La semana pasada aparecieron carteles que señalan que el voto docente lo hizo perder a Walter Wayar, con un mensaje claro al gobernador electo para que resuelva la problemática educativa. Juan Manuel Urtubey se reunirá con los docentes apenas asuma
Wayar ¿te faltaron votos? Son los nuestros. Urtubey, los votos NO son cheques en blanco. Docentes de Salta. El mensaje es claro y llama la atención sobre la incidencia que pudo tener el voto de los docentes en el resultado de la elección.
El sistema educativo público provincial tiene alrededor de 20 mil trabajadores y es sin duda el sector de empleados estatales más numeroso. Si calculamos que en la familia de cada docente hay en promedio otros tres votantes se alcanza una cifra importante de sufragios en juego: unos 80 mil votos.
Sí. Es evidente que hubo voto bronca docente en contra del candidato oficialista. Al punto que los dos días hábiles anteriores a la elección (jueves 25 y viernes 26) se realizó un paro que fue, más que una medida gremial de una lucha que ya nada podía conseguir de la gestión que termina, un claro mensaje de repudio político al gobierno
El voto masivo a favor de Juan Manuel Urtubey fue parte del fenómeno electoral que terminó enterrando al candidato de Juan Carlos Romero y encumbrando al niño mimado de la «reina Kristina».
Hay muchos factores que aportaron para el triunfo de Urtubey, que no debe dejar de sorprender si se considera el peso del aparato que debió enfrentar (desde un clientelismo político arraigado con miles de votos cautivos hasta claras maniobras en pos de un fraude). Se habló de la traición de los hermanos Isa, del aluvión de votos castigo en San Martín, del voto bronca en Orán, del voto femenino por la «pinta», del voto juvenil identificado por el cambio, etc. Pero los docentes tienen razón: no se ha sopesado lo suficiente el aporte del voto docente al resultado de la elección.
Los docentes fueron quizá -después de los 5 mil empleados estatales que Romero echó a la calle- el sector más agredido por la gestión gubernamental que se va. Hubo deterioro salarial, copamiento del gremio, destrucción de la carrera docente con acomodos por cuña o militancia política, persecusión a educadores críticos, negociados en la construcción de edificios mal hechos, falta de mantenimiento e inadecuación edilicia, y -lo más grave de todo- la agresión física con el ataque perpetrado contra los docentes en la Noche de las Tizas.
La esperanza Urtubey
El gobernador electo Juan Manuel Urtubey expresó durante la campaña que el problema docente será una prioridad en su gestión. Dijo que quiere solucionar el problema edilicio y salarial para que las clases puedan comenzar sin problemas en marzo del año que viene.
Por otra parte los educadores -sobre todo a través de la dirigencia de mayor representatividad que es la nucleada en la Asamblea Docente- también están dispuesto a dialogar con el nuevo gobierno para encontrar una solución a los problemas que aquejan a la educación en Salta.
Esta confluencia de prioridad gubernamental con disposición gremial se cristaliza en el anuncio de que el gobernador se reunirá con los docentes apenas asuma: el encuentro -se indicó- tendrá lugar el 12 de diciembre en el Grand Bourg.
Sin duda el esfuerzo más arduo es el salarial, pero se puede encarar con eficacia a través de la prioridad en la asignación de los recursos que en la gestión anterior iban a infraestructura vial, propaganda, corrupción, planta política y gastos reservados.
Más que un aumento urge una readecuación de la carga horaria: en Salta un profesor debe acumular 66 horas cátedra para obtener un sueldo equivalente al que en otras provincias se alcanza con 40 y hasta con 35 horas.
Ello supondría una mejora no sólo en la condición laboral del docente sino también en el nivel educativo. En Europa los profesores tienen un buen sueldo con una carga horaria de 20 o 22 horas semanales y eso les permite alcanzar no sólo un buen nivel de vida sino un alto rendimiento profesional.
La infraestructura edilicia también está deteriorada. Se necesita refaccionar establecimientos y erigir edificios nuevos para colegios como el General San Martín y el 2 de Abril, que funcionan en escuelas y sufren un problema de falta de espacio y hacinamiento.
Hay decisiones que implican gasto cero, voluntad política honesta y decisión de cumplir las normas vigentes:
Respeto por la carrera docente (designación por cuadro de puntaje, orden de méritos y concursos, sin acomodos ni influencias políticas)
Llamado a elecciones para designar a una nueva Junta de Calificaciones. La actual tiene mandato vencido prorrogado por un gobierno que la usó como instrumento de una política nefasta.
