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domingo, noviembre 24, 2024

Tomás Mena «Tombolito» ya no escribe “La hora del cierre”

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Por razones de salud y su avanzada edad Tomás Mena se alejó del periodismo. Pero no hubo anuncio, despedida ni homenaje. El Tribuno intenta engañar al lector con una serie de tombolitos truchos que hacen, con disímiles estilos, la famosa columna.

Hace un par de semanas, alguien hizo un chiste citando a Tombolito y dio en la clave al comentar que tiempo atrás, no se hubiera escrito, mucho menos publicado y que parecía tener nuevos visos el humor de Mena. Es que la pluma ya no le pertenece.

Por décadas Tombolito ha logrado un merecido reconocimiento por su columna, una creación original y muy exitosa que supo mixturar humor con periodismo social y solidario. No cabe duda que el destacado periodista y humorista salteño Tomás Mena dio en la tecla cuando encontró un “formato” y se coló por allí su entretenimiento al lector.

El Tribuno parece querer conservar a como dé lugar este espacio y que el lector haga de cuenta que lee a Tombolito, al original. Pero al estilo único de Mena no lo logran mantener los cuatro «tombolitos truchos» que pusieron a reemplazarlo: Francisco Zamora, Freddy Minola, Luchín Andolfi y Nicolás Heredia.

En realidad Tomás Mena se fue despidiendo de su columna en un proceso que se inició hace seis meses. Algunos días no la escribía o lo hacía sólo parcialmente.

Su avanzada edad -cumplió 82 años el 30 de diciembre- y un incipiente Alzheimer que por momentos lo desconcentra no le impiden, sin embargo, llevar una vida normal.

Aunque cada vez maneja menos su camioneta, sigue compartiendo por las mañanas como siempre con sus amigos de años las charlas del café de la calle España (entre Balcarce y 20 de Febrero) y camina los domingos las tres cuadras que hay desde su residencia en la calle Janin -en Barrio El Periodista- hasta la redacción del diario en Limache para mirar con sus colegas, que lo aprecian y lo admiran, los partidos de fútbol por televisión. A menudo lo visita su hijo Néstor, y tiene una asistente que lo ayuda con los quehaceres de la casa.

Pero ya no escribe la columna.

Al principio lo reemplazó el escritor y periodista Fancisco «Gallego» Zamora. No lo hacía del todo mal, aunque con un estilo más cáustico e historicista.

Luego tomó la posta Freddy Minola, jefe de cierre, en forma práctica y seca: resumía y editaba el cúmulo impresionante de material enviado por la gente para la columna. Si faltaba algún chiste lo tomaba de ediciones antiguas.

jpg_LuchinPequeno.jpgEl poeta Luchín Andolfi fue el más honesto. Creó un personaje que anunciaba al lector que como Tombolito no estaba él tenía que hacer la columna. Quizá fue el que se acercó más al estilo inimitable de Mena. Aunque por momentos con un aire un tanto literario sofocaba la típica frescura del auténtico Tombolito, más simple y chispeante.

Pero Luchín enfermó. La famosa y popular sección diaria quedó desde hace algunas semanas en manos de Nicolás Heredia. Y ahora sí que la cosa no marcha y hace agua por todos lados.

Desde la dirección del matutino consideran que hay que seguir engañando al lector, que de todos modos ya se está dando cuenta que, o bien a Tombolito le aqueja un ataque de personalidades múltiples o directamente en el diario de Romero le están metiendo el perro y le están dando gato por liebre.

Se fue sin decir adiós

Este silencio y esta omisión de la partida de Tomás Mena de la actividad periodística por parte del diario El Tribuno es intrigante y también injusta para alguien que volcó su pluma y su talento tantos años en la empresa. Si tomamos el hecho con el humor de Salta 21, podríamos decir que esto suena similar a los seriales James Bond o Batman : se cambian los actores pero lucen el mismo traje bajo idéntica firma. El problema es que en este caso el traje ya no encaja bien…

Tomás Mena, el famoso «Tombolito» participó junto a José Cervando Lucena «Yerba», José Serrudo, Gustavo Flores «Guflo» y Luis Alejandro Gorosito, creador de Uluncha , de la Primera Exposición de Humor Salteño para el Mundo .

En esa oportunidad, durante julio de 2006, los humoristas presentaron originales, trabajos publicados y otros inéditos. La muestra incluyó historietas, chistes y caricaturas de los dibujantes, y también una sección de humor escrito, a cargo de Tombolito, el personaje creado por Mena para sus columnas del diario. La exposición se realizó en el Museo Casa de Hernández y los creadores alegraron un poco los días salteños.

jpg_Tombolito.jpgEl siglo XX es el siglo del humor gráfico y del humor cinematográfico; se desarrolla la viñeta de humor o chiste gráfico a través de los periódicos, empiezan a desplegarse las revistas de historietas. Y Tombolito y su humor, fueron prácticamente adueñándose de los lectores que lo siguieron año a año y se encariñaron con el personaje. Conciente de la repercusión de su trabajo, Mena llegó a recoger en un pequeño libro algunos de sus chistes, cuentos y ocurrencias.

Pero detrás de tan destacada trayectoria en la prensa local hay un hombre de carne y hueso que creó día a día una forma de entretener a sus lectores. Le dio entidad a su nombre y cruzó por años el monopolizado relato diario y entretenido desde un punto de vista distinto y muy original.

Para un lector avezado, Mena resulta un humorista al que se lo podía leer entre líneas para ver algo más. Para otros tenía un estilo característico al humor de los 60 y para muchos, su acidez se tapaba un poco cuando rozaba la ingenuidad.

Días atrás un comentario despectivo contra los vendedores ambulantes del parque San Martín sobresaltó al lector. ¿ Tombolito perdió su sensibilidad social para operar como un puntero cínico para el poder político de turno? Es que -el desprevenido lector no lo sabía, porque nunca se lo anunciaron- ese Tombolito ya no era Tombolito.

Las razones del engaño

Desde hace aproximadamente 4 meses, Tombolito ya no escribe sus columnas, no cuenta chistes, no se solidariza públicamente ni hace sociales divertidos para sus lectores. No está. En su lugar hay una mueca extraña, una mala imitación.

Las razones tienen que ver con su salud y con el inevitable paso del tiempo. A Mena le ha llegado el momento del merecido descanso. Pero lo cierto es que no hubo homenajes ni despedidas, sólo ausencias y la necesidad de fomentar una columna que ahora va a los tropezones, cambiando cada tanto de autor.

El Tribuno no quiere darle fin a la famosa columna. Entonces engaña al lector con una serie de tómbolos truchos.

Es que «La hora del cierre» fue uno de los pilares indiscutidos del diario de Limache. Cuando hace unos años Tomás Mena se peleó con Tito Romero y dejó de escribir la columna una semana la consecuencia fue catastrófica. Una catarata de cartas airadas y de reclamos telefónicos iracundos inundaron la Redacción -hubo incluso quienes advirtieron que dejarían de comprar el diario-. Tito se vio obligado entonces a llamarlo a Mena y conseguir que volviera a trabajar.

Ahora resulta tan paradojal que siendo un creador humorístico, el silencio de su partida sea mucho más triste que las décadas que tiene en su haber como el hombre que entretuvo a generaciones y generaciones. Pero dado que seguramente el periodista no admitiría homenajes ni agasajos, el diario aprovechó para realizar un cambiazo sin que trascendiera su alejamiento de la columna.

Es que Tomás Mena a pesar de ser tal vez el periodista más popular de la Provincia ha cultivado siempre un perfil bajísimo. Uno podía pasar al lado de él sin sospechar que ese hombre morocho y enjuto es la mayor estrella del periodismo gráfico salteño.

Ese perfil lo llevaba a disfrutar de la pesca, actitud solitaria y contemplativa si la hay, pero también a relacionarse con los «mayuatos» como sus pares más queridos.

Por sus ideas favorables al pueblo humilde y trabajador y contraria a los oligarcas explotadores de Salta, Mena tuvo problemas con las dictaduras y debió marchar al exilio.

De ese Tomás Mena combatiente hay varias anécdotas. Una de ellas cuenta que bajo una dictadura y pasado a la clandestinidad trasladaba en un viejo coche material de guerra y panfletos. Iba por la plaza 9 de Julio cuando alguien lo reconoce y lo llama para compartir unas empanadas y un vino. En eso la policía se acerca al coche mal estacionado y encuentra el material non sancto. Tombolito tiene entonces que hacerse repeluz ante la insólita situación.

También se cuenta de Mena que cuando cae Juan Domingo Perón estaba en Buenos Aires apoyando al gobierno acosado por los golpistas y debe cruzar en una lancha hacia el Uruguay para no caer en las garras de la represión. De allí marcha a España y más tarde se reúne con Perón en su residencia de Puerta de Hierro, donde incluso residió un tiempo. Más tarde, de regreso al país y a Salta, retoma su labor periodística y su activismo político. El golpe de marzo del 76 lo encuentra al frente del Servicio oficial de Prensa de la gobernación al tiempo que seguía publicando en el diario su columna. Entonces tiene que marchar de nuevo al exilio, esta vez al Paraguay.

La labor periodística y el particular humor de Tomás Mena trascendió los límites de la provincia de Salta con su valioso aporte a la exitosa «Hortensia», publicación gráfica de humor que desde Córdoba alcanzó proyección nacional en las décadas del 60 y el 70. Mena -quien conoció a su director en el exilio y trabó amistad con él- se transformó en uno de los pilares de la revista que ya es parte de la historia del perodismo argentino.

jpg_RobertoRomeromuychico.jpgCuando en la década del 80 don Roberto Romero -propietario de El Tribuno– gobernó la Provincia, lo puso en una lista de candidatos y fue diputado. Sólo unos meses, para que pudiera jubilarse con un muy buen sueldo, y a modo de desagravio por las persecusiones que sufriera.

Por eso él no está arrojado a la indigencia como tantos periodistas cuando terminan su vida útil para las empresas que los explotan. Hoy Tombolito vive en un chalé del Barrio Periodista y tiene una 4×4. Pero no es un nuevo potentado que quiere codearse con la oligarquía local. Él sigue siendo el hombre huraño y solitario de siempre, aparentemente muy simple y común, que ha sabido cultivar un mundo interior muy rico.

Tal vez en su rutilante carrera periodística sólo haya tenido una gran frustración. Como periodista de reconocido talento seguramente soñó con manejar el diario, ser el jefe de redacción. Pero su personalidad no daba para eso. Más que un sueño eso hubiera sido para él quizá una pesadilla.

4 COMENTARIOS

  1. Tomás Mena «Tombolito» ya no escribe “La hora del cierre”
    SOLO PUEDO DECIR QUE FUE ES Y SERA UNICO , EN VANO ES INTENTAR REEMPLAZARLO MUEREN EN EL INTENTO, ES MAS CREO QUE FUE UN ERROR INTENTAR HACERLO LA NOSTALGIA DE LEER SU COLUMNA HUMORISTICA ES AUN MAS EN EL DIA A DIA…..DESDE LA COSTA ATLANTICA SU ETERNA LECTORA Y ADMIRADORA

  2. Tomás Mena «Tombolito» ya no escribe “La hora del cierre”
    Ya lo estaba sospechando desde hace varios meses y ahora lo confirmo al leer este articulo. Vivo en Canada desde 1972 y leer Tombolito desde que se hizo disponible a travez del internet era mi tarea diaria. Naci y me crie en el barrio de la esquina de Buenos Aires y San Juan (Pje. A. Figueroa). Que lastima que a algien como Tomas Mena (Tombolito) se lo pase al olvido reemplazandolo con quienes no pueden llegar a la altura de su estilo, aun es mas triste que la redaccion haya tratado de engañar a la gente que dia a dia leia su columna sin siquiera tener la entereza de dicirnos la verdad. Creo que Tombolito deberia dejar de existir como homenaje a su creador y si la redaccion necesita llenar ese espacio que se cree otra columna pero que no se trate de continuar con una mentira.

    Voy a continuar leyendo El Tribuno como lo hago todos los dias y espero leer algo en homenaje a Tomas Mena y explicar el cierre de Tombolito para que quede en el recuerdo de todos los que apreciamos esa tira comica.

    Que continuen con un periodismo digno y puro llevando la verdad al pueblo que lo lee.

    Jose Villafañe
    (Vancouver, Canada)

    Febrero 21-2009

    • Tomás Mena «Tombolito» ya no escribe “La hora del cierre”
      Que pena ! desde Buenos Aires le envío mis saludos a TOmbolito , cuando ingresaba a internet a leer el diario lo buscaba , me recordaba a mi infancia , me dieron una noticia triste ,este hombre con su escritura sencilla hacía interesante la columna,
      saludos

  3. Tomás Mena «Tombolito» ya no escribe “La hora del cierre”
    YA NO ESCRIBE DON TOMAS,
    Y COMO ÉL NO HABRÁ NINGUNO…
    SE HA QUEDADO SIN COLUMNA
    EL MATUTINO EL TRIBUNO.
    ME GUSTABAN SUS INICIOS
    «RESULTA QUE UN SANTIAGUEÑO»
    HOY YA NADIE LO DESPIDE
    NI DA UN SALUDO HALAGÜEÑO.

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