Como ya lo hiciera con éxito dispar con Donald Trump y el Papa Francisco, el Presidente apelará a la cercanía personal en su viaje relámpago a Brasilia, donde mantendrá una compleja jornada de trabajo con el flamante mandatario brasileño.
Mauricio Macri se apoya en la historia de Nelson Mandela cuando debe iniciar un viaje al exterior que aparece difícil por sus implicancias geopolíticas e institucionales. Mandela consideraba a la cercanía personal como una clave en las relaciones políticas y Macri asumió esa estrategia con resultados antagónicos: funcionó con Donald Trump y fue un fracaso con Francisco, aunque ambos participaron en su vida personal y política antes de llegar a la Casa Rosada. El Presidente está desilusionado con Francisco, pero insistirá con el método Mandela en su viaje relámpago a Brasilia, adonde mantendrá una compleja jornada de trabajo con su colega Jair Bolsonaro.
Macri será el primer jefe de Estado que recibirá Bolsonaro en su despacho presidencial del Planalto y la agenda incluirá la situación del comercio bilateral, la posibilidad de flexibilizar al Mercosur, la crisis de Venezuela, la represión de los delitos trasnacionales, la cooperación en defensa militar y la colaboración judicial en crímenes complejos de corrupción pública. Macri partirá a Brasilia junto a los ministros Jorge Faurie, Dante Sica, Nicolás Dujovne, Patricia Bullrich, Oscar Aguad y Germán Garavano. Es la primera vez que tantos ministros acompañan al Presidente en una gira internacional: una muestra de la importancia que Macri asigna a su encuentro con Bolsonaro y a las relaciones diplomáticas con Brasil.
Macri puede repetir de memoria capítulos enteros del Factor humano, la biografía de Mandela que escribió John Carlin, un periodista inglés que estuvo varios años como corresponsal en Sudáfrica. El Presidente y Carlin tomaron café en Olivos hace unos meses, y Macri quedó encantado con la información adicional del periodista británico que supo poner en jaque a Diego Maradona con sus crónicas de fútbol.
Bolsonaro, entre Washington y Beijing
Bolsonaro enfrenta un dilema geopolítico. Pretende plegar su diplomacia a la perspectiva internacional de Trump, mientras China es el primer inversor del Brasil. El presidente americano intenta enfriar el despliegue económico de Xi Jinping en América Latina y Bolsonaro ya anunció que aspira a ser el mejor alumno regional en la Casa Blanca. Será una tarea compleja: Trump no puede asegurar el flujo de inversiones que Xi es capaz de girar con una llamada telefónica. Estados Unidos es una democracia imperfecta, a China le falta un largo recorrido institucional.
Frente a este dilema geopolítico, Macri aparece con el factor humano de Nelson Mandela. El Presidente argentino convive con éxito entre Trump y Xi, pese a la guerra comercial y a la crisis en la economía doméstica. Macri logró que Trump avale su incursión por el Fondo Monetario Internacional y que Xi abriera las fronteras de China a los comodities argentinos.
Esta capacidad de diálogo con las dos potencias mundiales, trasmitida con simpleza y exactitud a Bolsonaro, puede ser el nexo personal que una a ambos jefes de Estado. Macri logró un equilibrio geopolítico con Washington y Beijing, y Bolsonaro podría aprovechar esta experiencia personal del presidente argentino.
El Presidente conversó con ciertos ministros y secretarios sobre la posibilidad de aplicar esta estrategia en su cónclave con Bolsonaro, que ya está previsto en la agenda bilateral tentativa. Falta aún saber si será al principio de la jornada, o antes del almuerzo de Estado que se servirá en el Palacio del Planalto.
Macri tiene discrepancias con Bolsonaro. A diferencia de su colega brasileño, el presidente argentino respalda la política migratoria de Naciones Unidas, el acuerdo de cambio climático de París, la política de genero y la separación del Estado con los cultos religiosos. Pero en esta primera gira, la apuesta del Presidente es enhebrar una relación personal, trabajar sobre los proyectos comunes y administrar las diferencias. No es poco ante el nacionalismo oscuro que corre por el mundo como un fantasma.
– Infobae