El ex intendente de La Caldera y actual diputado Miguel Calabró (PJ) solicitó que el legislador por el PO, Claudio del Plá, pida disculpas ante la Cámara por la gesta de Docentes Unidos de Salta que los llevó a reclamar en la Legislatura por la derogación de la ley 6821 que impide el derecho a la huelga. Medios como El Intransigente, que alguna vez fue la voz del pueblo en épocas de Luciano Jaime (ahora cooptado y comprado) y Desinformáte Salta (reyes de la pauta oficial) hablan de secuestro a los legisladores, de los pseudos docentes que allí estaban y de la culpa del PO.
Estos pseudos medios transformados en propaganda del oficialismo, en complicidad con varios políticos envidiosos de un legislador elegido por el voto democrático pero que no es pejotista, intentan transformar un acto de reclamo genuino de Docentes Unidos de Salta en una contienda política. A pesar de su aparente poder, esos medios tienen escasa legitimación moral entre la sociedad.
La comisión que se formó para establecer una sanción al diputado por el PO, no hace más que agravar una situación que descubre el estado de una consecuente persecución ideológica con un claro mensaje a la sociedad: PJ sí, PO no. PJ amigo, PO enemigo. Y castigo ejemplificador. Mentalidad sectaria, acrítica y ensimismada.
Esto revela la condena a un partido político de izquierda cuyo único mal fue atender los reclamos de un sector, solidarizarse y acompañar. Los actuales funcionarios no soportan la espina que se les ha metido en sus zapatos. Del Plá pasó a ser un exiliado interno de la política pejotista, discriminado y perseguido por pensar distinto. ¿Suena a dictadura?
Pero la rencilla no queda sólo en esto, pretende ir más lejos cuando a través de la propaganda de los medios antes nombrados, se coloca en el discurso sancionatorio y/o condenatorio, a gente que no llega a tener la categoría de “docente” por seguir otra línea política que no sea la señalada por el PJ. Un docente alineado con el PO no llega a ser. Y estamos hablando de conductas seriamente xenófobas que anulan a la persona y la excluyen del rango profesional. De acuerdo a ello, son pseudos docentes quienes osen haber renunciado ideológicamente al pejota. Este mensaje disciplinador responde a un adiestramiento nazi.
El “instigador” Claudio Del Plá, así acusado por la derecha conservadora, resultó ser, según medios transmisores de quienes los subvencionan, quien llevó a docentes (pseudos) a cometer «desmanes en la puerta de la Legislatura» (dicho de parte de los cuasi “analistas políticos” de Canal 9) por lo que unos legisladores honestos, impecables, intachables e incuestionables, fueron supuestamente, víctimas de secuestro.
La acusación es falsa. Los docentes se manifestaron alrededor de la Legislatura e hicieron un cordón. La única arma que traían esa tarde del martes 6 de mayo era la palabra. Y exigieron la derogación de la Ley 6821. Y exigieron a los diputados que trabajen. Y denunciaron por alto parlante la presencia de patotas. Los docentes no cometieron daños materiales como se dijo.
La Casa de la Democracia es sólo un espacio compuesto por paredes si dentro no se pone en práctica lo que simboliza. La Casa de la Democracia es un edificio vacío si dentro, quienes representan al pueblo, esquivan la responsabilidad de defender los derechos del pueblo. Hubo más democracia en la Plaza 9 de Julio, donde se reunió toda la docencia durante abril y mayo, que entre unas paredes viciadas de abuso de autoridad y excesos por parte de quienes se dicen actuar por la gente. Para que la Legislatura sea la Casa de la Democracia las puertas deben dejar paso al pueblo. ¿Por qué la Casa de la Democracia es exclusiva de los funcionarios? ¿Por qué las puertas estaban cerradas y valladas, inaccesibles?
La Democracia no está en un edificio ni en una Casa, está entre quienes la propician y la defienden, entre quienes garantizan el legítimo reclamo de los derechos.
Hay una ley que se vuelve implacable: ley pareja no es rigurosa. Será por eso que ahora, esos diputados del martes 6, hacen uso del derecho a reclamar por cuatro horas “sin garantías”, frente a una vida entera sin garantías para ningún trabajador cuando ejerce sus reclamos.
– Notas relacionadas:
De cobardes y llorones (sobre los sucesos de la lucha docente en Salta)
http://www.salta21.com/De-cobardes-y-llorones-sobre-los.html
La gloriosa Gesta de Docentes Unidos de Salta en la Legislatura y los cinco puntos de la nueva propuesta del gobierno
http://www.salta21.com/La-gloriosa-Gesta-de-Docentes.html
Con comentarios fachos atacan a los docentes en Informáte Salta, que recibió en 2013, $ 1.152.000 de pauta oficial
http://www.salta21.com/Con-comentarios-fachos-atacan-a.html
Políticos necios que acusáis a Del Plá sin razón, sin ver que sois la ocasión de lo mismo que culpáis
«Mobbing» político. Solidaridad. Desde el exilio
Estuve meditando largamente, en lo que describe la periodista Romina.
Lo que está aconteciendo es grave. Y lo conozco de cerca. Me parece a mí, que lo que sucede con el Diputado Claudio es una suerte de «mobbing» político, que es continuación de lo que hizo el romerismo y la Injusticia romerista de entonces, cuando lo sancionaron desde la Junta de Descalificación y Disciplina, por hacer política en el aula, «corrompiendo» a menores…
No es la Democracia la que no funciona, ni los políticos, que no son una clase (por ejemplo, que integren la «clase política»), sino las instituciones de una sociedad que repite patrones de exclusión para poder constituir su propia identidad, eliminando, asesinando simbólicamente, al otro, otro. Salvando las distancias, es lo que le aconteció a Freud, cuyos «colegas» universitarios, por la idiotez propia de la academia y de lo que la define en tanto «universidad», lo evaluaban un degenerado sexual. O con Lacan, que fue expulsado de la «IPA» por «herejía». O con los quemados en la Edad Media por la Inquisición, como Giordano Bruno. O con los hombres infames, que no son famosos sino por su impopularidad ficticia, a causa de la infamia que los encerró y que les destrozó sus nombres.
Esto no se acabará jamás, si es que no eliminamos las instituciones o el núcleo patológico que las impulsa a funcionar, que es el de anular al otro, otro para poder ser una institución. Parlamentaria o no; académica o no.
Si este nivel de análisis suena muy abstracto, es que el principio leninista de «estudio concreto de una situación concreta» es un axioma estrecho.
Por en cuanto, lo que vale es una solidaridad incondicional con el Diputado perseguido. Porque otro de los aspectos que afloran aquí es que una parte del Estado y un conjunto de funcionarios de él, desean aplastar con furia a un individuo. Y encima, se agregan en la patoteada «democrática», los medios hegemónicos y de hegemonía, que son apéndices de los grupos privilegiados y de las clases dominantes de la conservadora, aldeana, mojigata, machista hasta en su feminismo y reaccionaria, Salta.
«Mobbing» político. Solidaridad. Desde el exilio
Estuve meditando largamente, en lo que describe la periodista Romina, que no es amarillista como una vez se la acusó.
Lo que está aconteciendo es grave. Y lo conozco de cerca. Me parece a mí, que lo que sucede con el Diputado Claudio es una suerte de «mobbing» político, que es continuación de lo que hizo el romerismo y la Injusticia romerista de entonces, cuando lo sancionaron desde la Junta de Descalificación y Disciplina, por hacer política en el aula, «corrompiendo» a menores…
No es la Democracia la que no funciona, ni los políticos, que no son una clase (por ejemplo, que integren la «clase política»), sino las instituciones de una sociedad que repite patrones de exclusión para poder constituir su propia identidad, eliminando, asesinando simbólicamente, al otro, otro. Salvando las distancias, es lo que le aconteció a Freud, cuyos «colegas» universitarios, por la idiotez propia de la academia y de lo que la define en tanto «universidad», lo evaluaban un degenerado sexual. O con Lacan, que fue expulsado de la «IPA» por «herejía». O con los quemados en la Edad Media por la Inquisición, como Giordano Bruno. O con los hombres infames, que no son famosos sino por su impopularidad ficticia, a causa de la infamia que los encerró y que les destrozó sus nombres.
Esto no se acabará jamás, si es que no eliminamos las instituciones o el núcleo patológico que las impulsa a funcionar, que es el de anular al otro, otro para poder ser una institución. Parlamentaria o no; académica o no.
Si este nivel de análisis suena muy abstracto, es que el principio leninista de «estudio concreto de una situación concreta» es un axioma estrecho.
Por en cuanto, lo que vale es una solidaridad incondicional con el Diputado perseguido. Porque otro de los aspectos que afloran aquí es que una parte del Estado y un conjunto de funcionarios de él, desean aplastar con furia a un individuo. Y encima, se agregan en la patoteada «democrática», los medios hegemónicos y de hegemonía, que son apéndices de los grupos privilegiados y de las clases dominantes de la conservadora, aldeana, mojigata, machista hasta en su feminismo y reaccionaria, Salta.