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domingo, noviembre 24, 2024

Teatro de rupturas en el Circuito Late Alto: “Perro que fuma” y “Payasos en familia”

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“Perro…” (C.A.B.A.) se vio el viernes 4 en la Fundación Salta y “Payasos…” (Córdoba) el sábado 5 de septiembre en el Salón Auditórium, dos enormes obras que forman parte del 10º Circuito Nacional de Teatro Late Alto Salta 2015 del INT. Ambas propuestas se enfocan socialmente en contextos de miseria y desocupación, en conflictos internos y en familias con problemas. Artísticamente, rompen con estructuras y el distanciamiento opera como efecto multiplicador.

Perro que fuma

La idea previa que uno puede hacerse a partir del título, seguramente no responderá a la obra. Se presenta original y atractiva, a partir del monólogo de un niño- podría ser varón- de 11 años, a través del cual ingresamos a un mundo suburbano retroalimentado por una mamá bebedora, un papá golpeador y una hermana embarazada. El único “normal” es el chico, así autodefinido, en su despertar sexual, en sus miedos, en sus gustos por el karate y el pollo con papas. Vive en un departamento de 32 metros, edificio precario y sin terminar porque se afanaron la guita… Colgado de la ventana o sentado en la silla pegada con un chicle a la pared, lo absurdo juega el mejor papel. Desde la perspectiva de un infante, vivimos las críticas a la miseria y prácticamente al hacinamiento, al mundo desencantado del personaje. Acaso él mismo es ese perro que fuma…

Los vaivenes del trance dramático se pincelan con humor negro. Manuela Fernández Vivian, en un excelente papel, provoca la mirada extrañada del espectador que observa desde lo bajo, lo que pasa en lo alto del edificio. Arriba es otra cosa, pero sólo es una altura virtual, porque esta familia sí que está muy abajo en la escala social. La actriz cuando mueve los practicables escenográficos, se queja de “las marcas del director”, entre otras cosas que dice casi a sotto voce y provoca una risa cómplice en el público. El distanciamiento oxigena el clima y desestabiliza la tensión.

“Perro que fuma” del autor y director Leo Mendonca (brasilero radicado en Buenos Aires), recibió el VIII Premio Germán Rozenmacher de Nueva Dramaturgia, la que tuvo no sólo el asesoramiento de Alejandro Tantanian, sino el de Susana Torres Molina, Ariel Barchilón, Ana Alvarado y Luciano Suardi.

perro.jpgEl protagonista tiene la «palabra» justa para medir su vida y la de los de su casa, se llena de tanta verdad que casi no hay espacio para el dolor, porque se convirtió en blanco de sus punzantes apreciaciones. Construye la poética del desencanto que se camufla de lirismo dramático. Quizá la única forma de sobrevivir en un ambiente asfixiante, ya que hace una especie de catarsis (ante el público) porque es «mudo». El interior del minúsculo espacio devenido en monoambiente degradado y en ruinas, está o en la cabeza del niño o en la ficción que se representa. De una u otra forma, se muestra como una viñeta y el personaje, bordea la caricatura del drama humano de la pobreza y la desigualdad.

Payasos en familia

… de Impresentables Grupo Teatro, escrita y dirigida por David Piccotto sobre textos de Florencio Sánchez (En familia). Actúan Julieta Daga, David Piccotto, Laura Ortiz, Mariana Roldán y Guillermo Vanadía.

payasos.jpg“En familia” desestructura la parodia de modo que sepamos que están representando una obra. La casa no es la casa sino el escenario, los personajes no so los personajes sino los payasos que hacen de los integrantes de una familia, y la escenografía es una especie de divisoria entre un público que está de un lado; y otro público que está del otro lado. El efecto de especularización (espejos enfrentados) rezuma la idea de mirarnos como sociedad. Los Acuña metaforizan las familias argentinas de clase media sumidas en la miseria, la falta de trabajo, la vagancia, las adicciones del jefe de familia, la escasa educación y la poca honestidad.

En clave de clown, los protagonistas llevan al paroxismo ambas cosas a la vez: la idea de representar una obra (el cómo) y la idea de exhibir un drama (el qué). Ambas cosas corren en paralelo y la versión clownesca, más que irrisoria de una obra naturalista, pone el acento mordaz en la costumbre de robar, de no trabajar, de escapar de los problemas y de esperar soluciones mágicas a la bancarrota.

La obra arma y desarma la historia, al tiempo que se arma y desarma la escenografía. Como lo aparente, esta obra propone que lo que se ve en apariencia es teatro, pero que en realidad es la vida misma, o es la vida… que en apariencia es teatro… Lo cómico ridiculiza lo social y hasta lo político, pero detrás de la carcajada está lo moral, una moral en ruinas; está la pobreza no sólo material sino humana.

Los protagonistas derrumban el estereotipo deconstruyendo el estereotipo. Es una obra de deconstrucciones, muestra el anverso y el reverso, la cara y la contratara de una obra de teatro y de una historia. El clásico en versión Impresentables constituye un guiño al espectador, apela a su «juicio» y a su capacidad de reflexión. Muy lograda.

– Fotos tomadas por Salta 21

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