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domingo, noviembre 24, 2024

Nación distribuye en Mendoza libros con sexo explícito

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El Ministerio de Educación defiende el envío de los libros con sexo explícito y violencia. Emitió un comunicado en el que asegura que “las obras literarias” fueron “seleccionadas y aprobadas” por una Comisión Asesora Federal. Dice que son “formatos poco explorados en las escuelas”.

El Ministerio de Educación de la Nación decidió que en las bibliotecas escolares permanezcan los libros que llegaron a algunas secundarias mendocinas, y que fueron criticados por docentes que los consideraron “pornográficos” y “poco apropiados para adolescentes”.

Ante la consulta de Diario UNO, que en su edición de ayer hizo público el tema, las autoridades del organismo nacional expresaron –en sintonía con lo expuesto por la Dirección General de EsKuelas– que el “material no es de carácter obligatorio” y serán los docentes quienes deban evaluar “la pertinencia y el abordaje pedagógico en el aula”.

Al margen del comunicado oficial, desde el área de Prensa de Educación habían interpretado anteriormente que “hay provincias que no están preparadas para estos contenidos”, los cuales son parte del Operativo de Entrega de Libros, seleccionados por un grupo de escritores de todo el país y que se suman a otros tantos textos que desde el Gobierno de Cristina calificaron de “muy buena calidad”.

Con la discusión se abrió un debate más profundo: de un lado se posicionaron los que prefieren una “escuela cerrada” a este tipo de textos, porque opinan que las instituciones educativas no son el ámbito apropiado para su difusión, y en otro extremo se pusieron los que aceptan una “escuela abierta”, en la que se incluyan estos contenidos para que los alumnos los debatan con el debido acompañamiento docente, ya que interpretan que el material grafica los distintos géneros de la trama literaria nacional que quizás de otro modo no lleguen a manos de los adolescentes.

Y este cruce de posiciones no fue ajeno al Ministerio de Educación de las Nación, cuyas autoridades explicaron que el material enviado, “de calidad literaria”, sirve para favorecer procesos de aprendizaje y no para “impactar negativamente o dañar los preceptos y creencias de las comunidades”, en clara referencia a la sociedad mendocina.

El docente debe aportar su criterio

Con El inspector Justo y otras historias, de Sanyú (del historietista Héctor Alberto Sanguiliano), se hicieron públicas las críticas, aunque en las redes sociales se habló también de Sin novedad en el frente, de Patricia Breccia, o Peter Capusotto, el libro de Diego Capusotto y Pedro Saborido, textos que también estaban en las cajas enviadas por la Nación a las escuelas locales.

Osvaldo Calvente, director de la secundaria Guillermo Villanueva, de Maipú, denunció a través de UNO la situación, y a su reclamo se sumaron otros de manera anónima. “Hay imágenes que denigran a la mujer. Una cosa es que lo vean los adultos pero esto es absolutamente pornográfico. No sé quién puede haber dicho que este es un material adecuado para la formación de un adolescente”, dijo el director.

El Gobierno nacional explicó que los libros fueron escogidos en 2010 por especialistas en literatura infantil y juvenil designados por cada una de las 24 jurisdicciones.

Según entienden desde el ministerio, los alumnos, guiados por un bibliotecario o por los profesores de distintas áreas, pueden recorrer la lectura desde distintos itinerarios posibles. Y nuevamente dejaron la responsabilidad en manos del personal docente.

Durante la mañana de ayer (miércoles 7), funcionarias de la DGE otorgaron la posibilidad de que “en el proceso de integración de estos textos no incorporen para el acceso directo de los alumnos aquellos que consideran no apropiados”, y criticaron decisiones como la Calvente y otros profesores que expusieron el tema en las redes sociales en lugar de acudir a la dependencia respectiva del Gobierno local para expresar su descontento con los libros.

– Por Cecilia Osorio

– Diariouno.net.ar

El comunicado

El Ministerio de Educación de la Nación emitió un comunicado en el que justifica el envío de los libros que tanta polémica generaron entre docentes mendocinos, en los que se ven escenas de violaciones, asesinatos, orgías y zoofilia.

«El Ministerio de Educación de la Nación informa que ciertos títulos destinados al nivel secundario que han sido incorporados al Operativo Nacional de Entrega de Libros, fueron seleccionados y aprobados por una Comisión Asesora Federal del Operativo en el año 2010”, afirma el comunicado.

“Se trata de las obras Sin novedad en el frente, de Patricia Breccia; El inspector Justo y otras historias, de Sanyú; y Peter Capusotto, el libro, de Diego Capusotto y Pedro Saborido”.

“Estos libros integraron la selección 2010 del Operativo, y fueron adquiridos por la cartera educativa durante 2012”. La Nación explicó que la selección de estos materiales estuvo a cargo de una Comisión Asesora Nacional, integrada por especialistas en literatura infantil y juvenil designados por cada una de las 24 jurisdicciones.

“Una vez concluido el análisis de los materiales propuestos por las editoriales, la Comisión emitió un informe en el que se mencionaron los siguientes aspectos”, justifica.

“Esta colección ha sido pensada para acercar a los alumnos del ciclo básico y del ciclo orientado de la Escuela Secundaria múltiples lecturas de los géneros tradicionales y de los nuevos géneros –tales como la historieta, la novela gráfica y el libro-álbum– que involucran lenguajes y formatos poco explorados hasta hoy en la escuela y, muchas veces, lejanos en apariencia al mundo adulto”.

Luego de explicar que estas historietas acercan a los chicos a “lenguajes poco explorados” ratifica que no son para trabajar en materias del aula, sino para que los alumnos puedan leerlas en las bibliotecas escolares.

“Será tarea del profesor o el bibliotecario contextualizar las obras en el tiempo y espacio en el cual han sido concebidas, para acortar la distancia entre la obra y sus posibles lectores”, dice.

Los libros de la polémica

Los docentes mendocinos, sin embargo, se sorprendieron al abrir el envío que llegó desde la Nación.

El director de la escuela técnica Ingeniero Guillermo Villanueva de Maipu fue quien se animó a tirar la primera piedra, hablar y a denunciar la situación ante los medios. Escandalizado, Osvaldo Calvente decidió él mismo no poner los libros en la biblioteca de la escuela y no dejar que estén al alcance de los alumnos.

“Periódicamente llegan libros de la Nación por encomienda a las escuelas de Mendoza. Esta caja llegó hace más o menos diez días. Yo tengo ordenado a las bibliotecarias que abran las cajas y revisen el material por si encuentran alguna cosa rara”, afirmó a Los Andes.

“Gracias a Dios lo revisaron minuciosamente y detectaron que en un paquete de 30 libros había 10 libros con este contenido”, contó el docente.

“Son de lectura como podría ser Mafalda, que también nos llegó. Uno debe chequearlo, inventariarlo y después los difunde entre los profesores de lengua. Yo decidí retirarlos inmediatamente, esto no va a estar nunca en la biblioteca”, sentenció.

“Para eso soy director de la escuela”, aseguró. Una de las historietas, por ejemplo, se llama “El inspector justo”. Si uno se adentra en la historieta ve imágenes irreproducibles incluso para este diario. En la historia del inspector que se entregó para que los estudiantes lean en lengua se ven armas, sangre, violaciones, órganos sexuales en primer plano y mujeres degradadas y drogadas.

“Así como llegó la caja, la escuela la tuvo que archivar”, se animó a contar Raquel, preceptora de una escuela de Dorrego que quiso dejar el nombre del establecimiento en el anonimato. “Nadie se quiere meter, pero yo dije no. Hay que decir algo”, reveló a Los Andes.

“Esto no puede quedar así. La gente tiene que saber lo que está mandando el Ministerio de Educación a nuestros niños”. “El día viernes ya avisé en supervisión de este asunto y hasta ayer no han tomado cartas en el asunto», contó Calvente.

“Decidí hacer público esto porque más allá de que sea director soy cuidadano argentino.La educación está mal por donde se la mire y esto es parte de la improvisación que existe a nivel nacional y a nivel provincial”, afirmó el directivo sin miedo. “Siempre digo que esto no puede ser y termino discutiendo con supervisores que son el jamón del sándwich entre nosotros y la Dirección General de Escuelas”.

“Para mí, la escuela es una institución que tiene que ofrecer otra alternativa al conocimiento, que no sea ese conocimiento basura que tienen a través de Internet o de la calle”. “Si le niega esa alternativa ese chico se va a formar mal”, sentenció. “Hay apología del sexo, de las drogas y hasta de la zoofilia”, afirmó.

– Los Andes

Duras críticas de expertos en educación

El reconocido psicopedagogo Alejandro Castro Santander tuvo la oportunidad de ver los libros luego de que algunos docentes preocupados se los mostraran.

Allí pudo ver que drogan a una mujer para violarla, que se la cosifica, una orgía; uso de terminología inadecuada y la ridiculización de creencias de la Iglesia Católica como por ejemplo «Cordero de Dios (…) dame tu lana para hacer un suéter» o «San Cayetano no me pagaste los viáticos». Desde su punto de vista «hablar sólo de lo sexual es quedarse corto. Lo que se ve es vulgaridad».

Se trata de «meter todo lo vulgar que ya está en la sociedad dentro de la escuela, que en realidad tiene como función la enseñanza sistemática de la cultura para formar futuros mejores ciudadanos».

Consideró que «hay libros que son directamente una porquería y lo que se está haciendo es fundamentalmente un daño emocional ya que esto es un llamado al uso de la violencia, de drogas y pornografía».

Tildó de gravísimo que la DGE no haya visto lo que calificó como «veneno literario». En tanto, la psicóloga y psicopedagoga Cristina Reta, quien se desempeña en distintos colegios, señaló que se están vulnerando los derechos de niños y adolescentes.

«Tienen derecho a una formación sana y esto se está haciendo de manera intrusiva, con situaciones bizarras en una etapa psicosexual de mucha vulnerabilidad», opinó. Cuestionó la inversión realizada en este material inapropiado, el aval del ministerio y la gran cantidad de escuelas a las que llegaron. La profesional mencionó además que está penado por ley suministrar material pornográfico a menores de 14 años.

El uso de cierta terminología y ciertos códigos puede estar relacionado con la intención de buscar un acercamiento con los jóvenes. Sin embargo, el respaldo del sistema escolar a este contenido termina dando aval y naturalización a disvalores fundamentalmente porque está destinado a una franja etaria en la que hay internalización de normas y valores. «Se está transgrediendo la formación de la psiquis en general más allá de lo sexual», concluyó.

– Los Andes

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