Desde la Cátedra Libre: Saberes, Creencias y Luchas de los Pueblos Originarios, de la Facultad de Ciencia Política y Relaciones Internacionales de la Universidad Nacional de Rosario, expresamos nuestra solidaridad con la lucha del Pueblo Mapuche, particularmente en la Provincia de Chubut, en contra de la localización de las mineras y de la construcción de un rosario de represas hidroeléctricas que arrasarán con el hábitat natural e intercultural de la región.
También, expresamos enfáticamente nuestro apoyo al pueblo en resistencia y a sus voceros, en particular a Moira Millán, por los agravios y amenazas a los que son sometidos y por la grave acusación surgida desde los reductos protegidos, aún existentes de la Doctrina de la Seguridad Nacional, que con un lenguaje subrepticio y cargado de presagios amargos, intentan vincular, como siempre lo hicieron en la historia del siglo XX con los Movimientos que luchan por la Justicia y la Dignidad Humana en Latinoamérica, con supuestas expresiones terroristas, creando las condiciones para la etapa posterior de represión, encarcelamiento, tortura y desapariciones.
Desde hace un tiempo en los medios de comunicación, especialmente diarios y radios, comenzaron las asociaciones entre el Movimiento Mapuche -en defensa de su hábitat y su cultura- con el terrorismo de ETA. Pero la publicación del 2 de enero en Clarín, originada, según la articulista, en la agencia de noticias COPE, de clara pertenencia a grupos conservadores y ultracatólicos españoles, resurrección del franquismo más temible, que responde a los intereses económicos más depredadores que expoliaron a caballo de la racionalidad instrumental a América Latina y a la Argentina, ya tiene carácter explícito y se expresa con el lenguaje de los tiempos oscuros.
La acusación concreta de vincular a la luchadora Mapuche Moira Millán con el terrorismo de ETA, de quién supuestamente recibe apoyo estratégico, es preocupante y enciende las luces de alerta máximo que deberán iluminar las acciones de todos los movimientos sociales y del conjunto de los actores sociales democráticos, para que en el suelo intercultural de los argentinos no reaparezca desbocada la máquina infernal de la persecución cultural, ideológica, y política, instrumentadas mediante el envío de las GEOP sin atender otro argumento que los intereses capitalistas.
Históricamente ONGs de todos los continentes, de diversas vertientes humanitarias, han actuado en las regiones del Tercer Mundo. Es el caso de la organización vasca Askapena, de larga actuación en Latinoamérica y en Argentina, con quién está vinculada el Pueblo Mapuche y Moira Millán, así como varias organizaciones del país. Sin embargo, vincular esta asociación humanitaria con la ETA, rememora las más crueles tradiciones de las Dictaduras de Videla y Pinochet.
La defensa de los recursos naturales y del ecosistema natural y cultural que emprendieron los Mapuches, se inscriben en la irrenunciable defensa por el destino de la propia Casa Común, de la Tierra, que llevan adelante miles de movimientos sociales y culturales en todo el planeta. Es parte de la misma rica historia que brota por todos los lares del suelo de Argentina y que en la Patagonia se enlaza con la histórica lucha en contra de la instalación del Basurero Nuclear en Gastre. Es parte de la lucha que se opone a los emprendimientos mineros por toda la geografía del país porque devastan, contaminan, destruyen y matan las aguas, los suelos y la vida. Está en el mismo camino que resuena por la llanura pampeana y chaqueña cuando se levanta el grito de Paren de Contaminar.
La voracidad del capital desbocado por la angurria de las ganancias inminentes, siempre en nombre del progreso y del trabajo, no es otra cosa que la versión globalizada de la destrucción más exterminadora de todos los tiempos. Contra eso han reaccionado las comunidades Mapuches, contra eso levantamos la voz desde la Cátedra Libre de los Pueblos Originarios. Contra quienes solapan su ideología reaccionaria y antiambiental, no siendo otra cosa que la vanguardia del productivismo que vulnera todas las vidas. Deberemos reaccionar los actores de la sociedad, impulsados por el amor a la vida, a la justicia y a la coexistencia de las diversidades culturales, fundamento de un Planeta, una Mapu o una Pacha Mama para todas y todos.
La articulista del diario Clarín y todos aquellos que sostienen un modelo de vida y desarrollo fundado en el productivismo entrópico, son los mismos que generaron la crisis ambiental, crisis terminal de una concepción del conocimiento y de la economía. Son los mismos que no aceptan poner en marcha medidas para amortiguar el Cambio Climático, como lo vimos azorados en Copenhague. Son los mismos que conforman la ideología y la práctica política del fascismo ambiental. Son, en definitiva, aquellos que saben que no deben escatimar represiones para frenar las luchas por la justicia ambiental y el derecho a la identidad cultural que se levantan por todos los horizontes, como las que lleva adelante el Pueblo Mapuche, y que nosotros enfrentamos, desde aquí, desde la Cátedra Libre de la Facultad de Ciencia Política de la UNR, sostenidos en la fortaleza emancipatoria del Pensamiento Ambiental Latinoamericano.
Por ello a quienes desde su lugar en los medios toman como fuente única de indagación ciertas agencias confesionales les proponemos que interpelen la información que reproducen con las palabras del Papa Benedicto en la misa del 1° de enero, pronunciadas en la Plaza de San Pedro en Roma, “hay que cambiar el estilo de vida porque el mundo es nuestra casa común y que hay que respetar”, insistió como en la misa precedente «en el uso de la justicia y la sabiduría los recursos naturales de la Tierra» y subrayó la importancia que en la tutela del ambiente, «tienen los particulares, la familia y la administraciones locales», aunque aclaró que si hay que cuidar a las criaturas que nos rodean más habrá que hacerlo con las personas. «Se necesita ya un efectivo cambio de mentalidad que induzca a todos adoptar un nuevo estilo de vida», afirmó. «De hecho, -continuó- todos somos responsables de la protección y el cuidado de lo creado”.
Ante estas contundentes palabras, qué dirán los ultracatólicos periodistas de la agencia COPE. Que dirán aquellos que acusan con tanta liviandad interesada, aquellos que informan deformando, aquellos de las fauces goyesca que sólo gozan convirtiendo a todo en despojos, naturaleza y seres humanos. Qué dirán los que difaman a los que luchan por salvar a la Casa Común. Qué dirán los que asocian con terrorismo la lucha del Pueblo Mapuche por mantener su Cosmovisión en la que la Tierra es un lugar Sagrado.
Los emprendimientos que generan la oposición del Pueblo Mapuche ya han sido condenados por las Naciones Unidas en su informe GEO 2000, cuando analiza las características del Modelo de Desarrollo y Consumo vigente, el gasto de energía y la producción de basura contaminante que es su camino sin retorno, el único que la Racionalidad Instrumental y su núcleo duro político y económico pueden producir, nos lleva irremisiblemente hacia el NO FUTURO. La lucha del Pueblo Mapuche, la firmeza de sus mujeres, como Moira Millán, es una apuesta por el FUTURO. Es una inclaudicable afirmación por la sustentabilidad de la vida. A la colonialidad del Poder no le interesa la Vida, su norte es la destrucción de la naturaleza y el aniquilamiento de las culturas, para poder cumplir lo que fatalmente es una máquina infatigable al servicio excluyente de la ganancia sin límites.
Ante la avanzada peligrosa de quienes sostienen la aventura del colapso de la vida, tantas veces revestidos con los ropajes de periodistas, medios de información, poder financiero y económico globalizado y concentrado, expresándose sin tapujos en la amenaza a la resistencia del Pueblo Mapuche, pronunciamos en principio nuestro repudio a esas amenazas y luego convocarnos activamente para reivindicar las banderas de la vida, de la interculturalidad, de la democracia con justicia ambiental y del derecho irrenunciable de los Pueblo Originarios a arraigarse en sus territorios y proclamar su identidad cultural.
– Rosario, ciudad del río marrón, enero de 2010
– Cátedra Libre: Saberes, Creencias y Luchas de los Pueblos Originarios
Facultad de Ciencia Política y RR.II
Universidad Nacional de Rosario
Lucha Mapuche contra las mineras y represas, por la Territorialización
Estimados:
En primer lugar deseo expresarles que quiero SABER, que deseo COMPRENDER.
Por tanto, pregunto:
De que vive el pueblo mapuche en Argentina..?
Pagan impuestos..?
Les hacen pagar algo para alguna eventual atención médica?
Asisten a escuelas del Estado Argentino? o tienen sus propios medios y/o establecimientos de enseñanza?
DIsculpen si en el afán de preguntar los ofendo en algo.
Insisto: Sólo quiero comprender.
Gracias por su atención
José Cazorla