Tras la ajustada victoria de Horacio Rodríguez Larreta en el balotaje porteño, el líder del PRO, Mauricio Macri, brindó un discurso repleto de errores y de anuncios sorpresivos, que demuestran un intento desesperado por recuperar terreno en el plano nacional, donde las encuestas lo muestran perdiendo ampliamente con Daniel Scioli.
Cuando Larreta ya se había asegurado la sucesión de su líder político, Macri salió a escena. Pese a repetir sus torpes bailes, a la hora de los discursos mostró una envidiable cintura para moverse al ritmo político que marca el kirchnerismo. Aseguró que mantendrá la Asignación Universal por Hijo porque “es un derecho” y no “un regalo” de los gobernantes de turno, qué YPF y Aerolíneas Argentinas continuarán en manos del Estado aunque “bien administradas”.
Para explicar la abrupta voltereta en las posiciones sobre temas nacionales en el partido amarillo se focalizaron en la incertidumbre que genera la figura de Macri respecto de medidas que el kirchnerismo enarboló como los grandes logros de su gestión. “Nos pasa en algunos lugares que la gente nos pregunta si vamos a mantener los planes sociales”, reconoció un hombre que ya dio una vuelta al país acompañando candidatos macristas para explicar las diferencias en la oratoria del empresario.
“Había tanta chicana con que iba a vender todo y privatizar hasta las escuelas públicas que Macri fue y aclaró la situación”, argumentó Federico Pinedo.
En una cabriola que hubiera hecho las delicias del mismísimo futbolista mexicano Hugo Sánchez, el alcalde porteño relativizó la influencia de los resultados capitalinos en la interna nacional. “Las elecciones locales no marcan en cada caso situaciones claras a lo nacional”, señaló y sostuvo que la campaña porteña “se tiñó de lo nacional y se creó una polarización no real”. Tal vez fue para hacer borrón y cuenta nueva ante cifras mucho más bajas de lo esperado, pero hace tan sólo tres semanas, el líder del PRO había expresado exactamente lo contrario. “Todos los votos suman para el gobierno de la Ciudad y para la campaña presidencial” porque “los votos que reciba Larreta significan energía para la campaña presidencial”, decía el alcalde una semana antes de las generales de la Ciudad. El día de los comicios reforzó el concepto: “Estas elecciones son un plebiscito para mi campaña.” (Fuente: INFOnews)