Lucha docente en impase; ajuste con cierres, fusiones y cesantías

En la asamblea docente del sábado 21 se decidió prolongar el cuarto intermedio hasta el día 4 de abril. En ella la discusión sobre el salario quedó en segundo plano frente a la pérdida de puestos de trabajo a causa del cierre y la fusión de cursos.

En la última huelga por 48 horas el colegio Juan Carlos Saravia de Limache tuvo una adhesión del 95%. Pero lo que sumó a los profesores al paro más que el reclamo salarial fue la preocupación por los puestos de trabajo.

La profesora Clara Latnik explicó que el cierre y la fusión de cursos se debe a que el gobierno permite inscribir chicos de 16 años en los BSPAS (bachilleratos para adultos) e instaura nuevas modalidades de estudio no presenciales.

En muchos establecimientos la caída de la matrícula es notable. ¿Dónde están los chicos? No hay una corrida a los privados, por el contrario, por la crisis económica alumnos de esos colegios pasan a los estatales.

Puede haber desgranamiento y en parte una política errada -como en la zona sur de la ciudad de Salta- de apertura de nueva oferta educativa que se superpone a la ya existente. Pero por otra parte se pretende que los cursos tengan como mínimo 30 alumnos cuando se sabe que la calidad educativa aumenta cuando disminuye el número de alumnos por cada educador.

Ajuste, cesantías y edificios en ruinas

La asamblea del sábado en la Enet 2 se transformó en reunión informativa debido a que sólo asistieron 90 docentes. Se insistió en la necesidad de retomar la lucha por el salario.

Se planteó el tema de los descuentos por los días de huelga, para unos es una decisión tomada, otros creen que nada está decidido sobre eso. Se volvió a llamar a la unidad para recuperar ADP a través de una lista única. Un profesor propuso crear una Asociación, otro opinó que los docentes deben mantenerse como autoconvocados.

Pero el tema que se impuso fue el del ajuste que lleva adelante el gobierno, con cierre y fusión de cursos. «Estoy en disponibilidad en 4 horas» denunció una profesora y dijo que la Asamblea debía preocuparse por el fantasma de la cesantía que pende sobre muchos trabajadores de la educación. De nada vale en estos casos ser titular. Tras un período en disponibilidad si el docente no logra ser reubicado pierde el trabajo y no recibe indemnización.

La agrupación Tribuna Docente denuncia que hay directivas para ir a fondo con fusiones, cierres de grados, divisiones y turnos. En algunos casos directamente se está apelando al plurigrado, comentan algunos maestros con preocupación.

«Ante la pasividad de la Junta una gran franja de compañeros (docentes de actividades prácticas, de sala de 4, de regímenes especiales, secundarios, BSPA, etc) están perdiendo su fuente laboral o están en la total incertidumbre», dice Tribuna.

También hay ajuste en lo edilicio. El colegio Aráoz afronta graves problemas de infraestructura. En la ex escuela Normal 34 niños de 3er grado B debieron ser trasladados al subsuelo del edificio porque en su grado el agua se filtraba por el techo y se deslizaba por las paredes. También en la Mariano Cabezón se llegó al punto de tener que suspender la actividad.

En la escuela Pellettier -denuncia Tribuna- más de 60 alumnos de cuarto y sexto grado no iniciaron las clases por falta de designación de docentes por la Junta. En la Benjamín Zorrilla en cinco grados no hay maestros y unos 150 alumnos son víctimas de esa situación. La vicedirectora Alejandra Torres denunció que se ha comunicado a las autoridades sobre el aumento de la matrícula y la necesidad de designar docentes, pero no hubo respuestas.

Religión vs Ciencia Pedagógica

En la Escuela Rivadavia el gobierno quiere cerrar grados que tienen 22 alumnos; en la Delfín Leguizamón pretenden cerrar grados con 30 alumnos, a los que asisten alumnos especiales. El panorama se repite en la escuela Patricia Sosa… El intento de cierre de un establecimiento escolar en Villa Esmeralda ha causado conmoción en la tranquila barriada que se levanta entre El Aybal y San Luis, camino a Quijano.

«La demanda es grande y el gobierno opta por abarrotar aulas; docentes quedan cesantes con el cuento de la falta de matrícula», denuncian los integrantes de Tribuna. Y recuerdan que desde la ciencia pedagógica se recomienda un tope máximo de 25 alumnos.

«¡Pero claro, poco se puede esperar que el ministro entienda de ciencias sociales si ha introducido como obligatoria la religión en las escuelas y trata a los alumnos como si fuera ganado que debe ser llevado al límite con tal que le den los números!», protestan.