El Director Ejecutivo de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), Yury Fedotov declaró que los delitos contra la vida silvestre y los bosques destruyen la diversidad biológica y dificultan el desarrollo sostenible en nuestro planeta.
La biodiversidad del planeta se encuentra amenazada por los crímenes contra plantas y animales, en especial las especies protegidas y en peligro de extinción. Estos delitos generan miles de millones de dólares en ganancias para la delincuencia organizada transnacional.
Como ejemplo, en 2015, 1.175 rinocerontes fueron cazados furtivamente en Sudáfrica, mientras que en África Central se han perdido el 64% de los elefantes en menos de una década.
Según datos de la UNODC, el comercio ilícito de fauna y flora genera entre 8 y 10 mil millones de dólares cada año.
El secretario general de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES), John E. Scanlon, aseveró que, “La situación es grave. Debemos abordar la caza furtiva, el transporte y el consumo de fauna comercializados ilegalmente y, al hacerlo, emplear el mismo tipo de herramientas de aplicación, técnicas y sanciones que se utilizan para combatir otros delitos graves, como el tráfico de drogas o personas”.
Fedotov, aclaró que “La escala industrial de matanzas, los ataques y asesinatos de Guardaparques, y los envíos de marfil traficado -medidos no en kilos, sino en toneladas- apuntan a la participación de la delincuencia organizada en estos actos de avaricia desmedida”.
“Si hemos de conservar las especies animales y vegetales para las generaciones venideras, hay que detener y castigar a los delincuentes, y poner fin a la impunidad a menudo asociada con este delito”, expresó.
Para lograr esto, es necesario un enfoque integrado que reduzca la demanda e interrumpa las cadenas de suministro a través de la incautación de los envíos, los bienes y productos del delito. De igual forma, debe ofrecerse asistencia a las comunidades locales y apoyarlas para que cuenten con medios de vida alternativos, como el construir empresas locales para que las poblaciones puedan vivir en armonía con su entorno.
Los delitos contra la vida silvestre y los bosques también deben ser considerados como delitos graves que deben ser sujetos de la aplicación de la Convención de las Naciones Unidas contra la Delincuencia Organizada Transnacional a través de una mayor cooperación internacional como son las operaciones conjuntas y el intercambio de información.
El futuro de la vida silvestre está en nuestras manos, pero si queremos tener éxito contra los delincuentes, estas manos deben unirse en una estrecha cooperación.
“Celebro, en nombre de la flora y la fauna de todo el mundo, el compromiso y los esfuerzos de los Estados Miembros, los Organismos de las Naciones Unidas, y la CITES y sus socios. Todos debemos trabajar juntos para traducir los compromisos en un impacto significativo en el terreno”.
“Exhorto a todos a desempeñar un papel en la protección de nuestra fauna y bosques, y a contribuir en la derrota de los delincuentes que amenazan a este noble objetivo”, concluyó Yuri Fedotov.
Conclusión
El comercio ilegal de fauna y flora silvestres se ha convertido en una sofisticada forma de delincuencia transnacional, comparable con la trata de seres humanos y el tráfico de drogas, denunció Ban Ki-moon, Secretario General de las Naciones Unidas.
– Foto de portada: El tráfico de vida silvestre es un delito – Yaguareté
– Fuente ONU / AAPN
* Presidente / Asociación Amigos de los Parques Nacionales – AAPN –
Experto Comisión Mundial de Áreas Protegidas – WCPA – de la IUCN-
Red Latinoamericana de Áreas Protegidas – RELAP –