El público que anoche (26/05) reventó la taquilla de las dos funciones en Salta en el Teatro del Huerto, se mete bajo las sábanas de dos parejas cuyas intimidades se cruzan y lo peor de todo es que son amigos, o al menos, lo eran… Javier le dice a su mujer, Sonia, “te amo”; pero se lo dice a Paula también, su amante, amiga de su esposa, esposa de su mejor amigo. ¡Un cretino! La sensualidad es un personaje más en esta obra de David Serrano bajo la dirección de Manuel González Gil.
Nico Váquez y Gimena Accardi se lucen en sus protagónicos como Javier y Sonia, una pareja de muchos años con ciertos juegos en la cama, unos aceptados y otros, por “charlarse”. “Tenés que cambiar”– le dice Sonia. Porque Javier es machista, retrógrado, misógino, discriminador…. “todo en ese orden”. La composición actoral de Nicolás tiene como un “agudo” permanente, nunca baja el ritmo y la energía, siempre en lo alto, maneja los matices de un personaje delirante y manipulador, cuya comicidad crea un efecto de complicidad con el público porque es el “vivo” canchero, fachero y chamuyero. Casi casi el típico «avivado» con su viveza criolla, que en este caso consiste en engañar a las mujeres convirtiéndose en un tremendo infiel, hábil y mentiroso, cuyas estocadas son parte de una especie de “acting” que monta para no ser descubierto en su doblez.
Accardi, sumamente dúctil como intérprete, de un encanto que trasvasa el escenario, con un ángel propio, se coloca en la escena como una mujer amorosa y al mismo tiempo, peligrosa; diría, el lado femenino de su esposo o, la otra cara de la moneda. Hombre y mujer que como espejos, se reflejan el uno en el otro con sus actitudes. Ambos actores, impecables.
La Comedia Musical va sumergiendo al espectador en una atmósfera particular a la que sería muy cómodo agregarle “ochentera” por las canciones de rock de esa época que eligen para acompañar determinadas situaciones. Pero no es retro. Es moderna. Es un “hoy” que se remonta a un pasado; pero no es el pasado el que toma la escena. Los personajes asombran por esa falta de imprevisión a la hora de comportarse, como si se fueran entretejiendo complejidades de una temática que nunca se agota: el sexo, el amor, la infidelidad.
Benjamín Rojas es Pedro y Sofía Pachano, Paula. Forman la otra pareja, aunque rota. Podríamos decir que están en plena crisis. Ella lo dejó por su mejor amigo, nada menos. Artísticamente, Rojas se destaca en los temas que canta, le pone énfasis y cuerpo a las letras con muy buena voz; también Pachano que además, se solidifica en las coreografías de Rubén Cuello. Sofía crea un personaje divertido, tipo “casual” en su look, casi casi frívolo, pero singularmente disparatado.
Sofía González Gil pasea su cuerpo por varios personajes hasta que llega a ser Pilar con una onda friki, una cuasi insoportable mujercita con un tono viciado que saca de quicios a cualquier mortal. Alucinante realmente. Gran actuación con una dinámica atractiva en su desarrollo. Se crea un personaje. En el mismo plano, Francisco Ruiz Barlett, que es el personaje tipo “medio pelo” del que hablaba Jauretche, solo que en lugar de mostrar sus conquistas materiales, habla de sus conquistas personales con las mujeres. Es un sujeto que vive de la “parada”, el típico fanfarrón que te compra por su acelerada manera de hablar, sus relatos de “ganador” y su facha de galán. Acertada composición de Barlett, el tachero infaltable de las “tertulias” del billar.
Las confusiones que se dan entre los personajes cuando descubren que son engañados, pero no saben con quién, son situaciones típicas de las comedias de enredos. Las ironías y los gajs son recursos muy bien aprovechados en ciertas escenas donde el humor urde situaciones desopilantes.
Bocanadas de aire fresco desde el arranque. Perturbadora en su desarrollo con toques de una exquisita sensualidad que se desborda. Adrenalínicas y sustanciosas actuaciones de los seis comediantes. Una pasión que se nota a la hora de hacer este laburo. Un toque de perversión y todo el humor, son los condimentos de una receta infalible para el éxito de esta puesta. La idea es tirar para arriba.
“El otro lado de la cama”, especie de conjuro en el que nadie sale bien parado, sugiere también que el sexo y el amor tienen múltiples vórtices, que hay “grises” como dice Sonia y repara en ello Javier. Y cosa llamativa, hay un exterior que se ignora, hay algo que está más allá de un espacio íntimo y que suele ser desconocido entre quienes dicen incluso, conocerse. Se nos invita a estar en ese otro lado de la cama: puede ser una experiencia única.
– Anécdota: Nico le dedicó la función (hs. 01:47 am) a su esposa Gimena por ser su cumpleaños. El público cantó con el elenco el Feliz cumpleaños para Accardi. Emocionada, dijo que se sienten bendecidos por la cantidad de espectadores que lleva la Comedia (200.000) y manifestaron su sorpresa ante dos funciones a lleno total en Salta. Gimena dijo que están a favor del amor y que consideran que todas las personas son iguales. Agradecieron al público por haber ido a verlos.