Es una nueva especie, que se destaca por ser enana. Los esfenodontes fueron unos reptiles muy diversos en la época de los dinosaurios y sus representantes herbívoros conocidos hasta ahora superaban el metro de longitud. Sin embargo, este ejemplar hallado en Chubut ronda apenas los 20 centímetros.
El paleontólogo Sebastián Apesteguía, autor principal del estudio publicado en la revista científica Journal of Vertebrate Paleontology, comentó a la Agencia CTyS que “los esfenodontes herbívoros conocidos hasta ahora superaban el metro de longitud y, uno de los desafíos de este estudio, fue demostrar que se trataba de una nueva especie enana, es decir, que no era una ejemplar juvenil de alguno de los esfenodontes ya identificados”.
Una de las claves para determinar que este ejemplar correspondía a un esfenodonte adulto radicó en sus dientes. “Pudimos ver que estos ejemplares hallados tienen un desgaste muy grande en la dentición, lo que hace pensar que no eran jóvenes y habían alcanzado el tamaño de su adultez”, explicó el investigador de la Fundación Azara (Universidad Maimónides, CEBBAD-CONICET).
El doctor Apesteguía observó que otro de los factores que pudo haber generado un desgaste tan notorio en sus dientes fue que dicho esfenodonte vivió en un ambiente volcánico, en el que los alimentos pudieron estar cubiertos parcialmente por cenizas.
Los fósiles hallados están en muy buen estado de conservación. El paleontólogo José Luis Carballido, investigador del Museo Egidio Feruglio especializado en el estudio de los dinosaurios saurópodos -los mayores vertebrados que hayan caminado sobre la Tierra-, lideró la campaña en la que se produjo el descubrimiento de un cráneo con la mandíbula articulada, que se sumó a otros pedazos de maxilares y mandíbulas sueltas colectados en años previos por el equipo del paleontólogo alemán Oliver Rauhut.
“Realizamos esta campaña en 2007, buscando nuevos yacimientos de dinosaurios en el centro geográfico de la provincia de Chubut”, contó el doctor Carballido a la Agencia CTyS. Y agregó: “Extrajimos estos pequeños materiales, con un cráneo que apenas supera los dos centímetros, y me puse en contacto con el doctor Apesteguía, que ya había estudiado esfenodontes en la provincia de Río Negro y se especializa en esos reptiles del Cretácico”.
Al respecto, Apesteguía comentó que “la nueva especie enana está emparentada con los esfenodontes de Río Negro, que también son del Cretácico, con la diferencia de que éstos medían más de un metro y sus cráneos superaban los 15 centímetros”.
Ello conlleva a desarrollar ciertas hipótesis para tratar de explicar esta diferencia de tamaño tan llamativa. “Una de las teorías es que este esfenodonte enano de Chubut, por vivir 400 kilómetros al sur de los de Río Negro, debía enfrentarse a climas más fríos y tener un cuerpo pequeño permitía que su organismo se calentara rápidamente al tomar algo de contacto con el sol”, comentó el investigador de la Fundación Azara.
Los herbívoros, los más grandes
En los tiempos de los dinosaurios, hubo esfenodontes de formas muy variadas, tanto terrestres como marinas, en diversidades insectívoras, carnívoras y herbívoras. La mayoría de ellas eran muy pequeñas, del tamaño de una lagartija, pero sus formas herbívoras conocidas hasta ahora siempre superaban el metro de longitud.
De allí la rareza de esta nueva especie, bautizada como Priosphenodon minimus, porque los animales herbívoros siempre son corporalmente más grandes en la naturaleza. “Como las plantas son más difíciles de digerir que la carne, los herbívoros necesitan almacenar dentro de sus cuerpos lo que consumen, en espacios donde fermentan y las bacterias producen la digestión”, explicó Apesteguía.
Por ejemplo, las vacas tienen cuatro estómagos. Asimismo, los dinosaurios herbívoros alcanzaban dimensiones más grandes que los carnívoros, porque también precisaban de mayores espacios dentro de sus cuerpos para producir la fermentación bacteriana.
En efecto, es difícil explicar la existencia de un esfenodonte herbívoro tan pequeño. “La excepción que existe en la actualidad de herbívoros diminutos se da en algunas lagartijas de la Patagonia, que justamente son herbívoras y son chiquitas, lo cual lleva a pensar que el clima pudo haber actuado como condicionante”, comentó el autor principal de este estudio.
El conocimiento de los esfenodontes
Priosphenodon minimus tenía un cráneo robusto y, según indicó Apesteguía, con una forma algo semejante a los roedores en su mandíbula. “Tiene un cráneo cuadradón y sus dientes incisivos hacen pensar en la de algunos roedores que existen hoy en la Patagonia, como el tuco-tuco social, lo que genera la hipótesis de si esta estructura no se debe a una forma adaptativa semejante”, analizó.
Otro de los aportes importantes del trabajo publicado es la reutilización del género Priosphenodon que, publicado originalmente en 2003 para los esfenodontes de Río Negro, había sido desplazado por el nombre Kaikaifilusaurus, a partir de dos fragmentos de mandíbulas hallados en Neuquén. Con el nuevo trabajo de Apesteguía, se restablece el primer nombre como válido.
– Por Emanuel Pujol (Agecia CTyS)