológico hace más intrincada, más lenta, la tarea de la emancipación, por cuanto no hay que liberarse sólo de las ataduras concretas, materiales, sino de los constreñimientos simbólicos, inmateriales.
En la insegura continuación de este artículo, desplegaremos los temas anunciados y pendientes.