Lo vivido en la noche del miércoles es un ínfimo porcentaje de lo que significa aquella idea, pero para nosotros, los salteños, es un paso más que alguna vez conducirá a que similar intención, brinde la oportunidad para que algunos de sus alumnos lleguen cuando menos a la Orquesta Sinfónica de Salta.
Salta, Miércoles 17 de diciembre de 2008. Teatro Provincial. Orquesta Sinfónica de Salta. Orquesta Juvenil de la Provincia. Solistas: Martín Cardinalli (violín). Darío Galián (corno). Director Maestro Felipe Izcaray. Sinfonía en mi menor nº 9 op. 95 “Del Nuevo Mundo” (Antonin Dvoràk 1841-1904). Sinfonía Española nº 21: Primer Movimiento (Edouard Lalo 1823-1892). Concierto para corno nº 1 en re mayor K. 412 (Wolfgang A. Mozart 1756-1791). Conga del Fuego Nuevo (Arturo Marquez 1950).
En Venezuela, el Programa de Orquesta Juveniles creado por el maestro José Antonio Abreu en 1975, ha tardado años en dar nombres rutilantes al mundo de la música. El director de orquesta Gustavo Dudamel se hace cargo dentro de dos semanas, nada menos que de la Filarmónica de Los Ángeles, el joven Edicson Ruiz ganó a los 17 años un lugar dentro de la fila de contrabajos de la Filarmónica de Berlín, Gustavo Nuñez es el primer fagot de la Concertgebouw de Ámsterdam, para nombrar solo algunos de los músicos que han surgido de ese programa. A ellos hay que agregar muchísimos nombres en distintos lugares del mundo o contar que más del 70% de los integrantes de las orquestas profesionales venezolanas han surgido de ese programa.
Lo vivido en la noche del miércoles es un ínfimo porcentaje de lo que significa aquella idea, pero para nosotros, los salteños, es un paso más que alguna vez conducirá a que similar intención, brinde la oportunidad para que algunos de sus alumnos lleguen cuando menos a la Orquesta Sinfónica de Salta. El repertorio elegido por el Maestro Izcaray revela no solo interés plausible sino además conocimiento de lo que nuestro proyecto local de desarrollo de orquestas infanto-juveniles puede representar para Salta.
Hoy casi no hablaré de las obras sino de las emociones despertadas en la noche del miércoles. Por de pronto ví a los integrantes de la Orquesta Juvenil que junto a sus profesores, todos músicos de la orquesta de mayores, acometieron con esa hermosa sinfonía que es la escrita por el checo Dvoràk desde EE.UU. donde vuelca su nostalgia por su lejana tierra. Más allá de algunos deslices en el tono por parte de los jóvenes alumnos, la interpretación, con el “ralenti” típico centroeuropeo fue meritoria. Su adagio estuvo lleno de sentimientos profundos y sus allegros con el vigor que pide su autor.
Luego apareció el primer héroe de la noche. Martín Cardinalli es el concertino de la orquesta juvenil. Su solo desnudó dos cosas: 1) La profundidad, encanto y refinamiento propios de la música del francés Lalo y 2) Que para que su musicalidad vaya alcanzando mayores niveles, necesita un mejor violín. Tal vez Fundartis la entidad que con aportes públicos y privados aportó a chicos y jóvenes una buena cantidad de instrumentos se anime a patrocinar, una vez más, la obtención de lo que Cardinalli merece. Después llegó el segundo héroe, el joven Darío Galian hijo de Raúl Galian cornista de la Banda del Ejército cuyos cuatro descendientes son promesas de excelentes músicos. Luego de hacer el Mozart desenfadado, galante y puro, sin ningún error, recibió en el escenario el emotivo abrazo de su padre. Finalmente el estreno de una breve pero tremendamente atractiva página del mexicano Arturo Márquez.
Con ella la Orquesta Juvenil de Venezuela hizo delirar a los londinenses no hace mucho en sus famosos Proms. En este caso deliraron los salteños que llenaban el teatro.
El maestro Izcaray con su generosa musicalidad supo despertar entusiasmo desbordante y dedicó el concierto a todos lo que hicieron posible la existencia de la Sinfónica de Salta, o sea a sus antecesoras, la Juvenil, la Municipal y la Estable en el nombre de sus ex directores: José Aguirre, José Roriguez Fauré, José Alberto Sutti, Antonio Montero, Eduardo Storni, Humberto Clark, Roque Masuelli. Todo terminó con la conocidísima Marcha Radetzky donde las dos orquestas fueron entusiastamente acompañadas por las palmas del público.
Otro paso adelante
Con el máximo de los respetos, me atrevo a opinar. Soy violinista de Venezuela, sé que el maestro Izcaray dirije en Salta, pues por ello entro a diario en todas las portadas de esta ciudad Argentina.
El maestro Izcaray en Venezuela es un director mas, con ello quiero decir sin animosidad alguna que, allí en Salta-Argentina,le hacen MUCHO CARTEL como si fuera un Calderón ó un Mettha y no es así, quizás sea porque en Salta no tuvieron la posibilidad de escuchar y ver dirijir a excelentes DIRECTORES de orquestas sinfónicas. Yo fui primer violín de diversos directores superiores en idoneidad al maestro Izcaray. LO DE IZCARAY SOLO PASA POR UNA CUESTIÓN DE CARISMA EN UNA TARIMA, ES SOLO ESO.Tengo entendido que el actual director Luis Gorelik es muy superior al maestro Izcaray, que si bien NO ES TRIBUNERO (como decimos aquí a los directores que pretenden un protagonismo o carisma hacia el público auditor), EL MAESTRO LUIS GORELIK ES MUY SUPERIOR EN LO QUE HACE A DIRECCIÓN Y CONOCIMIENTOS DE LA MUSICA TODA.
Espero que los salteños conserven al PRESTIGIOSO LUIS GORELIK que no busca una premiación para esa orquesta sinfónica de Salta, sino CALIDAD EN LA DIRECCIÓN DE LAS OBRAS Y EMOCIÓN PLENA EN LA EJECUCIÓN DE SUS MUSICOS. Atte. Bruno Chávez de Venezuela.
Sr. Bruno Chávez
Es realmente sorprendente su nota. ¿Bruno? ¿Qué origen tiene su familia? Cuando escriba aclárelo por favor. Luego le diré por qué. Tiene que ver con su nombre: Bruno y su país: Venezuela. A propósito, estuve en él, durante agosto de este año, invitado como crítico internacional al IX Festival y Academia de Música del Nuevo Mundo. En todos los nombres de músicos sobre los que he leido, nunca encontré el suyo.¿Tendría la amabilidad de informar el número de su Cédula de Identidad?
Con el máximo de los respetos, tal como usted dice en su misiva, me permito enviarle estas líneas. He leido varias veces su nota para ver si la entendí bien. Y le confieso que no tuve suerte. Usted dice «El maestro Izcaray en Venezuela, es un director más…» Pero resulta que antes de ese concepto afirma «sé que el maestro Izcaray dirige en Salta, pues por ello entro a diario en todas las portadas de esta ciudad argentina». Pues déjeme decirle que se toma un trabajo casi inexplicable. En mi caso, cuando alguien, artista o no, carece de importancia, pues directamente lo borro de mi mente. Sin embargo y a pesar de su concepto del maestro Izcaray, usted se toma el trabajo de leer a causa de él, todas las portadas de Salta. En verdad es un hecho cuando menos risueño salvo que no tenga otra cosa más importante que hacer que fijarse diariamente todo lo que se dice del maestro Izcaray en nuestra ciudad. ¿Coincide conmigo en que ésto no cierra? Si usted me permite le diría: borre al maestro Izcaray de su cabeza, olvídese de él, dedíquese a Gustavo Dudamel, Edicson Ruiz, Alexis Cardenas, Gabriela Montero, Jorge Glem, Gustavo Nuñez, Simón Gollo, etc. hombres y mujeres venezolanos que hacen arte musical ya sea como solistas o como integrantes de orquestas del primer mundo y de la misma Venezuela o dirigiendo grupos sinfónicos de primer nivel como la Filarmónica de Los Ángeles por ejemplo. Sus neuronas deberian estar dedicadas a ellos pues han trascendido los límites de su país y no al maestro Izcaray que según usted es «apenas una cuestión de carisma en una tarima». No voy a hacer una defensa del maestro Izcaray. No sólo no es ésa mi función sino que el maestro Izcaray es lo suficientemente mayor para defenderse solo. Pero sí debo aclararle algo. Sus contradictorias aseveraciones están muy lejos de lo que siente el público salteño que colmó el Teatro Provinicial cuando supo quién conducía la orquesta y terminó batiendo palmas al compás de la música que entregaba el maestro Izcaray. Y en ésto, no tengo absolutamente nada que ver. De modo que no me otorgue méritos que son de otros. Como crítico musical perteneciente a la Asociacion respectiva en nuestro país, me limito a contarle al público mi propia visión artística de lo que sucede en mi ciudad.
La comparación entre el maestro Izcaray y quien es el director actual de la orquesta, el maestro Gorelik, me pareció una torpeza de su parte pues en mi nota crítica no he incurrido en tamaño error. Es lo mismo que comparar a Essa Pekka Salonen con Sir Charles Mackerras. ¿Qué sentido tiene? Cada uno de estos famosos directores tiene sus virtudes y sus defectos pero nada aporta ni a los nombrados, ni a los músicos ni al público que haya asistido o no a sus conciertos una comparación entre ambos. Es lo mismo que yo compare sus dotes de «primer violín de distintos directores», tal como usted dice, con el arte del concertino Glenn Dicterow. ¿Sabe quién es? En algún otro momento podré contarle de mis conversaciones con él.
Finalmente me pregunto si conoce a Sir Simon Rattle, Claudio Abbado, Pedro Ignacio Calderón, Zubin Metha, Carlos Cillario, MIlanov Rosen, Keith Lockhardt, Sir Colin Davis, Jesús López Cobos, Kurt Masur, Bernard Haitink, Charles Dutoit, Christoph von Donanyi, Simón Blech, Mario Benzecry, Lorin Maazel, Leonard Slatkin, André Previn, Mstislav Rostropovich, Stanislav Wislowcki, Stanislav Scrovachevsky, Rudolph Barshai, algunos ya fallecidos, pero todos notables directores a los cuales escuché y vi dirigir en sus lugares de origen, muchos de los cuales tuvieron la generosidad de atenderme en mi calidad de crítico de mi país. Pude hacerlo porque Dios y la vida me permitieron una buena cantidad de viajes a ese exclusivo mundo de la música superior. Ellos conforman una pequeña lista de una bastante más amplia de conductores a quienes conoci personalmente. Tal vez ésto conteste su preocupación que «en Salta no hay quien haya escuchado y visto dirigir a excelentes directores».
De todas maneras déjeme agradecerle señor Bruno Chavez su carta. Me permitió contarle al público lector aspectos de mi labor como crítico pues decirlas sin ningún motivo me parece ingresa en el ámbito de los que carecen de estatura. ¿Sabe lo que es carecer de estatura? Tengo la sensación que si usted toca el violín de igual forma a cómo opina, ya me es claro por qué usa el pasado para decir: «fui primer violín de distintos directores».
Atentamente
José Mario Carrer
– Miembro nº 30 de la
Asociación de Críticos Musicales
de Argentina.