Siguen siendo jóvenes músicos apasionados con lo que hacen.
Salta, viernes 21 de setiembre de 2012. Concierto de cámara de PARALELO 33º, trío de percusión integrado por Martín Diez, Fabián Keoroglanian y Pablo La Porta. Obras de Cage, de May, Keoroglanian, Santamaría, La Porta, Metheny. Fundación Salta. Ciclo el Mozarteum Argentino Filial Salta.
Me quedé helado. Delante mío un niño de unos once años movía su cabeza al ritmo de los percusionistas. No tenía idea que tocaban, que autor interpretaban, pero él llevaba el ritmo casi con perfección, como si hubiera nacido escuchando este impagable grupo de cámara. Cuando finalizó el concierto, le pregunté delante de los padres: “¿te gustó?” y mirándome a los ojos me dijo “jamás voy a olvidar esto”. Miré alrededor y vi caras de asombro y sonrisas de satisfacción.
Los conocí en Salta hace seis años cuando vinieron también para el Mozarteum. Siguen siendo jóvenes músicos apasionados con lo que hacen. Son percusionistas de nivel académico que al comienzo, a mediados de los noventa, eran un cuarteto que devino hace varios años en este trío formidable. Batería, marimba, xilófono, tumbadoras, bongoes, redoblantes, un extraño instrumento llamado “hang”, la lista llega a más o menos una treintena de elementos que el no avisado podría decir: “bah, sólo sirven para el golpe”. Pero no es así. Hay infinitas sutilezas. Intensidades, silencios, palmas simultáneas, una variedad pasmosa de “beats”, de pronto una melodía en la marimba que te llega al alma, son serios pero trasuntan la alegría de hacer música con uno de sus elementos básicos: el ritmo. Llegan los decrescendos hasta niveles casi inaudibles para regresar a la fuerza vital del golpe en solitario o grupal. No es fácil describir todo lo que hacen. Escucharlos es una experiencia que no se puede narrar, hay que vivirla.
“Músique de table” para manos que corren por la superficie de un papel, golpes con los dedos, con las palmas, con el dorso. Luego un lenguaje semejante al jazz latino. Así abrieron y siguieron con las cansinas formas de John Cage o una base afro que da pié para la tristeza del blue. La emotiva página de Keoroglanian para su hijo. Un fantástico momento del baterista La Porta con dos redoblantes uno de los cuales fue ejecutado con el escenario a oscuras, las bellezas de una zamba, una página cargada de swing del yankee Pat Metheny, etc.
El ritmo tiene vida, vuela alto y los pasajes melódicos entonces adquieren mayor valor. Estos músicos son, sin duda, un aporte a la música argentina, clásica, popular, novedosa, atrayente, con un “punch” que hipnotizó durante hora y media a todo el mundo. ¿Son virtuosos? Claro que sí y el público los ovacionó como tales.
