Palito Ortega fue al programa de Susana Giménez y todo fue almibarado y laudatorio. Elogios todo el tiempo. Pero la producción del programa parece haber olvidado que el tucumano apoyó a la dictadura y fue un gobernador mediocre. Sabor a nada…
Nadie le puede pedir a Susana que haga un programa crítico. Ella es la diva del elogio desmedido, el bárbaro, el qué bueno y el genial. Salvo cuando asesinan a un florista amigo, entonces todo está re-mal y tenemos que imponer en Argentina la pena de muerte. El que mata que muera. Así, sin asco. Pero para eso tendríamos que denunciar el tratado de San José de Costa Rica no?
Sin embargo, como decía Neustadt: si luchás contra el canibalismo no podés terminar comiéndote a tu enemigo. La doctrina Su es casi casi una versión catequística del Proceso de Reorganización Nacional. Pero el estado que está en contra de la tortura y el homicidio, como base mínima de respeto a los derechos humanos no puede dedicarse a torturar y a matar. O si?
Pero de nada de esto se debatió en el programa de este domingo de Su. Allí todo fue homenaje a Palito Ortega, que estuvo en el piso, con su esposa, la actriz Evangelina Salazar. Saludos de sus hijos, orgullosos de él, elogios por haber traído a la Argentina a Frank Sinatra aún a costa de la ruina económica personal, resurgimiento en Miami. Una conexión en vivo para mostrar la inauguración de un monumento a Leguizamo, iniciativa del cantante tucumano.
Oportunidad perdida
Junto a Sandro y Leonardo Favio, Palito fue uno de los cantantes más populares en la Argentina de los 60 y 70. Canciones simples, ingenuas y optimistas -como La Felicidad, Tengo el corazón contento o Despeinada-. Demasiado sencillas quizá, pero también es cierto que el tucumano hizo algún aporte valioso al cancionero latino con obras como Sabor a nada .
La producción de Su, si bien mostró algunas fotos, no recreó la infancia pobre del cantante en Tucumán como changuito cañero, ni aludió a sus filmes propagandísticos patrioteros en favor de las fuerzas armadas durante la dictadura, en los que él navegaba contento por el mar argentino, henchido de orgullo por ir cantando en un barco nacional con la bandera azul y blanca, ni -tampoco- su mediocre desempeño como gobernador en Tucumán.
Sí se mostró de algún modo tangencialmente -aunque no se ahondó en eso- su costado familiero -atípico en el ambiente artístico-, su matrimonio de siempre con Evangelina, y el haber educado a sus hijos de un modo propicio al cultivo de sus propios talentos en la música, la producción televisiva, y la actuación.
Se trató de un homenaje, claro. Tampoco correspondía un amarillismo calumnioso como el que perpetró Chiche Gelblung en un informe infame, en el que se hizo foco sobre el supuesto alcoholismo de Evangelina. Una mujer rubia aparecía abrazada a una botella, representando a la esposa de Palito. Gelblung perdió un juicio por calumnias a causa de ese programa y debió resarcir a la familia Ortega con 60 mil pesos por daño moral.
Noble ayuda a Charly
Pero de última también se quedaron cortos en lo positivo: debieron ahondar en gestos nobles de parte de Palito, como su ayuda a Charly García, que logró rescatar al rockero de un infierno que parecía terminal para relanzarlo de nuevo a la vida creativa y a los escenarios.
Si el periodismo TN -todo negativo- abruma, el periodismo chupamedias -para que el todo está bien y todo es re-genial- aburre. Claro que se puede decir también que lo de Susana es un sólo programa de espectáculos con entrevistas en el piso.
En fin. A Palito se lo vió avejentado, con esa cara inexpresiva que deja el exceso de cirugías. Evangelina pareció más fresca y natural, aún joven.
Hay que avisarle a Su, de todos modos, que el personaje es más interesante y con más claroscuros de lo que ella -y su producción- lograron mostrar.
Impresiona, eso sí, la velocidad de internet para fagocitar contenidos de la televisión y mostrarlos en la red. A poco de terminar el programa ya encontramos en youtube el video de la canción que interpretó Palito. Un Autoretrato en el que admite defectos pero no se arrepiente de sus equivocaciones:
