Consultado sobre el discurso de Cristina Fernández de Kirchner en el Día de la Industria, Juan Marino, dirigente de la Tendencia Piquetera Revolucionaria (TPR), declaró que “Cristina no dijo nada de los miles de obreros industriales despedidos y suspendidos. Ni una palabra sobre las suspensiones en las automotrices y FATE, ni sobre los inminentes despidos en Paraná Metal y Siderar, así como tampoco mencionó los despidos contra los que están luchando los metalúrgicos de Tubhier y de Prima y los gráficos de WorldColor y MadyGraf. Solamente en julio hubo 4404 despidos y 12119 suspensiones.
Su silencio es complicidad con las patronales que están descargando la crisis capitalista mundial sobre las espaldas de los trabajadores. Como TPR, por el contrario, en el Día de la Industria defendemos a los trabajadores industriales contra sus patrones y exigimos la aprobación del proyecto de ley del Frente de Izquierda que establece la prohibición de despidos y suspensiones, la apertura de libros de todas las empresas que suspendan, despidan o cierren, así como apoyamos las movilizaciones, bloqueos y ocupaciones que los trabajadores llevan adelante en defensa de sus salarios y sus fuentes de trabajo”.
NI DESACOPLE NI REINDUSTRIALIZACIÓN: LA ENSAMBLADORA SOJERA ESTÁ INMERSA EN LA BANCARROTA CAPITALISTA MUNDIAL
En relación a las tesis de Cristina sobre el desacople con la recesión en Brasil y la supuesta reindustrialización del país bajo el kirchnerismo, Marino agregó que “todo el discurso de Cristina estuvo orientado a presentar un supuesto desacople de la economía nacional con la recesión en Brasil y la bancarrota internacional, que no es tal. Esto se verifica en el hecho de que, producto precisamente de esta crisis, el país ha entrado en déficit comercial por primera vez desde 2001, el déficit fiscal subió un 332% en un año, y el Banco Central ya ha consumido el 86% del swap chino, lo que no ha alcanzado para revertir el creciente endeudamiento de los capitalistas con sus proveedores en el exterior que ya supera los U$S 8000 millones en el primer semestre. Todo esto, motorizado por la caída del precio de la soja, la crisis china y el freno a la emisión monetaria estadounidense. Ante esta situación, las empresas recurren a las suspensiones, los despidos e incluso los cierres, mientras reclaman una nueva devaluación y mayor disponibilidad de divisas para financiar las importaciones que alimentan la ensambladora a la que Cristina presenta como ejemplo de reindustrialización.
Lejos de industrializar el país, los Kirchner han promovido la utilización de la capacidad instalada mediante la sobre-explotación de los trabajadores, ensamblando auto-partes importadas, en desmedro de la producción nacional. Esto se verifica en el ejemplo de la autopartista Paraná Metal, cuya patronal kirchnerista, Cristóbal López, pretende cerrar la fábrica 6 días después de las elecciones. También se verifica en el ejemplo de Toyota, el único que Cristina pudo citar de incremento de producción, que solamente se alcanzó en base a la descomunal cantidad de horas extras trabajadas por sus trabajadores, no en base a la incorporación de nuevo personal. El fracaso en reconstruir una burguesía nacional fue confesado por la propia Cristina, que graficó explícitamente la preeminencia de empresas extranjeras en la inversión privada, reflejando el grado de extranjerización de la economía luego de 12 años. Cristina pretendió reivindicar a las PYMES como motor del desarrollo económico nacional y el mercado interno, ocultando que el 80% del trabajo en negro se concentra en empresas de menos de 10 trabajadores según datos del propio INDEC, y que las propias PYMES también incurren en cierres y despidos de personal, como ocurre con el caso de la metalúrgica Prima. Desde la Tendencia Piquetera Revolucionaria impugnamos la impostura del discurso presidencial y destacamos el fracaso de esta tentativa pseudo-nacionalista, capitalista y anti-obrera que ha sumergido a la economía nacional en la tormenta de la bancarrota capitalista sujetándola a los arbitrios de la política económica del imperialismo mediante la especulación con la deuda soberana y las materias primas. Solamente la clase obrera puede ofrecer un programa socialista para salir de la crisis, mediante la confiscación de los capitalistas que concentran la divisa extranjera, y la ocupación y expropiación bajo control obrero de toda empresa que suspenda, despida o cierre”.
LAS “POLÍTICAS SOCIALES” DEL KIRCHNERISMO SON UN SUBSIDIO A LA PATRONAL
Acerca de las denominadas políticas sociales reivindicadas por Cristina, el dirigente de la TPR explicó que “la Asignación Universal por Hijo, los subsidios al transporte público, Ahora 12, el PROGRESAR y el PROCREAR, son todos mecanismos para sostener las ganancias de los capitalistas, no para defender el poder adquisitivo y la estabilidad laboral de los trabajadores. Así fue presentado por la propia Cristina, quien reivindicó en su discurso todas esas medidas como formas de garantizar la rentabilidad empresarial y lograr inversiones privadas, orientadas sobre todo a la exportación, no al desarrollo del mercado interno. Tal es así que Cristina se jactó de haber triplicado los países a los cuales exportan las empresas que producen en Argentina, e incluso afirmó literalmente que les han ofrecido a los empresarios una plataforma de exportaciones.
La AUH es un subsidio a las patronales, sobre todo a las PYMES, porque está orientada a perpetuar el trabajo en negro. Los subsidios al transporte público son utilizados para imponer paritarias a la baja. El Ahora 12 implica el sistemático endeudamiento y una hipoteca sobre los salarios de los trabajadores. El PROGRESAR ha engrosado los bolsillos de las constructoras, no de los obreros de la construcción que siguen sufriendo paritarias en cuotas y por debajo de la inflación. Cristina incurrió en otra tomada de pelo cuando opuso el PROGRESAR a las pasantías promovidas por el delarruísmo, cuando ella misma ha impuesto a través del Consejo Federal de Educación 200 horas de prácticas profesionalizantes donde utilizan a los técnicos como mano de obra barata, al igual que el PROEMPLEAR donde los estudiantes son explotados por las empresas mientras cobran un sueldo miserable de $2000 financiado por el Estado, fuera de convenio y sin obra social. No por nada Cristina misma saludó que todas estas medidas fueran aplaudidas enérgicamente por el Banco Mundial. Desde la TPR le oponemos a este programa de subsidio a la patronal y precarización laboral, un programa obrero. Pase a planta de los precarizados y blanqueo de los trabajadores en negro; gratuidad del transporte público para todos, cese de los subsidios a los vaciadores, nacionalización de todo el sistema de transporte; salario mínimo igual a la canasta básica familiar; subsidio económico sin condiciones ni restricciones para terminar los estudios secundarios y universitarios; plan de viviendas populares bajo control de las organizaciones obreras y piqueteras. Con estos planteos llamamos a convocar a un congreso obrero, un plan de lucha y un paro nacional para imprimir la agenda de los trabajadores a la bancarrota capitalista en curso”.
SCIOLI, EL CANDIDATO DE LA UIA. VOTEMOS AL ÚNICO CANDIDATO DISTINTO Y DE IZQUIERDA: DEL CAÑO PRESIDENTE
Para finalizar, Marino destacó que “en su alocución, Cristina reivindicó explícitamente la candidatura presidencial de Daniel Scioli como la garantía de continuidad de la política anti-obrera del kirchnerismo. Scioli viene de ser reivindicado abiertamente por el titular saliente de la Unión Industrial Argentina, Hector Méndez, quien pasó de apoyar a Macri en el mes de junio, a reivindicar la supuesta vocación industrial del candidato del FPV contra el candidato del PRO. En esa línea, Kicillof se apresuró a reunirse con el titular entrante de la UIA, Kaufmann, en una clara señal de acercamiento político con la principal cámara patronal del país.
La dirección de la UIA de Provincia de Buenos Aires así como también la de la CAME y ADIMRA respaldan la candidatura de Scioli. Mientras tanto, Macri, Massa, Stolbizer y Rodríguez Saá se mantienen alineados con los planteos ajustadores de las patronales. No por nada Cristina no necesitó delimitarse de ellos durante su discurso, tal como ella reivindicó. Precisamente, porque son hijos del kirchnerismo y una oposición trucha. Contra Scioli, candidato de Cristina y la UIA, los obreros industriales que sufren las suspensiones, los despidos y los cierres de fábricas tienen que postular a su propio candidato y militar la campaña electoral contra los 5 candidatos del ajuste patronal. Por eso, junto a la lucha por el congreso obrero, el paro nacional y el plan de lucha, vamos con todo por la candidatura presidencial de Nicolás del Caño, del Frente de Izquierda. Coloquemos a los trabajadores como alternativa política”.
– Secretaría de Prensa de la TPR
TENDENCIA PIQUETERA REVOLUCIONARIA