El gobierno de Mauricio Macri anunció entre bombos y platillos la realización de un denominado Plan Belgrano, que vendría a resolver los problemas del NOA y NEA argentino, y pone al frente del mismo al “odontólogo” tucumano José Cano.
El gobierno de Mauricio Macri anunció entre bombos y platillos la realización de un denominado Plan Belgrano, que vendría a resolver los problemas del NOA y NEA argentino, y pone al frente del mismo al “odontólogo” tucumano José Cano.
El plan Belgrano promete invertir u$s 20.000000.000(veinte mil millones de dólares)-Fundamentalmente en el NOA
Se desagregan así: u$s 16.000.000.000- en infraestructura y u$s 4.000.000.000- en un Fondo de Reparación Histórica, SIC¡¡¡¡¡( los salteños conocemos los manejos del denominado fondo de reparación histórica para el Departamento General San Martín producto de la entrega de las regalías petroleras hasta el 2023, 220 millones de dólares que nadie sabe donde están.)
LA INFRAESTRUCTURA ES DIRIGIDA FUNDAMENTALMENTE A REINAUGURAR EL ANTIGUO FFCC BELGRANO, este fue desmantelado y saqueado por la Burguesía Lumpen Argentina y sus socios eternos, el Sindicalismo Cipayo «Nacional y Popular”.
El pueblo argentino tendrá que pagar nuevamente el FFCC QUE ESTOS DESTROZARON. La pregunta que debemos hacernos es ¿ tiene sentido invertir 20.000.000.000 EN UNA REGIÓN QUE SOLO PARTICIPA GENERANDO EL 5% DE PBI??????
Suena a verso, sólo arreglaran chapuceando el Ramal PICHANAL – AVIA TERAI- SANTA FE- ROSARIO para poder sacar la soja…….QUE LO PAGUE LA BURGUESÍA ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡
ELLOS TOMAN DÓLARES AL 10% ANUAL QUIEN PAGARÁ LOS INTERESES Y LOS JUICIOS CUANDO NO CUMPLAN, ¿LOS EMPRESARIOS DEL NOA??? JA…JA
ESTOS TIENEN UN SOLO NEGOCIO, VIVIR DE LOS ESTADOS PROVINCIALES.
Esto quiere decir que si toman créditos internacionales (deuda externa) al 10% de interés anual, hablamos de la bonita suma de 200 millones de dólares en concepto de interés , que es más de lo que producen los 400 propietarios de la zona( que aplaudieron el desmantelamiento ferroviario de Menem) y que producen mal y poco, producto de la poca rentabilidad de sus suelos, del atraso tecnológico y la falta de inversión; para que se compare, en la zona núcleo la hectárea de soja alcanza rindes de 4.400 kg y en la zona NOA 1.800kg a 2.200Kg, no son rentables por eso no habrá ferrocarril Belgrano, sino que ya le tienen asignados para estos productores, subsidios para fletes en camión.
El negocio aquí no es hacer el ferrocarril, sino programarlos, están destinados 1.000 millones de dólares para trabajos de consultorías previas a los créditos, monto con el que se quedaran los bancos “bendecidos” y estos les darán sus respectivas “comisiones” a los gobernadores de provincias (uno puede imaginar 20 o 30 millones por cabeza, según como se coticen).
Para que quede claro: todo está armado para que los funcionarios nacionales y los gobernadores de la zona se queden con las cometas; los 400 productores (que incluye empresas como Ledesma) con los subsidios al flete en camiones, los bancos con los 1000 millones de dólares por los trabajos de consultorías, y el pueblo argentino con una deuda externa que recaerá, como siempre en nuestra historia, sobre sus espaldas.
– Leonardo Juarez, grupo Vavilov- Partido Comunista Salta.
Pobre Manuel, La Falacia llamada Plan Belgrano
La pobreza en el Norte argentino y el Plan Belgrano.
Si las comparamos con el conjunto de las demás provincias del país, las del norte argentino conforman, por lejos, el núcleo territorial más pobre y atrasado. La situación de olvido y desesperanza es mayor aún en el interior profundo de cada territorio, y no varía mayormente según se trate de Salta, Catamarca, Tucumán, Formosa o Misiones.
Tal vez un habitante de la Ciudad de Salta no tenga idea de lo que significa vivir en el interior de la provincia, a menos que alguna vez se haya animado a cruzar el Mojotoro y avanzado por el norte paupérrimo hacia la frontera con Bolivia. Algunos de los problemas crónicos que esas zonas padecen son:
– Mortalidad infantil con tasas muy por arriba del promedio nacional, con mediciones locales que no siempre reflejan la realidad ya que son falseadas para esconder el flagelo por vergüenza o por conveniencias políticas.
– Desnutrición infantil también altísima: la causa directa de la mortalidad mencionada.
– Red de agua corriente pública contaminada con parásitos y barro, y pozos/aljibe contaminados en los barrios aledaños que aún carecen de red de agua domiciliaria. Se suma a esto los cortes del suministro de agua corriente durante la noche, que son más prolongados en los meses estivales. Esta situación no ha variado en los últimos 40 años.
– Escasa cantidad de redes cloacales: solo el 20% de la población tiene acceso a ellas.
– Cortes diarios del servicio eléctrico, un problema que subsiste desde hace muchos años, aún desde antes de que el sistema energético nacional colapsara.
– Inundaciones como consecuencia de la falta de obras de infraestructura básica.
– Falta de insumos esenciales, de remedios y de profesionales médicos y auxiliares en los hospitales públicos como el “Presidente Perón” de Tartagal, el “San Vicente de Paul” de Orán, o el de Embarcación, solo por citar los hospitales de referencia de cada zona.
– Altísima desocupación. El intendente kirchnerista de General Mosconi dijo hace 5 años que en ese municipio el 70% de la población en edad laboral estaba sin trabajo, lo que fue confirmado por el intendente del mismo signo partidario que lo reemplazó en Diciembre último. El cierre del Yacimiento Norte de YPF y las plantas de Gas del Estado, que llegó de la mano del gobierno peronista de Menem en los noventas, produjo un enorme drama social que el gobierno peronista de los Kirchner trató de atenuar solo con planes sociales para una parte de la población, sin crear nuevas fuentes de trabajo.
– Emigración permanente de los jóvenes hacia las provincias del sur en busca de mejores horizontes que los que su provincia les depara.
– Escasos recursos de los municipios zonales que, desde hace seis años, no llegan a cubrir los sueldos de los miles de empleados con que cuentan, lo que origina protestas frecuentes de los trabajadores afectados y sus familias. Cabe destacar aquí que de los escasos recursos de cada municipio casi la totalidad se gasta en sueldos, por lo que las otras necesidades, por urgentes que sean, quedan de lado.
– Rutas y caminos en estado de extremo deterioro. A la vera de la Ruta 34 desde La Banda hasta Salvador Mazza pueden verse decenas de cruces de madera que recuerdan a las víctimas que perecieron en accidentes automovilísticos por el mal estado de esas vías.
– Inseguridad de la población, acrecentada en los últimos diez años por el crecimiento exponencial del narcotráfico.
Esta es la dura realidad que viven los pobladores del interior salteño, pero que no es distinta de la que padecen los habitantes de las otras provincias septentrionales y que generalmente no llega a apreciarse desde la ciudad capital de cada provincia.
El Plan Belgrano anunciado por el Presidente Macri constituye hoy una esperanza para la gente que sobrelleva como puede esas duras condiciones de vida en las diez provincias que ese plan beneficiaría. Era previsible que desde que fue anunciado empezaran a surgir los agoreros y especuladores de siempre que apuestan a su fracaso, motivados por razones político-ideológicas o simplemente porque no les interesa el sufrimiento de los demás.
En los últimos sesenta años no ha habido casi iniciativas del Estado Nacional para encontrar una solución a las necesidades del norte argentino, y por eso el Plan Belgrano debe ser bienvenido. Ya habrá tiempo para hacerle todas las críticas cuando las promesas no se cumplan, pero démosles el tiempo necesario para que las acciones previstas se desarrollen; no a sesenta días de ser anunciado. Si a los Kirchner le dimos 12 años por qué no 4 años por lo menos a Macri.
El Plan Belgrano contempla inversiones por 10.000 millones de dólares en 10 años para construir autovías, puentes y otras obras que reemplacen a las rutas principales actuales, lo que debería ayudar no solo a la seguridad física de los que las transitan sino también a la integración del norte atrasado con el resto del país. Sabemos que el norte argentino no tiene un conglomerado de industrias como las provincias que están más al sur, y que todavía vive en su mayor parte de su producción agropecuaria y de algunos yacimientos hidrocarburíferos y mineros. ¿Y qué? ¿Sólo por no tener una industria desarrollada no podemos contar con buenas vías de integración?
Para no ser extenso, el Plan prevé también más de 4.000 millones de dólares en el mismo término para reactivar el sistema ferroviario en los ramales Belgrano, Mitre y Urquiza, reducidos a su mínima expresión durante el gobierno peronista de Menem, y modernizar los aeropuertos principales de la zona. Contempla la construcción de 150.000 viviendas sociales y 100.000 créditos para la construcción de viviendas de diseño propio para la clase media baja. Conexiones de agua y cloacas para dos millones de hogares. ¿Es esto suficiente? No, desde luego que no, pero alguna vez por algo hay que empezar.
El Plan Belgrano contempla aumentar la cantidad de AUH en el norte (como ha sucedido hasta ahora el dinero de estos planes, lo sabemos, saldrá de los fondos que son propiedad de los viejos jubilados que aportaron durante más de 30 años al sistema previsional, es decir que no se tocarán fondos del Tesoro Nacional).
El gobierno actual ha recibido una economía desquiciada, con un déficit fiscal enorme, un Banco Central vaciado, con 12 millones de pobres según el informe del Observatorio Social de la UCA, falta de crédito externo, una moneda deteriorada, el ANSES y el PAMI saqueados, el sistema energético nacional colapsado, y entonces encarar las obras de infraestructura mencionadas se hará difícil. La única fuente de financiación es la externa, a menos que se vuelva a echar mano a los fondos jubilatorios como se hizo hasta ahora, que ya no dan para más. El Kirchnerismo llegó a pagar el 10% anual en dólares cuando se endeudó para pagarle a Repsol por la mitad de YPF; tal vez tengamos suerte -o sentido común- esta vez y podamos pagar mucho menos que eso. Si a Evo Morales que es trotskista la banca financiera internacional le presta al 4,5% ¿por qué no le pueden poner una tasa así a Macri?
En cuatro o cinco años deberíamos ver resultados convincentes del Plan Belgrano y aplaudirlo si fuera así o denostarlo si es que fracasa. Sabemos que se beneficiarán los productores más grandes, pero también los agricultores chicos y medianos, pero sobre todo los más pobres entre los pobres.
A los que se dejan llevar por prejuicios ideológicos, a los que pretenden hacer futurología respecto de este Plan o de otros del actual Gobierno Nacional y quieren salir ya a romper todo, lo único que les podemos pedir es un poco de mesura.
Oscar González (El Tala)