Guillermo Luque, quien estuvo 14 años en prisión, salió del penal y reafirmó su inocencia. La madre de la víctima, afligida, dijo que respeta la decisión de la Justicia. Ya no quedan detenidos por la causa.
Guillermo Luque, condenado a 21 años de prisión por el asesinato y violación de la joven catamarqueña María Soledad Morales en 1990, quedó ayer en libertad condicional tras cumplir dos terceras partes su pena.
Al salir de la cárcel, Luque, quien ya gozaba de salidas transitorias y trabaja en una escribanía desde 2003, reafirmó que es inocente y anunció que en las próximas horas dará una conferencia de prensa. «Déjenme ir para reencontrarme con mis afectos, mis hijos y mi familia», pidió a los periodistas que lo acosaban.
Mientras tanto Ada Rizzardo de Morales, madre de la víctima, expresó su respeto por la Justicia y aseguró que lo que más le duele es que los asesinos de su hija «no tengan arrepentimiento alguno». No quedan más detenidos por el caso, ya que Luis Tula, el entregador de la joven, cumplió su condena de 9 años de prisión.
María Soledad Morales fue hallada muerta el 8 de septiembre de 1990. El caso se convirtió en un escándalo luego de que familiares y amigos señalaran como responsables a los «Hijos del Poder», entre los cuales se contaba Luque, cuyo padre era diputado nacional. La presión de la opinión pública motivó la intervención de la provincia y la remoción del gobernador, Ramón Saadi.
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