En actitud de respuesta y como derecho a réplica solicitado especialmente por lectores de Salta 21, se publica un artículo de Marcello Pera, titulado «Guerra al cristianismo» enviado a nuestro correo para tal fin.
Esta guerra al cristianismo no sería tan peligrosa si los cristianos la advirtiesen
Por su especial interés damos a conocer una carta al director del periódico Corriere della Sera firmada por Marcello Pera. Pera es Senador de la República Italiana y profesor de filosofía, no es católico. Escribió diversos libros sobre la identidad cristiana de Europa, entre los que destacan: Senza Radici, Pera Marcello y Ratzinger, Joseph, Ed. Mondadori, Milano 2004: Perché dobbiamo dirci cristiani , Ed. Mondadori, Milano 2008, con prefacio del Papa Benedicto XVI.
Una agresión al Papa y a la democracia
Carta al director de Corriere della Sera, Milán, 17-03-2010, pag. 23
Estimado director:
La cuestión de los sacerdotes pedófilos u homosexuales desencadenada últimamente en Alemania tiene como objetivo al Papa. Pero se cometería un grave error si se pensase que el golpe no irá más allá, dada la enormidad temeraria de la iniciativa. Y se cometería un error aún más grave si se sostuviese que la cuestión finalmente se cerrará pronto como tantas otras similares. No es así. Está en curso una guerra. No precisamente contra la persona del Papa ya que, en este terreno, es imposible. Benedicto XVI ha sido convertido en invulnerable por su imagen, por su serenidad, su claridad, firmeza y doctrina. Basta su sonrisa mansa para desbaratar un ejército de adversarios.
No, la guerra es entre el laicismo y el cristianismo. Los laicistas saben bien que, si una mancha de fango llegase a la sotana blanca, se ensuciaría la Iglesia, y si fuera ensuciada la Iglesia lo sería también la religión cristiana. Por esto, los laicistas acompañan su campaña con preguntas del tipo «¿quién más llevará a sus hijos a la Iglesia?», o también «¿quién más mandará a sus chicos a una escuela católica?», o aún también «¿quién hará curar a sus pequeños en un hospital o una clínica católica?».
Hace pocos días una laicista ha dejado escapar la intención. Ha escrito: «La entidad de la difusión del abuso sexual de niños de parte de sacerdotes socava la misma legitimidad de la Iglesia católica como garante de la educación de los más pequeños». No importa que esta sentencia carezca de pruebas, porque se esconde cuidadosamente «la entidad de la difusión»: ¿uno por ciento de sacerdotes pedófilos?, ¿diez por ciento?, ¿todos? No importa ni siquiera que la sentencia carezca de lógica: bastaría sustituir «sacerdotes» con «maestros», o con «políticos», o con «periodistas» para «socavar la legitimidad» de la escuela pública, del parlamento o de la prensa. Lo que importa es la insinuación, incluso a costa de lo grosero del argumento: los sacerdotes son pedófilos, por tanto la Iglesia no tiene ninguna autoridad moral, por ende la educación católica es peligrosa, luego el cristianismo es un engaño y un peligro.
Esta guerra del laicismo contra el cristianismo es una batalla campal. Se debe llevar la memoria al nazismo y al comunismo para encontrar una similar. Cambian los medios, pero el fin es el mismo: hoy como ayer, lo que es necesario es la destrucción de la religión. Entonces Europa, pagó a esta furia destructora, el precio de la propia libertad. Es increíble que, sobre todo Alemania, mientras se golpea continuamente el pecho por el recuerdo de aquel precio que ella infligió a toda Europa, hoy, que ha vuelto a ser democrática, olvide y no comprenda que la misma democracia se perdería si se aniquilase el cristianismo.
La destrucción de la religión comportó, en ese momento, la destrucción de la razón. Hoy no comportará el triunfo de la razón laicista, sino otra barbarie. En el plano ético, es la barbarie de quien asesina a un feto porque su vida dañaría la «salud psíquica» de la madre. De quien dice que un embrión es un «grumo de células» bueno para experimentos. De quien asesina a un anciano porque no tiene más una familia que lo cuide.
De quien acelera el final de un hijo porque ya no está consciente y es incurable. De quien piensa que «progenitor A» y «progenitor B» es lo mismo que «padre» y «madre». De quien sostiene que la fe es como el coxis, un órgano que ya no participa en la evolución porque el hombre no tiene más necesidad de la cola y se mantiene erguido por sí mismo.
O también, para considerar el lado político de la guerra de los laicistas al cristianismo, la barbarie será la destrucción de Europa. Porque, abatido el cristianismo, queda el multiculturalismo, que sostiene que cada grupo tiene derecho a la propia cultura. El relativismo, que piensa que cada cultura es tan buena como cualquier otra. El pacifismo que niega que exista el mal.
Esta guerra al cristianismo no sería tan peligrosa si los cristianos la advirtiesen. En cambio, muchos de ellos participan de esa incomprensión. Son aquellos teólogos frustrados por la supremacía intelectual de Benedicto XVI. Aquellos obispos equívocos que sostienen que entrar en compromisos con la modernidad es el mejor modo de actualizar el mensaje cristiano. Aquellos cardenales en crisis de fe que comienzan a insinuar que el celibato de los sacerdotes no es un dogma y que tal vez sería mejor volver a pensarlo. Aquellos intelectuales católicos apocados que piensan que existe una «cuestión femenina» dentro de la Iglesia y un problema no resuelto entre cristianismo y sexualidad. Aquellas conferencias episcopales que equivocan en el orden del día y, mientras auspician la política de las fronteras abiertas a todos, no tienen el coraje de denunciar las agresiones que los cristianos sufren y las humillaciones que son obligados a padecer por ser todos, indiscriminadamente, llevados al banco de los acusados. O también aquellos embajadores venidos del Este, que exhiben un ministro de exteriores homosexual mientras atacan al Papa sobre cada argumento ético, o aquellos nacidos en el Oeste, que piensan que el Occidente debe ser «laico», es decir, anticristiano.
La guerra de los laicistas continuará, entre otros motivos porque un Papa como Benedicto XVI, que sonríe pero no retrocede un milímetro, la alimenta. Pero si se comprende por qué no cambia, entonces se asume la situación y no se espera el próximo golpe. Quien se limita solamente a solidarizarse con él es uno que ha entrado en el huerto de los olivos de noche y a escondidas, o quizás es uno que no ha entendido para qué está allí.
– Marcello Pera. Foto de portada: Pera y el Papa.
Artículos del periodista Horacio Verbitsky que generaron polémica, publicados a través de Salta 21:
– http://www.salta21.com/Mentiras-y-calumnias-Acusaciones.html
– http://www.salta21.com/Operacion-conclave.html
Polémica: lectores piden réplica por el artículo de Horacio Verbitsky. Guerra al cristianismo
Dos cositas: Por un lado recomiendo la lectura del libro «Una mujer cabalga la bestia», de Dave Hunt. Tremenda investigación del rol de la Iglesia Católica en los últimos tiempos desde el punto de vista bíblico, pero también histórico, filosófico…
Por otro, por favor no confundir religión católica con cristianismo. Por un lado, la religión es el intento del hombre por llegar a Dios, el Cristianismo es Dios acercándose al hombre a través de Cristo… además existen otras «religiones» crisitianas como el Protestantismo (comenzando por Lutero..) la cual profeso. De todas maneras una cosa es ser una persona «religiosa» y otra una persona que ama a Dios y lo busca en su vida… genuinamente, no por imposiciones «religiosas» (de los hombres).
Me encanta la página Romina. Es interesante encontrarse con tantos puntos de vista de todos los temas planetados.
Polémica: lectores piden réplica por el artículo de Horacio Verbitsky. Guerra al cristianismo
Sinceramente,el comentario de Verbitsky se quedó corto interesadamente por que en realidad critica a la iglesia, pero No denuncia todo lo que sabe de lo que hoy pasa en esta institucion por que justamente está de alguna forma sostenida por los K, gobierno que el defiende.
Para NO desviarnos del tema, el comentario de «Marcello Pela» es reaccionario, provocador y grotesco, por que, realmente defender a esta entidad victimizandola es querer tapar el sol con las manos…Estamos en la revolucion de la comunicacion, de la ciencia y la tecnologia…¡Por favor! Basta de engañar a la gente, eso fue propio de la edad medieval y como simple referencia, esta iglesia misojina, discriminadora, corrupta y criminal, participó de cada uno de los genocidios que son innegables, por ejemplos las cruzadas, la colonizacion de América o la ultima dictadura. O las terribles persecuciones a pensadores, cientificos o a todo aquel que NO tenia como premisa taparse los ojos. ¿Es esta la iglesia que defiende «Pela» tras la burlona sonrisa de «su» papa o papá? Quien defiende sus intereses lo hace desde la ingenuidad o la complicidad. Pero hay mas, esta gente que se creen los preceptores de la mujeres (y de la humanidad) se llenan la boca hablando en contra del aborto (como si habria gente que disfrutaria de esta situacion) son los complices de los que no solo matan fetos, sino que cientos de chicos desnutridos son sometidos y condenados en vida a la miseria, la droga y la prostitucion por los gobiernos de turnos, gobiernos que son apoyados por todas las iglesias, en nuestro pais especialmente por la Catolica que «discursean» con la pobreza pero son inmediatamente acallados por los subsidios millonarios a traves de la eduacion, ONG y un sin numeros de «negocios» y abultados sueldos que perciben estos hombres de FE. Sumas millonarias que son pagadas con nuestros fondos, de los impuestos que nosotros pagamos y, que vaya ridicules, aunque no «practiquemos» este dogma ¡LES BANCAMOS LA FIESTA A UN MONTON DE PEDOFILOS! Pero, y esto es los que mas temen, la poblacion está despertando y la experiencia llevará a elevar la conciencia de «liberarnos» de los gobiernos corruptos y tambien de sus complices, entre los que se encuentra en primera linea, la santa iglesia.
Un saludos y espero se publique (Reconozco que siempre lo hicieron y de allí a animarme no solo a tomarme unos minutos, sino a decir lo que pienso)
Nuevamente un saludo y gracias.
Rodolfo A. Rios
Polémica: lectores piden réplica por el artículo de Horacio Verbitsky. Guerra al cristianismo
Esgrimir a la nivea sotana como la panacea de la virtud equivale a decir que debajo de ella hay santos. Ni todos son santos ni todos cumplen con la predica del que entrego su vida para salvarnos. En nuestro pais nunca hicieron una autocritia de su función en la epoca del genocidio militarista y nunca escuche a ningun obispo explicar porque videla, estando preso, iba a misa y comulgaba como el mas noble y virtuoso de los católicos, cuando es voz populi su actuación en el proceso. Antes creia, ingenuamente, que habia un lugar donde los pobres y todas las personas humildes obtenian refugio y abrigo frente a los pesares de la vida. hoy ya no…
La posición de Salta 21
Conceder un pedido a los lectores es una tarea primordial de cualquier medio, aún cuando se trate de opiniones contrarias a las que tenemos. Ese es el desafío: la pluralidad. Más allá de todo punto de vista, al menos se permite esbozar el disenso y la opinión pública.
Gracias por los aportes y sugerencias.
Polémica: lectores piden réplica por el artículo de Horacio Verbitsky. Guerra al cristianismo
¿Por qué será que las notas que defienden posturas de derecha son generalmente anónimas y citan textos de «pensadores» foráneos cuyos méritos sólo se enumeran parcialmente?.
En esta, por ejemplo, dicen de Marcello Pera sólo que «es Senador de la República Italiana y profesor de filosofía, no es católico»; no dicen en cambio que es amigo personal de Benedicto XVI, de Silvio Berlusconi (habrá sido invitado a sus «fiestitas»), de José María Aznar, y de varios etcéteras con posturas ideológicas claramente emparentadas con los pensamientos del ario Adolfito.
Pensar que Pera entró a la política en el Partido Socialista y actualmente pertenece a Forza Italia. Borocotó queda como un nene de pecho al lado de éste muchacho.
Polémica: lectores piden réplica por el artículo de Horacio Verbitsky. Guerra al cristianismo
«Ser de la izquierda es, como ser de la derecha, una de las infinitas maneras que el hombre puede elegir para ser un imbécil: ambas, en efecto, son formas de la hemiplejia moral», decía Ortega y Gasset . – No obstante, Sr. Ramos, la nota que yo, Ernestina Santana, pedí a Salta 21 que publicaran no es anónima: está escrita por Marcello Pera, mal que le pese a Ud es una prestigiosa figura en Italia y en toda Europa con la que se puede o no estar de acuerdo, a veces, muchas veces, pocas veces… Y agradezco a Salta 21 que lo haya publicado, aunque sé que no es excatamente lo que a ellos más le gusta. Pero tienen respeto por sus lectores. (Y lo de «… emparentadas con los pensamientos del ario Adolfito…» qué quiere que le diga… cualquiera dice cualquier cosa)