En este festival de elecciones anticipadas que llevaron a cabo varias provincias argentinas, el próximo domingo 10 de abril, al electorado de la provincia de Salta le toca concurrir a las urnas, para sellar la suerte de si el actual mandatario provincial continúa o no un segundo mandato.
En estos casi cuatro años de gestión, no siempre salieron las cosas bien y siempre hay mucho por hacer, lo dijo el propio gobernador, en la apertura del 113 Período de Sesiones Ordinarias de la Legislatura Provincial en su mensaje del 1º de abril. Allí puso el acento, entre otras cuestiones que revelan en caso de ser reelecto, sobre su verdadero y principal objetivo de generar por lo menos, el doble de los 25 mil puestos de trabajo durante la primera gestión, además de intensificar la programada Descentralización de las acciones de gobierno en los 59 Municipios del territorio provincial, lo que implicará una readecuación y permanente recapacitación de los recursos humanos con que cuentan las Intendencias de toda la provincia.
Esta redefinición del rol del Estado Provincial se profundizará en los años próximos, reflejando una gestión política mancomunada, a fin de constituir una eficaz herramienta de transformación y cambio, dejando atrás una Salta cuasi feudal y atrasada.
Obviamente que en materia de seguridad pública urbana, la provincia no escapa a las variables negativas que padecen las grandes urbes, es así que aunque siempre va a faltar mayor equipamiento acorde con el avance tecnológico, no se dejará librado al mero transcurso del tiempo y obsolescencia, los recursos materiales para las fuerzas de seguridad.
Un capítulo aparte merece la cuestión financiera del estado provincial, el que abonó durante este tiempo, parte del pasivo de la gestión de Juan Romero, del orden de los 1.400 millones de pesos en concepto de Deuda Pública. Tampoco nadie puede desconocer que en esta gestión, a diferencia de otras, siempre mantuvo al día los sueldos de la Administración Pública Provincial, como asimismo a la masa de proveedres del Estado, lo que evidencia un criterioso y ordenado manejo de las arcas públicas.
Se apunta a generar conciencia para favorecer la llegada y asiento del capital privado y foráneo, incrementando la diversificación de las actividades económicas, que conlleven al paulatino proceso de industrializar en mayor y menor escala, la materia prima y demás bienes primarios que siempre suma más valor agregado a la producción salteña. Nadie pone en duda que pueden coexistir la Salta agro pastoril de siempre, con la pujante e industriosa provincia del siglo 21.
En este sentido, jugarán una insustituible función, la constante creación de PYMES y MICROPYMES en toda la geografía provincial, las que como históricamente fue y es, dadora de fuentes de trabajo directo e indirecto en todo el país.
Hay que remarcar que como en toda organización social, el impulso innovador y de crecimiento de una región, proviene en su totalidad de la acción y gestión privada, o sea de su gente. El resto, como regulador y árbitro, lo hace el Estad.
Salta hoy padece una secuela de desinversión y caída de su actividad económica y social, desde hace más de 20 años. Esto significaría, una similar cantidad de tiempo para reiniciar el despegue de una región fronteriza que quedó detenida en el tiempo. Muchas veces por la inercia del sector privado como de las pésimas y olvidables administraciones provinciales que le tocaron en suerte.
¿Por qué entonces tendría que ser reelecto JUAN M. URTUBEY…?? No sólo porque hay que darle continuidad y permanencia a la gestión de Gobierno, sino también porque la SALTA del 2011 no está más presa de aventureros de la política pequeña local, que pretenden tomar el poder político en nuestra tierra como un botín de guerra. para ser repartido entre las 5 o 10 familias. como sucediera en pretéritos tiempos. Al pasado no se vuelve…
Además de eso, con la actual “dirigencia política” vieja y amañada en su discurso y propuestas como OPOSICIÓN, no tuvo ni tiene peso e influencia en la sociedad, producto de la falta de recambio generacional, como del nunca modificado y actualizado sistema de representación político salteño.
En este estado de cosas, un hombre como el gobernador, intenta y persistirá en la construcción de poder real, sumando la pluralidad de nuevas corrientes políticas potables y posibles, que aporten lo suyo y le permitan ir transformando la provincia. Lo demás no cuenta, como tampoco esos camaleónicos corifeos aspirantes y postulantes a ocupar la gobernación de la provincia, simples productos del oportunismo y la coyuntura política.
Sólo hay un hecho puntual que destacar, digan lo que digan después del 10 de abril: NO GANÓ EL P.J. EN SALTA, GANÓ JUAN M. URTUBEY únicamente. El resto…será otra historia que se está escribiendo todavía…
– El autor es Columnista Político – Periodista