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domingo, noviembre 24, 2024

Poemario clandestino: los escritos finales de Adrián López

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«Poemas de un tiempo atrás, de años sidos»- dice el poeta marxista desde el forzado destierro. Claroscuros de una vida marcada por la lettre.

Adrián López es una voz de Salta 21 que denunció hostigamiento laboral en la Facultad de Humanidades de la Universidad Nacional de Salta. Retirado de sus tareas como Dr. en Humanidades, vive sus días a miles de Km de lo que fuera su aldea natal, esta Salta que lo vio padecer.

Luego de esta presentación, es preciso aclarar a los lectores que esta nota es una expresión parcial de una conversación con Adrián que lleva al menos 60 días, con idas y vueltas, y que, pese a todo, es un esbozo de la idea que le dio origen y que de ninguna manera podría estar concluida. Algunas expresiones del escritor fueron suprimidas y la edición final corrió por cuenta de Salta 21.

Los libros de Adrián López que están publicados en el archivo adjunto a la par de los temas musicales elegidos por él y que acompañan la atmósfera metaforizada, son lo que dio pie para la nota y que, en un intento de «desdichada entrevista» – como la definió el escritor a la nota que sigue- se arrimaron títulos como indicadores de preguntas. Co-partícipes de una experiencia profundamente deconstructivista, nos adentramos en un dialogue ininterrompu.

Sobre los libros enviados: Triple citación

El primer epígrafe, que es de Ciudad partida (I), dice así:

“[… Usted] sólo tenía [en otra época,] esperanzas remotas”. Es de Ibsen; de Casa de muñecas.

El segundo, que es de Ciudad partida (III), enuncia:

Para algunos, que son muchos, no poseo talento literario. “[…] No saben […] que mis cosas valen […] por [no] ser fruto […] de palabras ajenas, [táctica] que fue la maestra de los buenos escritores […]”. Es de Leonardo da Vinci, de quien, cuando era muy joven, copié en acuarela y en lápiz, sus cuadros, al igual que hice con Rembrant, Miguel Ángel y Rafael, entre otros pintores –abandoné el dibujo por otra forma de escritura, que es la de los ensayos, que comencé a disfrutar en mi escuela secundaria, por lo que implicaba de investigación propia.

La tercera cita, que pertenece a idéntica obra, es de Lacan, del libro 13 no oficialmente traducido, que se denomina El Objeto del Psicoanálisis:

Que […] se llame ‘terrorismo’ [a lo que hago …] Tengo derecho a sonreír […]”

La etapa a la que hace referencia el primer epígrafe, es del periodo en que me di con la poesía, en simultáneo a que redactaba ensayos –en el sentido de “entregarme” a lo literario y en el de toparme con lo inesperado de la poesía, que a su vez, significa sorprenderme con lo literario y ser prendido, atrapado por él. Fue una época en que nadie sabía que lo hacía, ni siquiera mi abuela materna, que también esculpía poemas que todavía esperan ser editados o por lo menos, pasados en limpio, faena que es y fue muy penosa para mí, a causa de los hechos que rodearon su deceso, por lo que no fui un voluntario con el horizonte de asumir esa tarea.

El corpus de tales poemas fue amontonado durante más de 10 años, desde 1988. Redactaba casi uno por día; los que sobrevivieron, fueron 900 para luego seleccionar alrededor de 300, en 2000. Acá llega el segundo desembrague (el anterior fue el de las citas…), que es el de procurar durante tanto tiempo, de 2000 a 2013, sacar a luz y a la luz, eso que no se conocía, excepto como una “provocación”; de ahí que sea adecuada la frase de Jacques-Marie Émile.

El asunto es que en esa época, estaba por igual, queriendo salirme de órbita. Con la intimidad, hubo una persona que supo que escribía cosas literarias, que iban desde lo que podría denominarse “narrativa poetizada” o metaforizada, hasta los poemas en sí. A partir de 1988 y a lo largo de casi 6 años, se abultó un material inmenso; en 1994, ella se enteró. Le asomó oportuno que iniciara el tipeo en máquina, lo que dejé para el futuro; poseía una Remington negra de hierro fundido, que era digna de museo. La familiaridad enorme de esa persona con el campo literario, la empujaba a creer que lo que había leído era de buena factura.

Mi situación en la universidad, siendo durante una década, el único alumno marxista y que realmente conocía no sólo los dichos de los “marxistas” políticos (que son leninistas no marxistas –es que el leninismo, todo completo, es el revisionismo derechizado del amigo de Engels…), sino las obras de Marx, embarró mis escritos, sean académicos o no, conduciendo a que floten “Abogados” del buen saber…, para enmendarme la plana, situación que se mantiene al presente, aun cuando no viva en Salta. Afirmo que sigo siendo el que más conoce de primera mano, no por leer manuales, en qué consiste la “tradición marxista” en cualquiera de sus vertientes (económica, política, filosófica, sociológica), sin que eso se acepte con ganas –inclusive, sucedió que los que aprendieron de mí los elementos del leninismo y de una perspectiva disímil del que consultaba a Heine, acabaron por tomarme “examen de ideología” y de coherencia política (hay que ser…), negando que en lo que planteaba, hubiera originalidad alguna, cuando no están familiarizados hasta ahora, ni con la décima parte de lo que sé.

El comentario de la que se encargaba de recibir mis libros en la Editorial Académica Española –hablo en pasado, porque decidí abandonar, ignoro si concluyentemente, la escritura; estaba principiando a repetirme y cuando eso sucede, hay que dar un paso al costado, al menos, por un tiempo- María Soledad Priasco, expresó alguna vez de mi escritura, que la EAE se encontraba complacida por aceptar publicar mis libros, que son de una calidad que desborda lo académico y que contornea lo literario (aunque debiera dejar que otros hablaran –dijo alguna vez- de mi escritura, pero eso no acontecerá jamás…). Únicamente, cuando no se dejan actuar los prejuicios, se puede acercar a lo que escribí reconociendo, allende o aquende que se esté o no de acuerdo con lo que enuncio o con cómo digo lo que enuncio…, que lo que digo no es basura.

Sin ser considerado como un gran escritor, en virtud de que no logré premiaciones a las que no aspiré y a causa de que si lo fuera, esgrimen miles…, no sería un “ilustre ‘desconocido’”, sino que figuraría de algún modo, en los compendios que tejen como arañas, las que reparten los “boletos” para ingresar al podio de los literatos de Salta o Argentina, quizá, podría digerirse que sea un buen escritor, lo que no es desdeñable y no es algo que motive a arrugar la cara con rictus de ninguneo.

Así pues, los poemas fueron el resultado de una selección sin contemplaciones; a machetazos (fui más áspero conmigo mismo en el terreno literario, que en el espacio académico).

A la primera versión, la imprimí, la regalé como copia exclusiva y la grabé en CD’s que los hice circular… no dejé de volver sobre ella, corrigiéndola y re ordenándola, meticulosamente, durante años, para arribar a lo que hoy difundo (lo que no significa que sea la versión definitiva; sí, actualizada).

Abandono momentáneo de la escritura

Existen varios factores que me empujaron a eso. Uno de ellos y no el menor, es que considero que me estaba asemejando a mí mismo, como profiere Ana Belén, repitiéndome en el estrato no literario, sin ser hábil para escapar como un pez, hacia otras aguas, tal cual se encadena en mi apellido. Aquí, no me sucedió como con la poesía; la prosa literaria -que consultarán los que vayan a su búsqueda- y los poemas son diferentes a cómo escribo poemas en 2013.

Ese cambio se suscitó a partir de mi primer viaje a Chile y tras circular por uno de los pasos que se intuye que empleó San Martín. La experiencia fue tan impresionante para mí, que alteró mi forma de gubiar poemas. El asunto es que no sé si me daré tiempo para diseminarlos. Y eso me conduce a la otra parte de mi decisión: estoy agotado de lo intelectual en general y cuando se arriba a eso, uno se vuelve, al decir de Nietzsche, un personaje “reactivo”, que no crea, sino que reacciona a partir de lo que otros enuncian (la referencia a Wilhelm, no invalida mi opinión de que es un pensador mediocre y que lo más interesante en él, son fragmentos de Zarathustra, de El gay saber y de El libro del filósofo, y por descontado, sus seguidores postestructuralistas, como Deleuze, Klossowski, Derrida, Foucault, entre otros). Quiero reposar mi alma, haciendo una dieta del corazón.

Por otro lado, como le aconteció a Rimbaud y sin ánimo de comparación, necesito desviarme de mí mismo; de lo que fui, de lo que dije, de lo que tipeé en estos años interminables, de Náufrago, exilioS y naufragios, sin caer en la apología de lo doloroso.

Los poemas, lo poético de mi faceta académica, que te llevó a enunciar que novelaba lo que escribía en ese plano…, fue un clinamen con respecto a lo universitario, al discurso de Amo y del Amo de la academia. Ahora, el silencio, un tiempo de silencio, es el desvío con relación a lo intelectual. Básicamente, lo que poseía en mi haber para cincelar fue dicho; no tengo más para agregar –lo que quedaba pendiente, era esparcir mis ideas en torno a Física y a la cientificidad de las Ciencias, lo que concreté y que también provocó alergias (tal vez y como concesión argumentativa, hubiera sido adecuado decir que no existían tantas Termodinámicas, sino determinadas etapas en el despliegue de la misma, como por ejemplo, en el espacio de las Geometrías no euclidianas –a raíz de que hay más de una, pero sin que ello nos impulse a hablar de diversas geometrías en uno de los sentidos en que se me cuestionó).

Querría sostener que mis planteos se ubican fuera de orden o de lugar, como si estuviesen corridos de lo que se enarbola como tema para meditar o responder.

Influencias literarias

En una entrevista en un programa de radio de 2010, se me interrogó acerca de lo mismo. En la ocasión, respondí que uno de los literatos que me impactó fue el Wiltman de una edición mínima de “Hojas de hierba”, que me maravilló en las guardias del Servicio Militar, que para mí, eran un alivio, a causa de que podía leer (una vez, al faltar alguien para un turno y habiendo salido de guardia, ingresé voluntariamente al otro turno, porque me quedaban instantes fugaces para los libros que atesoraba en el Ejército, que eran como una bibliotequita ambulante –mis superiores, no entendían cómo para mí, algo que era un castigo, podía resultar placentero y a causa de que los militares son reacios a los disfrutes, fueron a relevarme de la tarea que me había asignado con gusto…).

No obstante, por más que haya resonancias de otros en la composición de lo que se instrumenta, la influencia es la de lo que se vivió, de lo que se recuerda. Cuando dibujaba y estaba en el sur del Sur, en Río Grande, Tierra del Fuego, en un Colegio de Salesianos, hubo una Luna verdosa, enamorando el mar, cuyas olas se escuchaban a lo lejos y con una neblina de misterios. El paisaje nocturno era encantador; como para arriesgarme a 24 amonestaciones y seis octavos, por huir del internado para contemplar ese astro, suspendido, procurando retener el paisaje, al que no olvido. Los sacerdotes me pescaron; fueron a buscarme desesperados, creyendo que me había accidentado. Sí…; se accidentaron mis ojos con una imagen de Luna que no me suelta… Aún (la evoco cuando altero las palabras de Cyrano –“Forjando mi propio Paraíso,… iré al encuentro de la Luna… Con más de un espíritu noble, charlaré”–, o cuando acaricio una imagen dulcísima que no puedo detallar y que algunos, conocen por mí).

El hecho es que somos propensos a lo literario, en la escala en que todos somos atravesados por un pasado cualquiera. El sintagma es la “espalda” de otro adagio, que afirma que podemos ser modeladores de nociones, lo que es más complejo que el ser pensador o filósofo. Lo que ocurre, es que existen quienes pueden “traducir” eso, con un gran trabajo de por medio, en escritura.

Los poemas de Ciudad partida

Me percaté que intenté continuar con la deconstrucción del formatolibro, que comenzó en Argentina con Macedonio, Borges y Cortázar, a los cuales los posestructuralistas galos les robaron bastante, sumando en ello, a Derrida, y con lo que hicieron en la destrucción del diseñolibro, los franceses, principiando con Marcel Proust.

Mi amado Valentín Marcel, cincela una obra que si se la hubiera editado como estaba proyectada, a modo de una gigantesca reflexión de las intermitencias del alma o del corazón (al decir esas palabras, se me eriza la piel…) o de Sodoma y Gomorra, habría sido una serie corta de obras anti libros –se hubiesen publicado tres o a lo más, cuatro enormes volúmenes.

Con humildad, deseé subvertir la estructuralibro, tanto en lo académico cuanto en lo literario. Una de las estrategias para conseguirlo con las obras universitarias, eran las largas notas, maña que es herencia de Derrida, obviamente. En lo no académico, debía ingeniármelas con escasos recursos. Uno de ellos fue, aparte de una paginación “rara”, el de suprimir los índices y el de efectuar comentarios en las citas que injerté.

Al respecto, las glosas en los epígrafes giran mis poemas a lo universitario, para acentuar su desmantelamiento (los paréntesis, los “suplementos” que se zurfilan al ocaso de lo que no es reportaje, pero tampoco un sencillo “estilo indirecto”, diseminan lo académico Y lo literario; los fracturan). El desmadejamiento de lo universitario es evidente con la cita de Lacan. Mucho más que con mis poemas, que se difundieron menos que lo académico, lo que se ocupaba del marxismo, pongamos por caso, no fue considerado importante.

Soy alguien que sabe de atrás para adelante y de adelante para atrás, hasta las comas del amigo de Engels. Con el tiempo, seguramente, después de mi disolución como una sombra que pasa y que no deja rastros siquiera, se observará lo que tipeé acerca de él, con otros ojos -se valorará que afirmase que en el diseñoPartido, insiste un menosprecio oculto de los segmentos populares, a causa de que los leninistas son “Estadólatras” y “partidólatras”, confiando en el Partido, armazón caduco, disuelto en 1852 por el suegro de Longuet, en vez de dejar a las masas sin tutela para bregar, porque son los sectores no acomodados y las clases oprimidas las que pueden airear las formas de lucha y no los Partidos, sean o no de vanguardia [también propuse la idea de que el enfoque cumbre del gustador de Shakespeare, no es El capital, aunque se lo pondere capital…, sino el que asoma en los Escritos sobre Epicuro, los Cuadernos de Kreuznach, los Cuadernos de París, los Manuscritos de 1844, los Grundrisse y Teorías sobre la plusvalía –ir a una opinión opuesta y común en los análisis de Néstor Kohan…–; el concepto de que el socialismo es un anarco socialismo y la idea de que el marxismo es anarcomarxismo; la noción de otras “leyes” de la dialéctica (cf. los enfoques de Kohan al respecto, que son leninismo puro, duro y de un aburrimiento para mejores propósitos, a la par de las “cavilaciones” de Mao); la idea de que lo revolucionario se hará sin fuerzas armadas de ninguna índole, lo que no quiere decir, sin armas y por la magia de la acción comunicativa; la noción de la teoría del valor como una hipótesis de los costos de producción, donde los gastos, en X momento de la Historia, operan como insumos valor de producción; el concepto de una Dialéctica de lo turbulento o del clinamen; la idea de que advinieron más de 20 métodos para la génesis de tesoro; la noción de lo temporal; la idea de que la crítica en Marx es un puzzle de genealogía, arquelogía, deconstrucción, autosociopsicoanálisis, etc., estando igualmente, más allá de esas artimañas; entre otras categorías –however, todo eso pudo haberse enarbolado en algún que otro sitio, pero no en entramado–].

Lo ignoro…; posiblemente, pueda yo abrir nuevas sendas en Argentina y hasta en Latinoamérica, dado que excepto en México, en el resto de las naciones de las Américas, no se conoce al admirador de Hegel [retrocedo a lo de los libros claves en el discurrir del amado por la aguda “Lenchen”; los Borradores y Teorías sobre la plusvalía, no son consultados ni siquiera por los “eruditos”; ni hablar de los militantes rasos leninistas, que no saben que existen los Cuadernos de Kreuznach y que los Cuadernos de París no son otro nombre de los Manuscritos de 1844 –aunque yo mismo, por un cuidado con el estilo…, los haya “intercambiado”, en ciertos locus (por eso, el leninismo, que es históricamente, caduco y que tiene que ser anulado, devino una barrera para asimilar a Marx…)]. Y en el exterior, lo que fue una sospecha se convirtió en una certeza –estoy animado con la idea de que la teoría de los grupos sociales y con que la re interpretación del concepto de “formas de economía y sociedad”, entre otras hipótesis, no fueron articuladas [por la enumeración, que podría continuar, se aprecia que no necesitaba de plagiar nada y que si lo hice, el supuesto plagio, que es el haber copiado a Serres en lo de lo turbulento…, es una mota de polvo en lo que sugerí… [como la noción de que el régimen burgués no es senil, ni está a punto de desaparecer, ni será inevitablemente, sustituido por el socialismo, porque no hay garantía respecto a que mujeres y varones, sean capaces de librarse de la adicción al poder, o como la idea de que es plausible que se esté incubando otro modo de producción de clases en el vigente capitalismo, que no tiene hasta ahora, ninguna delirante “fase superior” y terminal (hipótesis que no es para nada, un “aporte” de Lenin, sino un desvío catastrófico con relación a lo que inspiró al yerno de von Westphalen –las presuntas “actualizaciones” concretadas por el ala derecha de la “tradición” marxista, no fueron aportes de consideración sino temibles aberraciones que hicieron germinar a los Samuelson, los Galbraith, los Negri, los Foucault, los Derrida, los Guattari, los Deleuze, los Bauman, los Elias, los Vattimo, los Giddens, los Weber, los Durkheim, los Bourdieu, los Lyotard, etc.; idolatrados en las academias y por los universitarios que dan cursitos, cursos y cursetes sobre los fulanos)].

Venga lo que fuere, el peligro con ese tipo de volteretas, es que el Opresor que es la academia, se cuele por el “determinismo de atrás”, al enunciar de Dolina [cómo será el carácter de Amo de las instituciones, que la UNSa., aparte de superarse en una increíble dialéctica en su medianía, se atropella con su derechismo incurable –hasta los feminismos y los leninismos que la anidan, como Aliens, son de derecha (el feminismo, porque es contra la mujer y lo femenino, siendo al mismo tiempo, matriarcal, resentido con la condición del ser mujer y con lo femenino –el que es una posición; lo femenino no se asocia con lo biológico ni con los imperativos sociales–; ese feminismo es patriarcal, fálico y zarista; en simultáneo, el leninismo es “derechoso”, a causa de que es el ala conservadora…, de Marx y con énfasis, en la aldeana Salta)].

La paginación desviada, “rara”

La inspiración es que los hojaldres de Ciudad partida sean ligados entre sí, en paralelo a que sean independientes y por eso, los subtítulos diferentes en cada uno (con resonancias en T. S. Eliot –cuya poesía eran narraciones…), y en Horacio, el de los cuentos entre macabros y fantásticos.

Traigo a colación una cita de Eliot, que en algún sentido, da cuenta del título abarcador de mis libros no obras:

Ven bajo la sombra de esta roca gris

entra bajo la sombra de esta roca gris,

y te mostraré algo distinto, lo mismo de

tu sombra extendiéndose sobre la arena al alba, o

tu sombra saltando tras el fuego contra la piedra carmesí:

te mostraré
[la] ropa y miembros manchados de sangre

y la sombra gris sobre
[los] labios

Una ciudad está desgarrada, partida y tiene por igual, andenes, corazones rotos, desencajados, partidos. Una urbe cualquiera; todas en las que estuve, como una niebla, de visita, o morando en ella; yéndome de la ciudad, también, como en mi etapa de La Poma, que no debiera haber abandonado –no esa época en sí, sino el lugar, aunque no lo resistiera por mis anginas y mi asma (y esto, no por ser psicológicamente, cómplice de mis desgracias, tal cual lo proferiría un lacaniano que hace minutos, salió a la plaza central por primera vez, sino en virtud de que ciertos espacios nos demandan excesos de nosotros…).

Íntima confesión no dicha

En primera instancia y como te lo confesé por “línea privada”, creo que mi retiro de lo intelectual, será permanente. Estos surcos son los últimos –si hubiese comentarios, de la factura que sean, no diré nada, como no enuncio nada ya, respecto a nada (f. i., no opino del narcopoder y del “MercoCoca” que se instalaron en la Presidencia del Paraguay; del deceso de Chávez).

Te comenté en esa ocasión, que tenía proyectos de libros inconclusos –uno acerca de Sraffa; otro, sobre Hegel–, manuscritos a punto de convertirse en obras, etc., pero que a menos que respirase por mil años, no podría ocuparme de ello. Además, no quiero.

Inesperadamente y al contrario de los que vaticinaban que no dejaría que me abandone nunca la obsesiva burbuja “de TOC” de lo académico, deseo enfocarme en otros asuntos. Tampoco sé cuáles.
En los inicios de esa opción, que nació poco a poco y por un asqueo con respecto a lo intelectual, por ese mundillo que está realmente y con independencia de las protestas de Foucault, enfermo, pensé orientarme a la pintura, al dibujo y a la poesía. However, me percaté que no dejaba de estar inserto en lo intelectual; de cerca o de lejos, de manera directa o indirecta, de forma voluntaria o involuntaria… Y quiero cortar con eso antes que lo que podría haber sido mi Carrera, termine en el abismo, como dice Klossowski alrededor de Nietzsche.
Aprovechando que mencioné a Paul-Michel, recordaré que, porque el re memorar es un modo de hacer poesía, literatura…, él sentencia que los marxistas que afirman que el marxismo es científico, deben demostrarle en qué se equivocó el amigo de Engels (sobre el cual tengo una obra a medio camino).

Fijémonos en qué lugar se coloca Foucault; él, que reniega de los Tribunales, se convierte en un Jurado de lo que debieran hacer frente a él y ante él, ¿postrándose?, los que se declaman marxistas.
Lo segundo es que los marxistas que sentencian que en el enamorado de la hermosa “Jenny”, había la fundamentación de la cientificidad del engendro del “Socialismo Científico” –integrado por el Materialismo Dialéctico (otra monstruosidad…), el Materialismo Histórico (un engendro no menos, “pior”) y la Economía marxista (¡es el colmo!)–, son leninistas o escasamente, conocedores del admirador de Engels. Y ambos, no pueden ser evaluados, marxistas: los leninistas, con Il’ich a la cabeza…, a causa de que son leninistas y no marxistas; su “marxismo” NO TIENE ENLACES con el alejado de los hermanos Bauer. Los otros, porque no puede adoptarse por moneda de buena ley, lo que dijeron comentadores menos agudos que el pensador al que atormentan, en virtud de que esos mismos glosadores no dominan el corpus.

Lo tercero es que Paul-Michel, no considera que a él se le pueda devolver la inquietud, quien se atareó lúcidamente con los poderes, sin ir allende, la modernización de una provincia weberiana, para emplear una paráfrasis de Habermas: ¿en qué erraste, vos, Foucault? Y…; en varias cosas; para empezar, al deconstruir a quien lo supera. Au fond, NINGUNO de los postestructuralistas conocía a Marx : ni Deleuze, ni Guattari, ni Derrida, ni Serres, ni Klossowski, entre otros (no hablemos de Althusser, Bauman, Morin, Bourdieu, Elias, Balibar, Wallerstein y “pensadores” de esa calaña…).

Lo cuarto es por qué habría que mirotear en lo que no acertó el suegro de Lafargue. Tal cual enuncia Dolina con relación a los que devastan a Borges como el que fue ciego y anti peronista, habría que decir que el yerno de von Westphalen es muchísimo más que la suma de sus errores. Es una de las características de la genialidad, precisamente.

Sin embargo, ¿por qué en el no acertar no habría una actitud que acaso, sería loable? A mí se me recriminó que erré en esto, en aquello y en lo otro. Sí; Ok; ¿y?… ¿Qué…, con eso?

Por lo demás, errar podría también querer significar, deambular. Preferí entonces, el vagabundear, el errar náufrago; opté por las interdisciplinas y la transdisciplina; por no ser entablillado, como cuando operaron por tres veces, mi mano derecha…, en una cuadrícula. ¿Así que me equivoqué en lo de la Termodinámica? ¿Por qué no nos quedamos con la idea de una Termodinámica de los tiempos múltiples? –la que sólo para el que no posee una información de los actuales debates, le emerge un invento, una locura (ahorraré referencias explícitas, para que los que se consideren al tanto de los avances en las polémicas aludidas, busquen por sí mismos, los ejes alrededor de la Termodinámica que menciono, que es otra etapa en su desarrollo y no se vincula ni con Carnot, ni con Prigogine, siendo anticipada por Marx, Engels y Proust, idénticamente, a que adelantaron la Termodinámica de lo curvado respecto al equilibrio, en las escala en que se puede ser kafkiano, al decir de Borges, previo a Kafka…, como hubo quienes inventaron los elementos de las geometrías no euclidianas, una de las que fue repelida equivocadamente por Gauss…, antes de Riemann).

Puede acontecer que poseyendo razón, se esté en lo desencajado para los otros. Cuando descubrí el encanto de la Mecánica Cuántica, meditaba que la velocidad c de la luz no podía ser lo que pretendía Einstein para condiciones similares a lo subatómico, como en el horizonte de los agujeros negros. A esa intuición la tuve siendo joven; uno de mis parientes se mofó espetándome que me consideraba más avispado que el genial físico. ¿Qué tiene que hacer esa opinión aquí, cuando se discute no que sea más inteligente que Einstein, sino lo equivocado de pretender que la rapidez c de la luz sea inviolable y/o constante, en cualquier estado energético y sin importar los diámetros del espaciotiempo? –c es una constante en cierta escala interestelar del espacio/tiempo, y no lo es, en otras distancias; en simultáneo, no es un límite infranqueable en X estados energéticos. En fin…

Andares; refugios

Hoy, en este presente sin presente, escribo para confesar que no escribo o que no volveré a la tentación de lo que se metaforiza (porque no hacemos más que edificar metáforas…).

Reitero el título de un bello devaneo de Jackie Eliahou, que es lo del “presente sin presente”, lo cual se engarza con lo que es el tiempo.
En el ahora, no hay ya presente, regalo o don, a causa de que es lo que no permanece o dura. El ahora es un presente sin presente. Pero lo que habría de ser futuro, se tornó pasado y éste, alguna vez fue ahora, por lo que las “clásicas” líneas de lo temporal, se bobinan.
Otro ejemplo de los misterios del tiempo es que con frecuencia, hemos visto a por lo menos, tres personas en enjambre, que son de edades distintas: una joven, otra anciana y otra adulta; son tres horizontes temporales diferentes, en un “ahora”.

Los muertos van falleciendo los años que cumplieron, hasta superarlos. Podríamos imaginar, delirando –esta coda ya es una alucinación…–, que alguien que murió hace 10, que tuvo 45, falleció sus primeros 10 años. Y así, hasta sobrepasar los 45. Llegará un momento en que tendrá más tiempo enterrado que lo que suspiró, como si no hubiera vivido jamás. No obstante, en el momento de su deceso, lo temporal dejó de existir para él o ella… ¿Cómo se resuelve eso? No podemos sino creer que el tiempo es una ficción y que tuvo un nacimiento. Marx lo sospechaba. Había que redimirse del Tiempo, sí…; de su despotismo.

Pero…, qué tiene que ver eso? Que estando fuera de lo temporal, del lugar del tiempo, sin ser intemporal, no cuento con presente que sea presente ni con mañana para mañana. Habrá que observar qué pueda suceder. Por ende, lo que queda de mí es lo que dije, que está enunciado en lo que dije cuando lo enuncié.

Hablé de los fallecidos… Lidiar con textos es abordar a cada instante, pequeños féretros y bregar con signos endebles que son de muertos y con palabras que no son ni vivas ni muertas, siendo vivas y muertas. Estoy espantado de eso, desde la ausencia de mi hermanita Cristina, que se encuentra más años fallecida de los que respiró. Desearía algo menos pálido, aunque la existencia sea vanidad, pretensiones. Y a pesar de que consista en la paradoja de morir la vida, de vivir lo que fallece, de caminar en la existencia y de morir el deceso. Con cada latido.

Sin embargo, al haber escrito lo que tipeé, me encerré en determinados andares, en ciertos refugios que son mis libros no obras o los palimpsestos anti libros. Que sean no obras, acaso los hagan escapar de ser féretros de mí y de ser signos muertos de papeltintapluma de un fallecido, que no muere y que vive la existencia, el deceso. Lo ignoro; de veras, no lo sé. ¿Convendría ser consciente de ello?

Sonata de despedida

Para despedirme y desarmar, con desquicios…, lo que desgloso, repetiría lo que se enuncia con melancolía en la ópera los Payasos:

Ríe, payaso, [… de ti]” (http://www.youtube.com/watch?v=dOpsjY3pM1E) para emanciparte de las lágrimas y volver a un semblante tranquilo –invoco a la serenidad, cuando no hice más que decir lo que no debía, en los momentos en que no era adecuado, según los que son como el francés, que demanda que se le muestren los pasos en falta y falsos, como diría Lacan, ese que también marxdenegó a Marx, y con élenélporél, a los que intentarían hablar del suegro de Aveling, con otras cadencias, otros ritmos, otras metáforas para la metáfora de la metáfora, que es una palabra para el significante “metáfora” que alude, metafórica Y metonímicamente, a la metáfora…

Hay

tanta, tanta

oscuridadnoche

en las horas,

que lloran

los duendes

de la

mañana

Time to say goodbye (http://www.youtube.com/watch?v=Nl9WMIPzd6w). Até mais [“Wall-e” /W –los archivos que se agregan, son un quiebre de lo que no se puede ya enunciar, que sea sencillamente, ni Un texto, ni un ciberentramado, ni un texto, ni un Palimpsesto, por cuanto los documentos añadidos, no sólo envían al juego interminable de los hojaldres web, de la intertextualidad Y de los envíos, sino que borran lo que es central de lo accesorio, y las alusiones Y elusiones son de tal magnitud, que se pierde el sentido, en cuanto uno puede flaquear, desmayar, pero idénticamente, encontrarse anémico de significados plausibles y careciendo de sentidos extra ordinarios, allende el sentido propio o lo que sería propiamente, el sentido y lo que debiera ser estar con sentido, sangrando una alocución con sentido en medio del Sentido (no más hoy, diría mi querido Roberto Acebo, en tanto no habría hoy y en la proporción en que se rogaría para que no exista otro hoy, un presente sin presente, sin vivir ni morir y existiendofalleciendo en lavidamuerte, lavidalamuerte, en cualquiera de sus combinaciones, dado que se trataría de Combinatorias, en su aspecto matemático y fuera–dentro de lindes no cuantificables)].

No sólo no soy moderado sino que […] no [lo seré nunca, y cuando reconozca en mí que la llama sagrada [dejó un hueco para …] una tímida lucecita […], lo menos que [… haría sería] ponerme a vomitar sobre mi propia mierda

Che Guevara; carta a su madre, quien se conservó como madre hasta el final. 15 de Julio de 1956, México –esas sobrecosturas o añadidos, son como los puntos suspensivos, de los que abusé y obusé, en la expresión de Gelman, en lo que va o viene, o en lo que no arranca ni llega (sin cerrar en este tramo o trama, lo que dispone la gramática, a la cual procuro subvertir, con artificios mínimos, como el de los signos “”, “[]”, etc.)

Los que no son anarco marxistas, “[…] no nos [precisan] para fracasar. Nosotros no los necesitamos para [seguir] ”

Palabras adaptadas, a partir de uno de los comunicados del Subcomandante Insurgente “Marcos”, al que lo desean travestir de ex maoísta…, nota redactada con motivo de la protesta del Sub contra una izquierda, leninista o no, que no atisbó la ocupación silenciosa, coordinada y sorpresiva, de más de 40 mil personas, al amanecer de 21 de diciembre de 2012, de las cabeceras municipales que fueron tomadas en 1 de enero de 1994, y en conmemoración de esa rebelión que se hermana bastante, con la revolución socialista, poética y literaria por lo sutil, que habría imaginado el que fuera co editor con Arnold Ruge –lo que Marx argumentó NO FUE LA INEXORABILIDAD del socialismo, sino que mostró, complejamente, cómo la imbecilidad humana, perdió a cada instante de la Historia, la alternativa de escapar del dominio y que si con el desarrollo del orden burgués, se extraviaba de nuevo, la posibilidad de huir de eso y de construir el socialismo, era probable que la Historia fuese, por una época larga, una sucesión de formas de poder de todos en desmedro de todos y de unos contra otros (que es lo que esgrime Paul-Michel, esperando socavar a quien re descubre sin percatarse)

El hada del anarcocomunismo, “[…] no […] encontró […] el intérprete crítico que le rinda justicia

Maximilien Rubel, Karl Marx. Ensayo de biografía intelectual, 1957 –edición de 1970

C’est tout (¿es todo? –lo ignoro…)

Renuncié a lo que cobijé como herencia, cuando me deleitaba con los libros que adquiría mi madre a fuerza de privaciones indecibles. Abandoné el universo del conocimiento, que mitigaba mi Soledad, para quedarme con la audaz Melancolía, esa dama a la que le tributé cien veces infinito, mi deuda, con la carne de mis heridas, las que provenían de un interludio viejo, cansado, gris, a cambio de no ser lo que fui, tan hábil, enunciaron algunos…, en únicamente, sentir lástima de mí mismo, pero porque creía (agrego…) que era la luz hacia la libertad [el que no se apena de sí, no podrá aprender a desaprender lo que aprendió… –pienso en simultáneo, que me digo a los gritos, las palabras ilustradas que el niño le escupía al maestro anarquista, sin apedrearme, profesor que le había enseñado con amor lo inmaculado del saber, en el film La lengua de las mariposas; traicionándome, sí y no, para dejar el canto majestuoso del conocimiento por el silencio de Hamlet [no hay más que silencio, me comentabas, Romi, por “línea privada” y recordé que, tal cual me lo habían anticipado cuando suspiraba en las barracas del Colegio Salesiano en el sur del Sur, no hice más que recordar (el pasado, por supuesto –pasado que al tropezar con la memoria, llega en su parte inmediata, próxima a nosotros, a modo de “futuro” y por ende, en el futuro pasado del pasado, hasta advenir a lo que fue presente en ese pasado y al pasado en sí, que es la “capa” más honda de lo sido, y esto a causa de que la tripartición occidental del tiempo, se desdibuja en fractales que reiteran cada uno de los momentos en los demás, al extremo de que no se sabe qué diantres aconteció con lo temporal, en un sentido occidental o no, de manera que el tiempo “subjetivo” no se contrapone a lo temporal “objetivo”, porque ambos detentan análogo estatuto, siendo el tiempo, algo “subjetivo”, “objetivo” Y ninguna de las dos alternativas…–)].

“[… Existe] tanta belleza en el mundo… A veces, […] la [contemplo … de un golpe] y me abruma. Mi corazón se hincha como un globo que está a punto de estallar… [Permitiéndole atravesarme, sin resistirme …], siento […] gratitud por […] mi estúpida e insignificante… vida […]”

De Belleza americana –lo que era una glosa a lo que fuidijeescribí, acabó por desarmar lo que fue mi obra, lo que en una ocasión, Romi, enunciaste que era mi trayectoria, como la de un asteroide, dispersándolo en anexos, paréntesis, anticipaciones del ocaso, testamentos, sensualidades, todas, en una danza cósmica, sin el imperativo de la coherencia y con la lucidez de la ausencia de cohesión [tal cual en los anillos de Saturno, que son el “tutú” que despreciaba “Alejandro”, el anti “Román” de Luna de Avellaneda, película en la que puse mi fe, para entender que, siempre igual, los que no pueden más, se van; son descartados; están fuera de órbita; son la escoria del mundo, del siglo, de los mundos… –pero a esos fantasmas, duendes, espectros, hadas, les pertenece el porvenir, a causa de que son póstumos (Derrida dixit)]

3 COMENTARIOS

  1. Intercambio «clandestino» con un «ausente»; con su palabra
    Aunque hace tiempo que no sé de vos, Julio, como de tanta otra buena gente de Salta, aprovecho tu comentario desde «Facebook», para insertar uno mío, aunque hubiera prometido no hacerlo; no obstante, las circunstancias inusuales de tu aparición en un «texto» que no es un palimpsesto, «justifican», quizá, el no respeto por lo que anuncié que no ejecutaría.

    En primer lugar, te agradezco el interés por lo que digo y por haberlo difundido en lo que parece ser un Programa de radio que, seguramente, conducís junto a eventuales co equipers.

    En segundo término, valoro desde otro ángulo tu bello gesto sopesando la oclusión de los muchos, con respecto a lo que expresé no únicamente, estando en Salta, sino cuando ya no «callejeaba» por ella, como en este ahora sin ahora o en este presente sin presente. Y es lo que sigue; a diferencia de vos, los que se opusieron a mis derroteros lo concretaron, en parte, sin ser yo Lacan, por lo que Jacques-Marie Émile les espetó a los que lo excomulgaron de la IPA: «Uds., todos, quieren, porque se trata de su deseo…, asesinarme, acuchillarme, electrocutarme, olvidarme, atropellarme, tacharme, difamarme, anularme, excluirme, por las dificultades que los atraviesan, al mal situarse con respecto al Padre, al descolocarse con lo que significa ser progenitores, al no andar bien con la función paterna y al descoyuntarse con el Nombre del Padre, en su pasado».

    En tercera instancia, anhelaría repetir, porque no podría garabatearlo con más elocuencia, lo que Derrida talla en ébano, alrededor de uno de sus fallecidos preferidos, sentencias que oriento hacia el nacido en Tréveris:

    “[… Me] había acostumbrado a [… pronunciar ese nombre], no ya como el de una tercera persona, el de un hombre extraño y secreto del que se habla en su ausencia, y que uno descifra, transmite, invoca, sino como el [patronímico] de alguien vivo a quien en este momento [invocamos], a quien uno se dirige; un hombre que fue, más allá de la nominación, la apelación [constantemente] destinada a alguien cuya atención, vigilancia, deseo de responder, exigencia de responsabilidad, asumimos tantos de nosotros como las más rigurosas de estos tiempos. Ese nombre[, ‘Marx’,] se había convertido a la vez, en el [patronímico] familiar y extraño, tan [raro], tan extranjero como el de alguien a quien [invocamos] o que nos llama desde fuera. Inaccesible, infinitamente lejos de sí, pero un nombre también íntimo y antiguo, un [patronímico] sin edad, el de un testigo de siempre, de un [observador] sin complacencias, de un testigo que vela en nuestro interior; del [observador] más cercano, pero también del amigo que no me acompaña, preocupado por [dejarnos] con [nuestra] soledad. Siempre atento [para …] permanecer cerca de [nosotros]; atento a todos los instantes, a [cualquiera de nuestros] pensamientos, a todas las preguntas, también; a las decisiones y a las indecisiones

    En otro sitio, continúa esculpiendo en redor a Blanchot, haciendo yo que hable del yerno de von Westphalen –en una circunstancia, en los innumerables «expedientes X», una Autoridad de la academia se burló del lexema que es sinónimo de en torno, demostrando que para el funcionariado público, no se precisa cultura ninguna, empalmando con la tradición de brutalidad de los regentes medievales

    “[…] podemos decir hoy que [Marx fenece] sin desaparecer pero [en simultáneo,] que desaparece sin morir. Su [deceso] puede seguir siendo inimaginable, a pesar […] que ya ha tenido lugar […]” Y es que visitar a un intelectual amigo al que se aprecia, supone que el:

    “[…] sobreviviente, el que queda solo, en el mundo fuera de mundo y privado de mundo, se siente responsable de llevar al otro y su mundo, al otro y al mundo desaparecidos. Por ello, no hay duelo posible; por [eso], ninguna [exclamación], ningún homenaje al [fenecido], cierra un [devenir], sino que hace patente lo que ya sabíamos desde el inicio: que la [existencia] es diálogo con [los muertos …]” –cargué en mí, como cuando tomé las manivelas del féretro de mi abuela…, con los universos del admirador de Engels, con las estrellas de mi hermanita Cristina, con los mundos de Agustín Bensi y con los multi/versos de Gladys. Hasta ahora y no sé por cuánto más…

    En lo que se vincula con lo temporal, puedo agregar lo que aconteció en un asado de despedida en la casa de Nicanor, Bº 17 de Octubre.

    Nos encontramos a la madrugada el viernes 04 de Febrero de 2011, colegas de la «vieja guardia», entre el que estaba el Mgr. Juan Erasmo, poeta, novelista y peruano, que el accionar cuasi mafioso de los endogrupos profesorales de la Facultad de Humanidades de la Universidad Nacional de Salta (UNSa. –Salta capital, provincia de Salta, Argentina), se las arreglaron para “expulsar”, después de haber pasado de ser alumno adscrito durante años en la cátedra Historia del Pensamiento Argentino y Latinoamericano, Carrera de Filosofía, hasta casi llegar a ser Jefe de Trabajo Prácticos. El “infeliz” suceso lo deprimió y lo decidió a emigrar a mi querida Patagonia. Se quedó en Ushuaia, provincia de Tierra del Fuego.

    En ese ambiente fraterno, humano, comunista, de átomos epicúreos, aun cuando fuésemos de tendencias políticas múltiples, alguien relató, a la par que esperábamos ansiosos degustar el asado, que había un “loco” en el Hospital Miguel Ragone que sin ningún instrumento para tabular los segundos, acertaba en la hora, cuando se lo interrogaba. En una de tales circunstancias, divulgó que eran las 14, 25, a lo que se le respondió que eran las 14, 30, por lo que el “loco” se puso a balancearse pendularmente de izquierda a derecha y viceversa, de modo ligero, para que el reajuste del “péndulo” que era su cuerpo, pudiera alcanzar la precisión de otras ocasiones.

    La graciosa anécdota de la previa a un asado, en que los grupos y los individuos dispersos se ubican en sus propias “líneas de tiempo”, me impulsa a reflexionar que el loco intuye que chronos puede atrasarse o detenerse; que para evitarlo, hay que darle “cuerda” al tiempo y que cronos es un “ente” del mundo muy curvo, tan raro que si no lo significamos, que si no lo hacemos significar por otro cuando anhelamos la hora, el tiempo se diluye (khrónos necesita de la estructura El Otro, de la cultura, para que en nuestra “locura”, adoremos los relojes).

    En paralelo, es impostergable estar loco al estilo del “loco” del reloj como para creer en la objetividad de khrónos, en su “fisicalidad” –son tales experiencias lo que nos conducen a alucinar que el tiempo es un efecto de sentido, una «estructura con la que se narra algo», inclusive, respecto a chronos y que lo temporal es una «figura retórica» (el tempo).

    Por último y para diseminar la conclusión con un contratexto, con un anti artículo que no es un simple glosar una alocución «ajena», pregunto, ¡me urge!…, ¿de qué sirve hablar, resistir, escribir, crear en un mundo al que le somos indiferentes, en virtud de que está con su eje puesto en el lucro?

    Sin embargo, precisamente por lo anterior, por la pregunta sin respuesta, ¿cómo no oponerse, hablar? Otra vez y una vez más, no se puede escoger, aun cuando las elecciones sean contradictorias y sea inviable acodarse en ellas en simultáneo: enmudecer para expresarse; pensar para resistir; hablar para el silencio y por el silencio. Double bind

    Se calla
    el nombre
    de la
    esperanza
    en los
    recovecos
    de los
    segundos
    que se
    enredan
    en horas,
    para
    despertar
    los colores

    • Estampas. Sonidos; personas; recuerdos
      Como para alterar el timbre, las tonalidades de lo que se expuso, sin glosarme a mí mismo…, anunciaré que alguien me decía que uno debe cuidar y cuidarse del lugar que ocupan los otros en el deseo que nos zurfila. Lacan afirmaba que del “topos” en el que nos situamos en cuanto analistas o en tanto sujetos, somos responsables –no siempre; no es una regla, aunque más no sea porque el individuo no se encuentra aislado sino inserto en nexos sociales, en una etapa histórica, en una superestructura o modo cultural de producción de lo semiótico, y en una forma de gestación, material y semiósica, de valores de usos, materiales Y simbólicos. El asunto es que estuve dándole vueltas a la cuestión, en el marco de la promesa de anunciar que escribo para decir que no escribiré…, y que me enfocaré en estampar, como con un lápiz, ése desgastado, pequeño, que usaba para copiar a Rembrant, a los que se asociaron en mi tenue memoria, con la música de mi silencio, sin hablar de mí, sino de las situaciones que se asociaron con determinas personas y sonidos (y lo de “conectadas”, en el sentido de haberse juntado, asociado y en el de haberse “pegado” alguien con una melodía, en vez de a olores, como en Proust, aunque en él también ocupen espacio la música e incluso, la Ópera).

      En los momentos en que me enteré de la Beca para venir a Foz do Iguaçu, habitaban junto a mí, casi todos mis hijos mayores. Ninan, el “heredado”; Yain, el mayor de los propiamente, míos y Nahir, el segundo. La nena estaba muchas horas conmigo, a pesar que en sentido estricto, fuese de visita. Como todo lo femenino y lo verdaderamente, feminista, se encontraba en una situación intermedia, compleja, intrincada; femenina, de caracolote.

      En ese departamento de Barrio Castañares, había otra persona; era Pablo. Antes anduvo Sergio “Jirafa” Marocco, al que le dediqué uno de mis libros anti obras.

      Mi hija, se asocia con “El mareo” –http://www.youtube.com/watch?v=0O2QQ3NMa54. A ella le agradaba la canción, hasta solicitarme que en mi vieja computadora de 2000, se la hiciera escuchar con el “Winamp” de los fríos de la época, que no es el que poseo actualizado en mi notebook de 2011, que para los estándares contemporáneos, es un ajado odre. Por mi parte, Zaira o “Tati”, como le gusta que le digan…, se vincula en mis recuerdos a “Los libros de la buena memoria” (http://www.youtube.com/watch?v=Zy3x5VcUQ50) y a un tema que recientemente, escuché y que disparó esto de tipear, en calidad de una despedida que se prolonga [tal cual fue como con el cruce de Las Cataratas; con fiebre, miedo y tos, sin la vieja Haydé… (http://www.youtube.com/watch?v=uyqnp1HYgts)], lo asociado a determinadas personas (no porque sean importantes en sí o a causa de que hayan aparcado en mi existencia, a pesar que los hijos sean esenciales en la vida de cualquiera, en lo nodal, porque se nace a la par de ellos y en más de un aspecto, que no puedo ni quiero desenredar, a causa de que es una genuina madeja…).

      Pausa. Extraño que la nena me confiese que en “mi” diminuto hogar, había silencio, abundante silencio. “Papá; nadie grita; ninguno levanta la voz y aunque rompo cosas que vos estimás, nunca me retás, sino que tenés paciencia”. Era un modesto “Padawan”… –http://www.google.com.ar/imgres?imgurl=http://cdn.thegloss.com/files/2012/05/lukeskywalker.jpg&imgrefurl=http://www.thegloss.com/2012/05/14/culture/why-luke-skywalker-is-sexy-994/&h=250&w=350&sz=17&tbnid=YUqj7P7EelFHMM:&tbnh=93&tbnw=130&prev=/search%3Fq%3Dluke%2Bskywalker%2Bfotos%26tbm%3Disch%26tbo%3Du&zoom=1&q=luke+skywalker+fotos&usg=__pXXE1H4_eKZ5-vbT4gMHCjcENE4=&docid=swS0u7L5j-Q7oM&hl=pt-BR&sa=X&ei=TU6QUZGyHZGc9QSdvoHoDg&sqi=2&ved=0CF8Q9QEwEA&dur=4914. Esa frase que reconstruyo, me lleva a que mi madre decía que su padre, oía música en volumen bajo, a tono con la Semiótica de los objetos, con la semántica de su silencio, de su distancia y cofradía en el silencio.

      La canción a la que aludía palabras atrás, es de Neil Diamond, al que descubrí en “Los Antiguos”, en Santa Cruz, a mis 14 años, cuando copiaba las pinturas de Leonardo y le ayudaba a un viejo artista del pueblo, con sus cuadros que, cuando estaba en el Colegio de Salesianos de Río Grande, provincia de Tierra del Fuego, logró que los admirasen mis vecinos, en una exposición al efecto (a Neil, lo ubiqué por un cassette de mi madre, que lo escuchaba seguido, como ella oía, idénticamente a mi abuela, música clásica y ballet… –y por eso, me encantan por igual, el jazz y la Ópera, porque las dos confesaban que los que pueden escuchar ballet, sin verlo…, serán capaces de oír cualquier cosa que sea estéticamente, elaborada, sin jerarquizar con la oración, nada, para que no se me aplique el Bourdieu de los estudios acerca de lo que se pondera “buen” gusto, a modo de una vía semiósica para distinguirnos simbólicamente de los otros, de los que con ese “procedimiento”, se vuelven otros con respecto a un “nosotros”). La melodía podría traducirse como “Serás mujer, mi hijita querida” –http://www.youtube.com/watch?v=57q3kq4FP2o. Ojalá ella lo supiera, hoy, en que la recuerdo a 1600 Km, con lágrimas tatuadas debajo de mis máscaras (es que la vida no es lucha, como lo entendió el desamparado Marx y según lo comprenden los leninistas, tan nietzscheanos en eso…, sino que puede ser melodías; afectos, personas, situaciones, entes, injertados a los colores de las melodías y del silencio, aun cuando haya una ventisca permanente, como el de la Patagonia, que saca de sus ejes a algunos que no se acostumbran, mientras yo la atesoro, batiendo los cristales de la ventana de mi pieza de adolescente, convocándola en este ahora).

      Zaira partirá, volará, como enuncia Serrat –http://www.youtube.com/watch?v=ZjZOHyhWsSk.

      “Tati” me empuja a Andina, por el talento de ambas para el baile, según lo que aprecié en mi nena y lo que me comentó en una “ligación” por teléfono, Cristina, la abuela de Andina.

      Como a María, su madre, le gustan “Los redondos”, Andina se “pegó” a “Un ángel para tu soledad” (http://www.youtube.com/watch?v=VPHtpoet4m4).

      Ninan por su lado, se asocia con el ímpetu; con “Hold on” de Spiderman II (http://www.youtube.com/watch?v=47jR23zHgPo). Es un “héroe” que cuida de sus hermanos…

      A Yain, desde bebé, lo vinculé con “Todas las hojas son del viento” (http://www.youtube.com/watch?v=b-u-bchAnW4) y a Nahir, con “Durazno sangrando” (http://www.youtube.com/watch?v=i4_pVlJdbEY) [de alguna manera, sabía que se parecería en determinados vértices a mí, en lo particular, en sus noches solitarias (http://www.youtube.com/watch?v=cOChmM1QLIs) y en sus anhelos inconclusos, vagando como David Banner, de un lugar a otro porque no encaja en ninguno (http://www.youtube.com/watch?v=bzzlcYvHRSI)].

      Mis tres hijos, que me parieron como las Madres fueron alumbradas por sus desaparecidos, por nuestros fallecidos…, se asocian con Spinetta, al que oí sin entenderlo, por mis tíos, que lo escuchaban sin descanso en la etapa del Mundial78. (sólo después, centurias adelante, lo comprendí… y lo hice tan de mi carne, que usé tres canciones para recordar que recuerdo a mis hijos).

      ¿Y Pablo? Era un sacrificado alumno de la Facultad de Humanidades de la UNSa., que trabajaba de noche en el Paseo Balcarce, de copero, estudiando como le era plausible; a veces, con mi pobre ayuda.

      Él prefería “Los redondos”, pero lo vinculo con “El viento me trae una copla” –http://www.youtube.com/watch?v=F1-0Z_StMSE–, porque lavaba recipientes que empleaba gente que era peor que él, lo que es un calificativo para las otras personas y no para Pablo, que era un laburante sin Luna ni amanecer, a causa de que cuando él salía, apenas si le quedaba ánimo para regresar al departamento. Lo oía al entrar y lo imaginaba con sus manos dolidas por el agua clorada, a mil, enjuagando copas de mala gente. Y sentía su melancolía, su soledad (http://www.youtube.com/watch?v=EcuBBMydPN0), que las “reflejaba” en sus mates cebados de casi al mediodía, por cuanto no podía descansar, a raíz de que tenía en sus ojos, no una mujer como espina, sino sueños inacabados, no concretados, incompletos. Frustraciones de saldo y esquina…, y de paraísos extraviados, perdidos.

      ¿Se
      encuentra
      algún lugar
      a fin de
      ir a
      morir
      ilusiones,
      para las que
      no hay
      mañana
      en sus
      horas
      de penita, pena,
      por la
      penita,
      pena?

      Alucino que conseguí demostrar que la memoria no se aprisiona ineludiblemente, en lo temporal, en fechas, sino que puede conectarse con elementos disímiles, como la música –y de ésta, el Beethoven del periodo de la “Grosse fugue” (http://www.youtube.com/watch?v=6s0Mp7LFI-k), reveló que hasta en ella es factible independizarse de “chronos”, de los movimientos, de las claves, del tono, aunque no del pentagrama ni de las notas (vendrá ese tiempo fuera de tiempo…).

      El recuerdo, el complejo “mecanismo” de la memoria es quizá, una Termodinámica de las temporalidades múltiples, donde el tiempo es lo que queda apartado para que sea viable hablar de “líneas de khrónos”; es la metáfora que debe estar fuera del “sistema” para enunciar los tiempos

  2. Un mensaje de urgencia por urgencias…
    Querido Julio; apreciado amigo:

    Buenos días.

    * La hago cortita porque me estoy
    quedando sin batería en la notebook.

    * Me alegró saber de vos, que hace tanto,
    tanto que estamos desaparecidos, en un
    sentido político y existenciario, x no escribirnos
    para saber el uno del otro…

    * X fa; tratá de contactarte lo más rápido que podás…

    * Mi mail heredado es albertonascimiento616@gmail.com,
    que me lo ofreció un conocido, a raíz de que me hackearon
    todas mis antiguas cuentas.

    Un abrazo. A todos. Siempre.

    A

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