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martes, septiembre 9, 2025

Nuevos secretos lunares

¿Qué hay en el interior de la Luna? Descubre cómo sus secretos transforman nuestra comprensión del espacio.

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A lo largo de la historia, la Luna ha sido un objeto de interés e investigación científica. Desde la histórica llegada del Apolo 11 en 1969 hasta el desarrollo del programa Artemis para fomentar el desarrollo humano sobre el principal satélite natural de la Tierra, este satélite sigue siendo central para el estudio astronómico.


En este contexto, un equipo internacional de científicos confirmó un aspecto clave de este cuerpo celeste que se mantenía como un misterio: su núcleo interno es sólido, muy similar al de la Tierra y con una densidad cercana a la del hierro.

El hallazgo, publicado en la revista Nature, pone fin a un debate de décadas sobre la estructura lunar y podría reescribir nuestra comprensión del sistema solar.

¿Qué se encuentra en el interior de la Luna y cómo altera nuestras concepciones sobre el espacio?

Según el estudio de Arthur Briaud, del Centro Nacional de Investigación Científica de Francia, el núcleo de la Luna se compone de dos capas diferenciadas: una externa fluida y una interna sólida, similar a la estructura del eje de la Tierra. Esta última región tiene una densidad de 7.822 kg/m³, muy parecida a la del hierro.

La primera capa tiene un radio de aproximadamente 362 kilómetros, mientras que el núcleo sólido alcanza un total de 258 kilómetros. Juntas, estas dos capas constituyen alrededor del 15% del radio total.

El estudio también mostró que el segundo componente tiene una densidad similar a la del hierro, lo que confirma que comparte ciertas características con el eje terrestre. Este hallazgo ofrece nuevas pistas sobre el campo magnético y su evolución a lo largo de millones de años.

¿Cuál es el perfil estimado del interior de la Luna?

La investigación utilizó datos de diversas misiones espaciales y de varios experimentos de alcance lunar para modelar con precisión el perfil estimado del interior de la Luna.

En detalle, desarrollaron nuevas simulaciones que combinaron datos sísmicos, deformaciones gravitacionales y cambios en la distancia entre la Tierra y la Luna. Los resultados coinciden con una hipótesis propuesta en 2011 por científicos de la NASA, que ya había señalado un posible núcleo sólido.

¿Qué revela el campo magnético de la Luna sobre su evolución?

Este hallazgo es crucial porque permite entender el proceso de formación y evolución del satélite natural. Refuerza la idea de que la Luna tuvo un campo magnético fuerte en sus primeros mil millones de años, generado por la actividad interna de su núcleo.

La Luna poseía un campo magnético extremadamente potente, pero este se desvaneció hace miles de millones de años. Según los investigadores, el movimiento del núcleo interno generó corrientes eléctricas que crearon un campo de inducción magnética. Sin embargo, cuando el núcleo interno comenzó a enfriarse, el campo magnético se perdió.

De este modo, entender cómo se formó y se desactivó ese campo podría ofrecer claves sobre la historia temprana del sistema solar y sobre el origen de otros cuerpos celestes.

Descubrimiento sobre el núcleo lunar y su historia geológica

A lo largo de los años, la exploración lunar ha llevado a la identificación de recursos valiosos, como el helio-3, que podría ser clave para la energía de fusión en el futuro. Este interés por la Luna no solo se centra en su geología, sino también en su potencial para ser un punto de partida para misiones más profundas en el espacio.

Además, el estudio del núcleo lunar podría ofrecer información sobre la historia geológica de la Tierra, ya que ambos cuerpos comparten un origen similar. La comprensión de la evolución del núcleo de la Luna también podría ayudar a desentrañar los misterios de otros planetas y sus respectivos campos magnéticos.

Cómo se formó la Luna

La Luna se formó hace uno 4.500 millones años después del «gran impacto», una teoría que afirma que la Tierra sufrió una colisión masiva con un objeto del tamaño de Marte, llamado Tea.

Tras el impacto, cientos de escombros salieron hacia el espacio y se unieron por la gravedad, lo cual formó un disco de material. Esta formación se consolidó con el tiempo y dio forma al satélite natural que hoy conocemos.

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