El éxito arrollador que mantiene la puesta de la pieza teatral de Ray Cooney y John Chapman desde el siglo pasado, tiene probados motivos que se sostienen en la actualidad: nos acerca a una mirada casi especular sobre matrimonios de más de 15 años o parejas que se forman por pura atracción sexual. La comedia exitosa llega desde Buenos Aires con las formidables duplas Gianola-Scarpino, Gianola-Alé y Gianola-Papaleo en un tres por tres de excelente composición actoral.
No hay que restarle mérito a ninguno de los comediantes, quienes desde sus destacadas intervenciones pusieron pizcas de talento para recrear el humor de entretenimiento en la comedia de enredos: Fabián Gianola, Nicolás Scarpino, Carolina Papaleo, Matías Alé, Celina Rucci, Alejandro Müller, Dallys Ferreira, Andrea Ghidone y Betty Villar.
El director, Carlos Olivieri, explotó la mejor faceta de cada uno de los intérpretes para lograr un producto de calidad en el marco de este género teatral. Alé ha madurado mucho como actor, convence y marca presencia. Su papel de infiel es más bien el del burlador burlado, pero que sale airoso con una amplia sonrisa, consolidándose como un personaje simpático (Lucas). Gianola no cesa de cosechar buenas críticas y no es para menos. El Sr. Marcos Farrell cree ser engañado por su mujer (Papaleo) a partir de una carta que encuentra en su propio sofá. Desde allí, el actor atraviesa por diversos estados e inclusive, con el cambio de identidad, despliega sus juegos teatrales para deleitarnos con sus dotes artísticas. Carolina Papaleo muestra su solidez actoral y es quien va llevando los nudos que atan las situaciones de los personajes. Pilar Farrell le presta el departamento a su amiga (Betty Villar) para un encuentro “cercano” con «alguien» (Alejandro Müller) que está disponible para ella. Al mismo tiempo, Marcos también le cede el departamento a Lucas, en pareja con la amiga de Pilar, para un encuentro con una escultural señorita de un Call Center, interpretada por Andrea Ghidone. El supuesto amante de la Sra. Farrell, Nicolás Scarpino en un enorme Bobby, el decorador, aporta todos los condimentos a la fábula. Junto a sus parejas escénicas, descubre el telón de la infidelidad al tiempo que muere de deseo por la bella mucama (Dallys Ferreira).
La aparición de una notable escritora de cuentos infantiles en la piel de Celina Rucci, se convierte en una especie de punto neurálgico hacia donde converge una puesta en acto (comedia dentro de la comedia) de las cuatro parejas para «armar» una farsa con la que todos se verían beneficiados, pues la literata quiere firmar un contrato millonario.
La comedia presentada anoche en el Teatro del Huerto (Salta) a sala llena, lejos de convertir a todos en infieles, exhibe cómo alguien puede transformarse en un Otelo o en una Desdémona. Y esta vez, no está la típica imagen del varón infiel, sino que aparece la de aquella esposa que al sentirse abandonada y engañada, decide hacer otra cosa con su vida. La historia cede paso a la infidelidad de ellas y ellos.
Cuidada escenografía (Daniel Feijóo), destacada producción (Javier Faroni), buen libro y gran elenco bien dirigido son potentes razones para sentarse y disfrutar de la propuesta. .
¿El final? A puro swinger.
– Fotos tomadas por Salta 21
