Así es, hay que pasar por la ruta que atraviesa la localidad contigua a nuestra ciudad capital, Vaqueros, para verificar con toda claridad el peligro que significa, sobre todo para los peatones, transitar por esta vía.
El trayecto que va desde el puente de entrada a este municipio, entrando desde la ciudad capital, hasta pasando las escuelas San Cayetano y la contigua escuela pública es realmente una boca diabólica a punto de llevarse a algún transeúnte al mismo infierno.
La densidad del tránsito en las horas pico, la malísima señalización y los mínimos recursos humanos que allí se disponen para dirigir el paso vehicular y el pasar de las personas son una eficaz fórmula que de hecho dará como resultado una tragedia esperada sin ton ni son.
Apuntando directamente a la zona más vulnerable y que de hecho son las escuelas, se aprecia una verdadera anarquía en los momentos de entrada y salida de los alumnos. Los padres con sus automóviles, las motos, y los chicos de a pie realmente se las ingenian como pueden para llegar sanos y a tiempo para cumplir con su responsabilidad escolar.
¿Cuál es la solución para tamaño riesgo que sufren los chicos sobre todo?… solución la hay porque este no es un problema de ahora, sino que viene originándose de antaño y los diferentes directivos escolares, dirigentes del ejido municipal y vecinos han planteado las estrategias para prevenir una tragedia que se anuncia a los gritos.
Un inconveniente mayor es la inactividad que existe desde la Nación para construir por ejemplo una pasarela ya que esta es ruta nacional…pero no es un impedimento para que los foros políticos locales gestionen por otros medios, como ser los canjes con empresas tal como cuando se realizó la pasarela de avenida Paraguay frente a villa Palacios, la construcción de este necesario paso para las gentes de Vaqueros y en especial de los niños es del todo posible desde la dirigencia política, llámense intendente, concejales, diputado, dirigentes de centros vecinales, etc…
Dentro de estas soluciones algo “mayores” también se ve la necesidad de instalar semáforos para los vehículos y para los peatones, una inversión menor que no cabe en la cabeza de nadie por qué el municipio local aún no lo realizó. Quizás prorratear la deuda municipal de los vecinos en el costo de la semaforización otorgándoles una buena bonificación sería una manera de viabilizar esta obra mediana.
Una cuestión básica que permanece en el letargo del tiempo sin realizarse es la debida señalización en esta ruta y ciertamente en lo que concierne a las escuelas hasta el interior mismo de estas. La indicación de escolares, bajar la velocidad, llenar de cartelería y del arte rutero para que el conductor y el peatón internalicen el cuidado que se debe tener en especial con los niños.
Este tema menor pero no por esto menos importante que una pasarela o una semaforización, se puede trabajar en red entre el municipio, padres de los alumnos y vecinos. Una locreada o empanadeada arrimarían los pesos necesarios. La supervisión de los oficiales de Tránsito ayudaría a la correcta señalización.
Así están las cosas en la ruta que cruza la localidad de Vaqueros. La parca al acecho para ver a quién llevarse. Está en nuestras manos actuar con celeridad para ganarle esta pulseada a la tragedia.
– Hugo Luis Daher
