El humor le sale por los poros al libretista, tal es así que por los mailing circula la frase usada para el título de la nota: “Ni Florencia de la V ni Jorge Rojas, llega Revuelto de humor”. Y llegó nomás, anoche en La Fundación llenaron la sala de humoradas que arrancaron carcajadas a los espectadores salteños.
Largaron y no pararon en hora y media. ARPI teatro, grupo salteño, realizó un espléndido debut del espectáculo “Revuelto de humor”. Abrió la noche Omar Pizzorno, al estilo pintiano no escatimó palabras como “cara de culo” para definir el rostro que portan los empleados públicos cuando te atienden, todo “blanqueado” en un humor de varietté.
No faltó la clasificación de los políticos y de los utubeystas K, R, etc. para hablar sobre el panorama político y reírnos de los que nos gobiernan, como una especie de pintura clásica del grupo en cuestión o como un portaretrato de la vida de los salteños.
Muy ajustada la alusión a las localidades vendidas para ver a Florencia de la V y de la realidad del teatro salteño, por quien poco apuesta el público en comparación con las comerciales obras porteñas.
Pero fuera de lo cómico casi novelístico pincelado en humor político sin barreras críticas, Omar Pizzorno libreteó cuatro escenas situacionistas de teatro en las que puso a vivir personajes reales e irreales. Casi a modo de panfleto, las esculturas ecuestres de la Plaza 9 de julio cobraron vida para contar su historia de olvido y descuido: Argentina (Milena Bilén ) y Tony -Antonio Álvarez de Arenales- (Sebastián Salazar) exhibieron el anti-simbolismo y la decadencia de los monumentos.
Al inicio del show, Facundo Herrera, canchero y juvenil, habló sobre la impotencia masculina y la eyaculación precoz, como los problemas habituales de hoy. La sospecha recae en la propaganda excesiva para evitar estos males con el famoso “llame ya” para vender productos químicos y aparatos extraños para “inflar” la virilidad.
Un acierto temático fue el monólogo de Milena Bilén, con una composición basada en lo gestual, quien en lugar de alegrarse por la independencia de la mujer, despotrica contra ella por la posición en que se encuentran hoy las mujeres, sobreexigidas por el trabajo competitivo y las rutinas del cuidado de la belleza.
A nivel actoral, la obra subió la apuesta mucho más con Carlos Armatta. Las anteriores mostraron frescura y gracia. Con humor dramático, el “Negro” Armatta nos llevó a los recovecos de un hombre maduro, con pérdidas de memoria y otras yerbas. Un monólogo fuerte a nivel crítico y acertado a nivel interpretativo que no hace más que revelarnos el desastre de obra social de los viejos y el eterno discurso médico “es normal a su edad”. Vimos a un hombre sólo y resignado frente a su dolor pero con ganas de vivir.
Omar Pizzorno, quien dirige y produce el espectáculo, realizó sketch musicales con play back. Las personas salieron de sus asientos con La pituja, su personaje de enana “perra” y sorprendió humorísticamente con Azúcar Moreno y Ramona Galarza.
América Danzas presentó su cuerpo de baile con diversos ritmos, trajes vistosos y marcadas coreografías bajo la dirección de Mabel Rivadeo y Kelvy Alancay. Sin dudas lo mejor fue el tango con música de Piazzola.
La propuesta del humor se cumple. Los pasajes textuales exigieron identificación del público que seguramente hizo catarsis riéndose de sus propios conflictos. Una manera saludable de interpretar la vida, un espectáculo sin cripticismos que ancla directamente en lo cotidiano. Nos involucramos en este “Revuelto de humor” porque revuelve el ánimo y nos entretenemos quizá consolándonos con que el mal de uno es el de todos.
Un espectáculo bien armado, bien revuelto y bien logrado. Hecho en casa.
– Nota de referencia:
http://www.salta21.com/spip.php?article961 Revuelto de humor