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domingo, noviembre 24, 2024

Scioli y el cualunquismo de izquierda

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El “Homo Cualunque” fue una revista italiana que alrededor de 1944 fue pionera en desconfiar de los políticos de carrera y, de tanto en tanto, apostar por advenedizos que, subidos a una popularidad ganada en actividades diversas, se alzaban como referentes de sector.

Illona Staller, la “Cicciolina” una actriz porno, fue en los ochenta una estrella en ese firmamento cualunquista.

En la Argentina de los noventa, las fuerzas políticas y sus líderes desarrollaron un camino de doble vía, que consistía por una parte en abrir sus listas a figuras del espectáculo y el deporte, Reuteman, Scioli, Palito Ortega, son testimonio de eso y en sentido inverso iniciaron un proceso de “farandulización de la políticos” que se hincaron en el altar de cualquier programa televisivo que les permitiera mostrarse.

En el 2001 la consigna que recorrió la Argentina fue “que se vayan todos” y la pregunta era y ¿que venga quién?, ¿los empresarios?, ¿los militares?, ¿los humoristas?, etc.; la idea seguía siendo la misma y este cualunquismo de época le permitió instalarse a Mauricio Macri.

En conclusión, este apartado introductorio es sólo para señalar que Scioli y Macri son hijos del mismo huevo reaccionario, estimulados por una base social de individuos desinformados, socialmente aislado, económicamente resentido, a imagen y semejanza de una clase dominante lumpen burguesa. Este fenómeno del cualunquismo vino para quedarse y lo ratifica la cada vez más amplia lista de los Del Sel, Cacho Buenaventura, Ivo Cutzarida, Alfredo de Angelis, Olmedo, etc.

Cualunquismo de «izquierda»

Amplios sectores de la izquierda asumieron como propio, la operación política cultural que intenta instalar la idea de que la historia del siglo XX empezó el 17 de octubre de 1945 y la del siglo XXI, el 25 de mayo del 2003, esto fue acompañada de la instalación de un lenguaje político cargados de significantes vacios, “patria grande”, “cambio de época”, “la patria es el otro” , “empoderamiento”, “visibilización”, “todos y todas”, “sustentable”, “biodiversidad”, “revisión histórica”, “defensa ambiental”, “nuevos derechos humanos”…muestras de un largo catalogo que continuara en uso si es necesario, invitando a una épica vacua , que en la práctica consuma una praxis más cercana al Marqués de Lampeduza que a Marx . Así nos colocan a la vanguardia mundial de lo hueco.

Como consecuencia de lo anterior, la operación cierra con una izquierda que se pierde en pragmáticos debate de coyunturas, en la que no tiene ninguna injerencia, (se torna así en una izquierda berreta, cualunque), dejando en el arcón del olvido el análisis de los sistemas económicos, del capitalismo, de las clases sociales, del rol de la clase obrera en la sociedad capitalista, entre otros mojones fundamentales de la teoría revolucionaria.

Si la doctrina oficial del universo kirchnerista liderado por Cristina, pasa por la afirmación de un pretendido “capitalismo productivo” que vendría a ser el núcleo central del modelo, la pregunta que suscita el asumirlo como propio por parte de tradicionales partidos que se reconocen en la izquierda es inevitable, ¿para qué seguir entonces por ej con un Partido Comunista? ¿Por qué no cambiar de nombre ya que se ha producido un cambio radical en su ideología?; la respuesta de raíz ideológica, es la subestimación del papel del partido revolucionario, y la de raíz política es la falta de vinculación estrecha con la masa obrera y popular. Esto hace que se ponga un signo igual por ej entre la palabra mágica “empoderamiento” y una categoría política como Poder popular, que es esencialmente la hegemonía política de un proyecto revolucionario sobre un movimiento popular.

Votar a Scioli es también hacerlo por el porgrama del ajuste

Estamos en presencia de un gobierno burgués con pretensiones reformistas, pero que en el terreno económico choca con las limitantes de la inexistencia de una burguesía industrialista y la ausencia de este actor social, no hace más que derivar en facciones que sólo se disputan la administración del presupuesto.

En la historia de la controvertida democracia burguesa argentina, nunca como hoy se ven tan claro los intereses de clase. Hace ya más de una década que se presentan diversas fracciones menemistas, todas con el mismo origen y objetivo final. Sin necesidad de explicitar un programa político ni económico, simplemente “vótame, yo soy la opción”.

Sin embargo, sí existe un programa y una serie de medidas que son casi exactamente las mismas para Scioli que para Macri-Massa. Matices. Simples matices los diferencian.

Así lo demuestra un inventario de las medidas económicas que van a tomar en caso de ser gobierno, porque el poder como es sabido está en manos de las multinacionales globalizadas.

– Primero: unificación del mercado cambiario, hasta que les vuelva a resultar útil su desdoblamiento.

– Segundo: inflación con presunción de que la controlarán y con el final que todos conocemos.

– Tercero: “adecuación” de las tarifas.

– Cuarto: mayor concentración de los subsidios estatales a los sectores empresariales con la consiguiente devaluación de los que corresponden a los sectores desprotegidos.

– Quinto: así pretenderán bajar el gasto público, pero sólo el destinado a la “acción social”.

– Sexto: aumentarán los ya existentes negocios con la banca internacional, al BID y al Banco Mundial, le sumarán negocios que el FMI avalará.

– Séptimo: continuarán cobrando comisiones y fugando divisas, trabajos para los cuáles la burguesía argentina fue educada y es exitosa.

– Octavo: recompondrán levemente las relaciones con el sector agrario, pero continuarán profundizarán la sujeción económica a las multinacionales cerealeras, verdaderos controladores del tipo de cambio en Argentina.

– Noveno: las empresas multinacionales alimentarias continuarán convirtiendo a la Argentina en un simple exportador de commodities.

– Décimo: las empresas ensambladoras de autos continuarán comprometiendo la disponibilidad de divisas del país.

– Undécimo: YPF y su conductor estrella, continuarán encontrando nuevas Vacas Muertas, prometiendo que el autoabastecimiento energético está a la vuelta de la esquina.

Este es el programa de la gobernabilidad burguesa y es la constatación real que a pesar del tiempo transcurrido no hubo cambio de época.

Los gobiernos latinoamericanos se deben mirar en este espejo. Sin Banco del Sur, sin Banco Alimentario, sin cooperación energética, el Mercosur no sirve más que para aumentar la corrupción regional .Es criminal sugerir que la Burguesía Paulista resolverá el problema de las masas latinoamericanas. El certificado de defunción de los progresismos solo anuncia un devenir de democracias neoliberales degradadas, que van a transitar un camino más cercano a países como México y Colombia.

Partidarios del orden burgués

Para ganar las elecciones al gobierno le alcanza con el ”PJ” que mostró una vez más su gran capacidad de adaptación , ya consolidado como una fuerza maquinaria electoral, como un partido herramienta para administrar el estado.

En este sentido el liderazgo plebiscitario de Cristina no empodera, decide, esto representa el peronismo y las distintas variantes que lo hegemonizaron, y allí el kirchnerismo se mueve previsiblemente.

La burguesía ha hecho de la dignidad personal un simple valor de cambio ¿qué es lo que temen reconocer en sí mismo los miembros de la burguesía? No su tendencia a explotar a otras personas, a tratarlas simplemente como mercancías. La verdadera fuente de problemas es la pretensión burguesa de ser el “partido del orden”, eso expresan todo el abanico de candidatos que incluye a Scioli, Macri , Masa y sus corifeos.

Aguijoneados por el pesimismo de la inteligencia tenemos la obligación de asumir , que las agudas contradicciones que atraviesan al campo popular, no están en vías de resolverse positivamente en síntesis superiores, llámense proyecto, pueblo nación, revolución, socialismo, ni siquiera partido, la vacancia de una alternativa política que se plantee estos objetivos históricos y la ausencia de un sujeto político con centro en la clase obrera que produzca el relevo histórica de la lumpen burguesía dominante son tareas pendientes; que definitivamente empiezan por plantar bandera en oposición abierta a los “partidarios del orden burgués”.

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