Con texto de Ariel Mastandrea, dirección de Jorge Renoldi y la actuación estelar de Ana María Parodi, se presenta este sábado 17 de abril a las 22 hs. en la Sala Juan Carlos Dávalos «Oh, Sarah», la última producción del Grupo Stress.
La obra es una apretada síntesis de la vida de la Bernhardt … más allá de su «vida actriz» se acerca a la mujer… al ser humano, su carácter, sus sentimientos… ilusiones, su pasión, su lucha cotidiana… que también es y fue la lucha de muchas mujeres, arriba y abajo del escenario… siempre, en todas las épocas, abrir caminos fue muy difícil…
La puesta en escena propone un homenaje a las actrices y teatristas de todos los tiempos; en el encuentro de lugares comunes, el tiempo parece no haber transcurrido: se reflejan las mismas luchas, los mismos sinsabores que aquellos primeros actores y actrices que creaban una realidad diferente de la realidad cotidiana y que no obstante, hacían sentir a su público la emoción de sus propios estados vivenciales. Es una devolución, un reconocimiento a todos aquellos que hicieron del teatro una forma de vida, y que dejaron sobre el escenario su propia sangre, sacrificando amores, familias y hasta la felicidad personal.
La escritura escénica, pone el acento en la interpretación de la actriz, en sus acciones y en la composición de los distintos aspectos y tiempos del personaje para hacer evidente el sentido del texto dramático, que desde lo atemporal descubre en los actores de nuestro tiempo el mismo afán de los actores y actrices de todos los tiempos, las rupturas, las bisagras, la transición de los estilos y las escuelas, la espera desesperada de los teatristas independientes; los sueños, los desvelos, la desvalorización social y la frontera con lo marginal, lo mal visto, lo prejuiciado. Con un ritmo vertiginoso, donde los tiempos se suceden unos a otros entrelazando la vida de Sarah joven, Sarah mayor, la protagonista vive y relata las experiencias de una actriz que es la de todas las actrices. Quien está en el escenario?… La Actriz?… El personaje?…. La experiencia, encarnada en cada aspecto del personaje propone subjetivamente estos interrogantes al espectador, sugiriendo que la protagonista, podría ser todos y cada uno de los actores del mundo.
Detrás de cada aplauso, el artista siempre queda solo, con su creación y su locura, con sus miedos y sus culpas; dudas y certezas.
¿Es el teatro un espejo de la vida?… ¿Es la vida la que nos enseña a actuar?…
El público aplaude o abuchea… ensalza o critica…
¿Quién conoce realmente la vida que acontece detrás de la máscara?
– Foto: Isidoro Zang
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Sarah Bernhardt… Oh, Sarah
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