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lunes, noviembre 25, 2024

Tamaño de letra, color y negrita: cómo redactar el currículum perfecto

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No se puede aumentar el tamaño para rellenar más espacio en el CV.

El currículum es la carta de presentación de todo candidato a un empleo, la primera impresión que ofrece al reclutador. Por tanto, se trata de un documento en el que es tan importante el contenido como la forma. En un mercado laboral tan competitivo como el actual, cada detalle cuenta.

Hace unos meses hablábamos de la importancia de elegir la fuente adecuada para el CV, que fuese clara, sencilla y que a la vez diese una imagen profesional y fuese atractiva para el reclutador. Helvetica fue destacada por varios expertos consultados por Bloomberg como la más adecuada.

Pero no es el único aspecto que hay que cuidar a la hora de redactar el currículum. Así, hay que valorar también el tamaño de la letra elegida, como apunta Sabina Serrano, coach de desarrollo directivo. Utilizar una letra grande para rellenar el espacio que no se logra completar con experiencia o formación es un error grave. Tan grave como utilizar una letra demasiado pequeña que sea difícil de entender.

La experta propone la Arial tamaño 11 como referencia de documento que se puede leer correctamente. Si se utiliza otro tipo de fuente debe modificarse el tamaño para que se acerque lo máximo posible a dicha referencia. Para diferenciar apartados se puede utilizar la misma fuente pero en un tamaño uno o dos puntos superior.

Negritas, cursivas y subrayado

Otro aspecto importante para hacer más llamativo el currículum -o convertirlo en un borrón gigante- es el uso de cursivas, negritas y el subrayado, las principales herramientas que ofrecen los programas de edición para esta función. Siempre partiendo de la base de que lo más importante es siempre la legibilidad.

Debe ser un recurso muy puntual, para resaltar los encabezados, o para señalar detalles realmente relevantes. «En negrita debe ponerse lo esencial, lo relevante, lo destacado (y todo en un CV no es lo destacado); la cursiva es solo para casos imprescindibles; y el subrayado no aporta mucho casi nunca», asegura Belén Claver, consultora de desarrollo profesinal.

La otra gran cuestión que se plantean muchos candidatos es sobre el color. En lo relativo al fondo, no hay dudas entre los expertos: sea en papel o en pantalla, el fondo (o el folio en el que se imprima el CV) debe ser blanco.

Sobre el color de las letras, «no existe uno malo», apunta Claver. «Lo que existe es una falta de armonía y escaso conocimiento de la psicología del color», advierte. Hay que evitar los amarillos y en general todos los que tengan poco contraste con el blanco, principalmente por una cuestión de legibilidad.

El color esencial es el negro, el que se debe utilizar en mayor medida. El resto de colores pueden utilizarse como recurso puntual, para señalar apartados o algunas palabras sueltas, siempre con moderación y de manera armónica. «El currículum no es un arcoiris», sentencia la experta.

– El Economista

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