Escuchando el discurso de Cristina K. ante el parlamento argentino, se jactaba de la ley de matrimonio gay en el país, como un gran logro de una cultura que está a la altura de los tiempos que corren.
Sr. Director/a:
O como tengo que decir…Srta. Directora/or…es que a estas alturas uno pierde el control de las susceptibilidades y realmente no se sabe frente a quién se está. No sólo es una cuestión de feminismo o machismo, temita tan de boga por estos días, es una cuestión de debilidades; y es que realmente nos movemos en una cultura hipersensible ante cualquiera que toque a cualquiera y es así que se compite en un juego interminable de discriminación, auto discriminación, reclamo de derechos y doblados (No se respeta un patrón a seguir, modelos prefijados, valores universales o conceptos absolutos, solo lo vale lo de uno).
¿Qué decir de los derechos del niño? Están rebuenos, pero también son utilizados contra la educación que los mismos padres quieren dar a los pibes; es así que se ve la paternidad y la maternidad, cuando se ejercen de manera más o menos normal, bastante bajoneada y reemplazada por papis y mamis que obedecen a vaya saber qué teoría antropo-pisco-socio-etcs…
Espero que no me censure el o la censuradora (o la o el censurador) pero el dilema del género, que con sólo nombrarlo produce auto exclusión por parte de los aludidos, está rodeado de una especie de aura inmaculada que protege y contiene este absurdo que puede provenir de la naturaleza o de la misma torcedura de la persona humana que le encanta encapricharse con la existencia y, claro está (en la física, metafísica y aún en el plano moral y espiritual…si se cree) todo tiene una consecuencia (acción-reacción, efecto causa, bien y mal, salvación/condenación y por qué no evolución/involución).
Escuchando el discurso de Cristina K. ante el parlamento argentino, se jactaba de la ley de matrimonio gay en el país, como un gran logro de una cultura que está a la altura de los tiempos que corren diciendo “y vieron que no pasó nada, a nadie se lo obligó a casarse con pareja del mismo sexo, todo sigue igual”. Esta mujer, a la cual le tengo un gran respeto, no tiene idea de los cambios culturales que produce esta ley (en realidad creo que se hace la boby).
Basta con citar a mi hija de tres años preguntándome sobre si los cochinos hombres o mujeres que se besan en la boca también se casan como mamá y papá. Hummm…será que todavía no la interpeló un nieto (ojo! con chips incorporado, no de esos criados a la antigua, dinosaurios obsoletos para lo que les toca vivir, sino de aquellos pibes que nacen con la tecnología virtual bajo el brazo) o simplemente está lejos de los niños y solo los ve desde las estadísticas y números que, para que vamos a mentir, sabe manejar con destreza, astucia y efectividad. Aquí sí que es admirable la distinción del género.
Para qué seguir, pero no puedo dejar de mencionar las muletillas sociales, todos esos subsidios a la pobreza y miseria de los argentinos, que para pena de los trabajadores es una cultura que crece y va echando raíces entre nosotros, porque son estos los que trabajan para financiarlos, el Estado administra. Bien dijo, la Sra. Presidenta, el problema de fondo es la injusticia social. Ojalá llegue pronto la equidad que dignifique a cada uno de nosotros por lo que somos y por lo que hacemos; por lo que decimos y por lo que cumplimos.
Ahora sí, sin permiso, director/a, viceversa, le mando esta para que pase, o no. Quién sabe.
Con respeto.
– EME.GE.
Nanas y ñañerías
La cuestion de genero, no de 2 generos : masculino o femenino, si no 6 en total, es un hecho irreversible.
De como decidan vivir los nuevos 4 generos, aparte del femenino o masculino, que existen despues de la noche de los tiempos y que estan surgiendo y descubriendose en la realidad del mundo hoy, me parece bien, me enorgullese que se reconozca que se legalice, Que los nuevos generos decidan, que sean libres de organizarse como ellos lo neseciten y lo sientan. Que el sistema los incorpore totalmente es lo mejor que puede ocurrir.
Dejar nuestro imaginario de heterosexuales, bien deformado por la cultura y la religion de lado y esperar ver que resultado tiene esta nueva figura de grupo familiar, es lo mejor, si no lo unico que queda por hacer.
Hay millones de ninos abandonados , de familias numerosas o resultado de maternidade obligadas y con todas las necesidades insatisfechas que pueden crecer con buena salud y buena educacion y tener un sitio digno o privilegiado en el seno de la sociedad a condicion que personas los tomen a su cargo, este nuevo grupo familiar lo puede hacer sin duda
Yo confio y manifiesto abiertamente mi acuerdo y mi solidaridad, hasta prueba de lo contrario
Nuevas formas…..familiares?
Esto de aplicar el positivismo al estado existencial actual suena muy laboratorio. «demostrar lo contrario», el empirismo se dedicó e jugar con los niños desde temprana edad en el siglo XX, aplicado por teorías marxistas- leninistas-estatistas y por supuesto que fracasó, como lo muestra la caída de la URSS, el muro de Berlín y cualquier tipo de sociedad empírica-conductivista, erróneamente reducida.
Hoy se hace lo mismo con el género, la concepción, con las espectativas de vida (que de por cierto se elevaron más de lo deseado en estos últimos siglos).
Está bien que la legislación positiva ordene los derechos y deberes de la sociedad, equiparar tantas diferencias de por sí notorias es una distorsión de lo que debe ser….¿Quién carajo dijo que lo heterosexual es un imaginario colectivo mal parido por la cultura y la religión?…Podrán despenearse y desconcharse quién quiera y como quiera pero lo que se sacó por algo estaba desde el principio.
Mar.Gar.
Nanas y ñañerías
Hacer el ejercicio de vivir en los tiempos que corren nos obliga a despojarnos de los «otros tiempos» que pesan sobre nuestra existencia y que están guardados en no se que recóndito lugar del alma?, la memoria?, la conciencia?. Así, asumiendo esta realidad de hoy con todos sus matices, con todos sus conflictos, recién podremos darles una respuesta acorde a la misma a las nuevas generaciones que nos interpelen sobre temas a los cuales asumimos que están presentes mas allá de nuestra formación y de nuestros deseos.
Por otro lado, observar como una desgracia que haya connacionales que reciban una parte de la riqueza que el país genera porque esas riquezas les pertenecen a los que fueron bendecidos con la gracia de no tener que recibir la mirada benévola de un estado que pretende que los desprotegidos alcancen un mínimo de goce en esta dura vida me parece un gesto egoísta falto de toda solidaridad y altruismo. Frente a esto que le diremos a las nuevas generaciones cuando nos increpen acerca de las desigualdades de la vida terrena. Acaso que la mirada divina no es igual para todos.
Sin Cara
Despojarse de toda porquería me parece genial, ¡jamás de las herencias que enriquecen la vida personal y social!
Sin memoria nos perdemos en la nada del hoy; sin conciencia nos fugamos de la existencia introduciéndonos en la espantosa soledad de uno mismo. Nos quedamos sin rostro ante la historia, anónimos, efímeros…al pedo. La realidad hay que asumirla, pero ya me decía un viejo zorro «no te hagas al ambiente, sino que hacé al ambiente»….churo no!
Lo que está bien da repuestas más allá de las épocas y demandas etnico culturales. El bien no confunde, es clarito como el agua destilada… no trucha por supuesto.
La justicia social es una tendencia global. Camina lento, va por miles de caminos, pero es una de las búsquedas profunda que todo individuo realiza dia a dia, en lo cotideano del trabajo, de la vida (familiar), en las competencia, en todas sus actividades.
La mirada divina está sobre todos y mira a todos y cada uno como El quiere, de seguro de la mejor manera. Por eso es Dios no?
Mar.Ga.