Lunes 23 de mayo a las 20 horas en el Salón Victoria del Teatro Provincial de Salta. La entrada es libre y gratuita.
Organizado por la Secretaría de Cultura de la Provincia, continuará la Camerata Lazarte el importante ciclo «Obra Integral de Cámara para Cuerdas de Franz Schubert» con una gran presentación en primera audición.
En la oportunidad se escucharán el Quinteto para Cuerdas en Do Mayor D956 Opus 163 y el Quinteto para Piano y Cuerdas en La Mayor «La Trucha» D667 Opus 114, con la actuacion de la brillante pianista argentina Laura Oppedisano. También participarán Franco Ruiz Falci y Gerardo Solórzano en violines, Isabela Mercedes Lemos en viola, Valeria Buriek Parés y Martín D´Elia en violonchelos.
En marzo de 1817 Schubert conoció al distinguido cantante Johann Michael Vogl en casa de su amigo Schober. Vogl eventualmente se convertiría en un importante intérprete de muchas de sus canciones. En el verano de 1819 ambos músicos, curiosamente muy distinros en apariencia y en edad, partieron de viaje para visitar el pueblo nativo de Vogl, el distrito de Sieyr, y fue allí que Schubert comenzó a trabajar en el Quinteto con Piano en La mayor conocido a partir del tema con variaciones de su cuarto movimeinto comoel Quinteto «La Trucha». Estaba destinado al amigo de Vogl, Sylvester Paumgartner, un amateur local que tocaba instrumentos de viento y el violonchelo, y organizaba regularmente veladas musicales en su casa, siendo la obra completada al regresar Schubert a Viena. Por pedido de Paumgartner la obra está instrumentada para los mismos intrumentos que el Quinteto con Piano en Mi bemol de Hummel, es decir, violín, viola, chelo, contrabajo y piano. Parece que Paumgartner también sugirió el uso del tema de la canción de Scubert Die Forelle (La Trucha) para el cuarto movimiento.
El Quinteto de Cuerdas en Do mayor, una de las obras más emblemáticas del repertorio camarístico, es muy diferente en carácter. Fue escrito en septiembre y octubre de 1828 durante el período de la enfermedad final de Schubert, y es mencionado en una carta de Schubert a su editor Probst, quien había resultado ya ser dilatorio en la publicación del Trío en Mi bemol, descripto por Schubert con cierta amargura como su opus 100. Probst no demostró ningún interés en el Quinteto, que fue finalmente publicado en 1853. La instrumentación de la obra, para dos violines, viola y dos chelos, sigue el patrón usado por el chelista Boccherini y por Georges Onslow, nieto del primer duque de Onslow, aunque francés de nacimiento, cuyas composiciones eran probablemente conocidas por Schubert. Este quinteto presenta una textura diferente de la más comúnmente encontrada en los quintetos para dos violines, dos violas y un chelo, como los empleó Mozart. Los críticos han detectado en las últimas composiciones de Schubert un intento de asegurarse prar sí mismo la sucesión de Beethoven, cuyo Quinteto en Do mayor de 1826 quedó inconcluso.
Franz Schubert recibió clases de Salieri y debido a que su padre pretendía que fuese maestro y no músico, abandonó el hogar refugiándose en la casa de Franz von Schober. Así comenzó el peregrinaje pasando siempre estrechez económica. Nunca logró mantenerse sólo con sus composiciones y necesitó de la generosidad de amigos que lo acogían en sus respectivas casas. Schubert tampoco mantuvo una relación duradera ni tuvo hijos, pero se adscribió a un círculo íntimo de amigos que le brindó muchas satisfacciones personales, además de constituir un público fiel y sensible a su arte. Tampoco consiguió estrenar ni publicar ninguna de sus obras operísticas u orquestales, pero sí se interpretaban canciones y obras pianísticas en las célebres schubertiadas. En Viena Schubert llevó una vida bohemia rodeado de intelectuales, amante de las tabernas y de los ambientes populares, alejado de los salones y de la etiqueta nobiliaria. De este entorno procede el famoso término de schubertiadas: reuniones de artistas de todos los ámbitos que formaban un círculo brillante y animado dedicado a la música y a la lectura.