A 450 años del nacimiento del Bardo, repasamos su vida y su obra, tan influyente y relevante, aún hoy en día.
«No teman a la grandeza; algunos nacen grandes, algunos logran la grandeza, a algunos la grandeza les es impuesta y a otros la grandeza les queda grande». William Shakespeare es una mezcla de los dos primeros conceptos. Fue uno de los dramaturgos más brillantes de la historia del arte literario, y, a pesar de que hoy consideran su obra intelectualmente inalcanzable, escribió para las masas, para el hombre común.
Shakespeare fue un innovador. Creó cientos de palabras que hoy se siguen usando diariamente por los angloparlantes, y cuneó frases que se utilizan universalmente como «no todo lo que brilla es oro», que incluyó en una de sus más célebres historias, «El Mercader de Venecia».
Muchos datos de su vida siguen siendo inciertos, como, por ejemplo, la fecha de su cumpleaños. Su nacimiento fue registrado el 26 de abril de 1564, pero se cree que la fecha verdadera en la que vino a este mundo está entre el 19 y el 25 de ese mes. Se crió en Stratford-upon-Avon, pueblo inglés en el que ahora se encuentra el Royal Shakespeare Theatre, que alberga a la Royal Shakespeare Company, compuesta por algunos de los mejores actores de método del teatro internacional, muchos de los cuales luego viraron hacia la industria cinematográfica.
Todos leímos a Shakespeare, en un momento u otro. Algunos por placer devoramos obras enteras, tragedias y comedias por igual. Algunos otros se toparon con sus clásicos en el colegio o en la facultad: «Romeo y Julieta», «Hamlet» y «Macbeth». Y tantos otros quizás nunca pudieron leer más que dos hojas, pero conocen sus historias, ya sea por un boca a boca o por adaptaciones a la pantalla grande de sus obras maestras.
Sus citas son ampliamente conocidas, algunas llegando al punto de lo trillado, pero nunca al punto del hartazgo: «Ser o no ser, ésta es la cuestión. ¿Es de más noble espíritu sufrir las arremetidas y los dardos de la adversa fortuna o por el contrario empuñar las armas contra un mar de adversidades y terminar con ellas haciéndoles frente? Morir, dormir, nada más».
Y sus relatos siguen influenciando hoy no sólo a jóvenes escritores, sino a series de TV y películas. Es que sus temas siguen siendo contemporáneos e inagotables, y provén con material perenne que alimenta constantemente la cultura desde hace siglos.
¿Qué más se puede decir del Bardo? ¿Que era un genio? Eso ya se sabe. ¿Qué sus obras son inigualables? Ya está bastante dicho. Sólo resta refugiarse en sus palabras, meterse en sus mundos y descubrir una vez más sus historias, con consecuencias terribles, complots corruptos y amores imposibles.
– Por Martina Putruele – Arg noticias