Los científicos sostienen que el acuerdo alcanzado en París da la impresión de que el calentamiento global se está abordando correctamente, cuando en realidad, las medidas son escasas para evitar un cambio climático fuera de control.
“El tiempo para la ilusión y el optimismo ciego que ha caracterizado el debate sobre el cambio climático ha terminado. El tiempo de hechos y decisiones es ahora”.
La carta firmada por los profesores Paul Beckwith, Universidad de Ottawa; Stephen Salter, Universidad de Edimburgo; Peter Wadhams, Universidad de Cambridge; James Kennett, de la Universidad de California; los doctores Hugh Hunt, Universidad de Cambridge; Alan Gadian -Senior Científico, Centro Nación de Ciencias Atmosféricas de la Universidad de Leeds; Mayer Hillman – Senior Fellow Emérito del Instituto del Instituto de Estudios de Política; John Latham, Universidad de Manchester y Aubrey Meyer – Director, Global Commons Institute; John Nissen – Presidente Ártico Metano Grupo de Emergencia y Kevin Lister – autor de «La vorágine de la violencia y por qué estamos perdiendo la guerra contra el cambio climático» dice:
“Los vítores huecos del éxito al final del acuerdo en la COP21 demostró una vez más que la gente va a escuchar lo que quieren oír y no tener en cuenta el resto. Lo que la gente quería escuchar era que se había llegado a un acuerdo sobre el cambio climático que podría salvar al mundo, dejando los estilos de vida y aspiraciones sin cambios”.
“Para la segunda mitad de este siglo deberán eliminarse por completo las emisiones de carbono. Lograrlo requerirá que las emisiones producidas sean capturadas y desechadas o que sean compensadas por ejemplo, a través de plantar un vasto número de árboles., esto es casi imposible de cumplir”.
“Todos los países se comprometen, además, a controlar mutuamente sus planes de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero (INDC), con revisiones cada cinco años a partir de 2023, pero deberán esforzarse más si quieren alcanzar el objetivo marcado, ya que las propuestas actuales sólo frenarían el calentamiento a 3 grados Celsius (centígrados)”.
Los científicos y grupos ambientalistas más críticos, advierten que el acuerdo no es vinculante, ya que no incluye algún mecanismo de sanciones por no cumplir con los INDC, y que algunos plazos de tiempo de acciones para reducir las «emisiones a cero» para la segunda mitad del milenio, como la de plantar árboles, son vagos.
Acuerdo histórico
Recordemos que después de dos semanas de intensas negociaciones, los 195 países que se habían reunido en París aceptaron sin objeción, “un acuerdo histórico” sobre la reducción de las emisiones de gases con efecto invernadero. La comunidad internacional se fijó como objetivo, mantener el aumento de la temperatura por debajo de los 2 grados Celsius (centígrados), con respecto a la era pre industrial.
Las negociaciones giraron en torno a los tres temas que entorpecían el entendimiento: la ambición del futuro pacto del clima, la diferenciación entre países desarrollados y en desarrollo al asumir responsabilidades y la financiación a estos últimos.
El nuevo acuerdo entrará en vigor cuando al menos 55 partes, que sumen en total el 55% de las emisiones globales lo hayan ratificado.
Conclusión
James Hansen, uno de los científicos pioneros en poner en evidencia el cambio climático, afirmó que, “Las negociaciones en París eran un “fraude”, y que se necesitan “acciones” para cortar las emisiones de carbono al 2020, y no “solamente promesas”.
Resta mucho por hacer hacia la COP 22 en Marrakech, Marruecos, en noviembre de 2016. Y todavía queda mucho trabajo por hacer en todo el mundo para traducir los débiles compromisos de París en acciones significativas a favor de los pueblos y el planeta, responsabilizando a los gobiernos y a las corporaciones.
– Imagen de portada: COP21 firma del acuerdo – foto UN
– El autor es Presidente / Asociación Amigos de los Parques Nacionales – AAPN –
Experto Comisión Mundial de Áreas Protegidas – WCPA – de la IUCN-
Red Latinoamericana de Áreas Protegidas – RELAP –