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sábado, enero 11, 2025

Torbellinos. Apuntes para la comprensión de la cuota de ganancia. Contra la “tinellización” de Marx

Notas más leídas

Sostenemos que existen en Karl, aspectos más importantes que la teoría del valor, tal cual él mismo lo confiesa cuando dice que si no hubiera en él ni una palabra acerca de la hipótesis del valor, sus elucubraciones en derredor del orden burgués serían verdaderas.

“… Yo no produzco nada; sólo poseo …” dinero … “El capitalismo es lo máximo …”

Gordon Gekko (interpretación libre de una de las frases de la película Wall Street –http://www.youtube.com/watch?v=um6gg-ybcIk–, considerablemente mejor que El lobo de Wall Street, aun cuando la actuación de DiCaprio es excelente)

“… (Estoy) … acostumbrado a pelear a contracorriente y en solitario … (No) puedo … dejar sin responder … (los) lugares comunes y las frases hechas …”

Diego Guerrero –Economía no liberal para liberales y no liberales, p. 9

Pensadores como “… Illich, … Attali y Guillaume … (imaginan que Karl elaboró) una economía … nueva …”

André Gorz –evaluado “marxista” por los que escasamente, conocen a Heinrich y/o por los anti marxistas (epígrafe de Ecología y política, obra que sí es un simple libro y no una deshilvanada anti obra)

“Ceroidad” o Introducción

Al principio, me encontré muy entusiasmado con el español. Después, me fui quedando perplejo poco a poco, cuando en el ítem “Terciarización y trabajo productivo”, Guerrero sostiene que muchas de las actividades que los dependientes de los supermercados desempeñan, que son claramente, servicios para el negocio, son catalogados de faenas valorizadoras de plusvalía. La sorpresa fue mayúscula cuando dice que

“… los trabajadores bancarios de hoy … producen, mediante sus anotaciones contables, su tecleado (en el) ordenador, su dominio del software bancario, … la mercancía dinero crediticio …”, por lo que es ineludible considerarlos ¡obreros valorizadores de capital!, de la misma suerte que a los trabajadores que sacan el oro del que se fabrican los lingotes.

“Primeridad”

Acá, el docente confunde múltiples asuntos. Uno de ellos es que el dinero crediticio no surge de la tarea de los obreros improductivos contratados por un banco, sino de la dinámica del régimen contemporáneo que permite que una entidad C elabore dinero ficticio para sus clientes, extrayendo “interés” de sus operaciones y no plusvalor.

Otra de las cuestiones que enreda al académico, es que si los empleados por el banco realizan las actividades que Guerrero describe, tales labores no los hacen trabajadores que incrementan capital, sino obreros que con sus funciones, abaratan los gastos de las operaciones de un banco.

Parecida es la situación con un porcentaje significativo de los contratados por un supermercado, que es un gran comercio y que por ende, no succiona plusvalía de sus empleados, sino que obtiene su ganancia del plusvalor encerrado en las mercancías que vende. Las reparaciones que puedan concretarse, el acomodo de los productos en las góndolas, la faena de las cajeras, la tarea de vigilancia, son servicios y cumplen con restar costos para que el negocio consiga su preciado lucro mercantil (dichas labores ¡no producen una gota de plusvalía!, a causa de que los que se atarean en tales faenas no suscitan las mercancías que se ofrecen porque esos productos vienen de otras áreas).

“Segundidad”

Unos líos semejantes se hace Mattick con las funciones de los gerentes, a quienes considera o bien unos trabajadores productivos que Karl no adivinó, o bien, unos nuevos capitalistas –si los gerentes no son propietarios de la firma o si no son grandes accionistas de la empresa, son obreros improductivos; si son burgueses, su rol de gerenciamiento es secundario en comparación con su papel de capitalistas (ir a “Marxismo y socialismo” en Marx y Keynes…).

“Terceridad” –un viejo tema que retorna

Allende lo indicado, el hispano da una interpretación moderna de la tasa de lucro que salva al yerno de von Westphalen, de los socavamientos malsanos de sus contrincantes.

Pausa o

intertiempo:

Por un lado, sostenemos que existen en Karl, aspectos más importantes que la teoría del valor, tal cual él mismo lo confiesa cuando dice que si no hubiera en él ni una palabra acerca de la hipótesis del valor, sus elucubraciones en derredor del orden burgués serían verdaderas.

Por el otro, pincelamos que no se puede, a partir de esa apreciación o de otras, abandonar la teoría del valor –cf. http://www.salta21.com/Una-interpretacion-de-los.html– y menos, si se la entiende como una hipótesis de los costos (ver http://www.salta21.com/Alternativas-para-interpretar-la.html), rica en consecuencias.
Tampoco podemos ningunear lo de la cuota de ganancia y lo de su tendencia a la caída.

Concretado el desbroce, es factible delinear que la tasa de beneficio Tg es igual a la plusvalía dividida por el capital total K invertido

Tg = Pl/K [1]

“Cuarteridad”. Otra pausa o

intertiempo

Recordemos que para nosotros, en el planteo de Marx de que los burgueses se reparten el lucro de acuerdo a su capital, en lo nodal, según su capital constante, insiste una teoría que se apoya en una “entropía económica”, por medio de la que hay un segmento de la plusvalía que no se transforma en dinero o en ganancia. La ecuación alterada de acuerdo a ese argumento, sería

ecuacion.jpg

Como ignoramos cuánta es la cifra en que no se puede realizar el plusvalor, se considera una pl2 añadida a una pl1, restándose en conjunto pl1 y pl2 con una indeterminada pl3.

“Quinticidad” o aclaraciones

Pl1 es el supervalor que atrapa un empresario en su negocio. Pl2 es un porcentaje de plusvalía que un capitalista succiona de los otros burgueses, si ese empresario es un capitalista enorme. Pl3 es el porcentaje de plusvalor que se gesta pero que no se materializa en dinero, a pesar de esas cantidades que son pl1 y pl2.

A su vez, el capital constante (c k) se merma en una cifra imprecisa y con el capital variable, sucede lo mismo.

Numerador y denominador se restan con un porcentaje indeterminado, que impide que la plusvalía pueda homologarse al beneficio –esto es, con algunas modificaciones, una versión de http://www.salta21.com/Alternativas-para-interpretar-la.html.

“Sexteridad” o continuación

La sencilla fórmula [1] puede redactarse con otros giros. Si se conectan pl con los salarios “s” y K con “s”, es necesario dividir ambos componentes por los salarios “s”. Así, se deduce:

Tg = (Pl/s)/(K/s) [2], que es análoga a

Tg = Pl/s * s/K

[2] nos dice esencialmente, que para que pl y K crezcan, s se tiene que contener, lo que implica que los salarios no se abultan tanto como pl y K, aunque puedan crecer mientras pl y K se abultan.

Lo otro que se deduce es que (K/s) se vuelve más grande que (Pl/s), mermando Tg.
Si se define un nuevo elemento “Y” como la suma del supervalor y de los salarios –pl + s– o como una acotación mínima del producto, y si dividimos como arriba, los dos elementos por “Y”, la ecuación canónica es equivalente a

Tg = (Pl/Y)/(K/Y) [3]

A su vez, puede relacionarse la inversión “I” con K y con pl, por lo que tendríamos:

Tg = (I/K)/(I/pl) [4], lo que significa que la cuota de lucro declina con el tiempo porque

“… (el) crecimiento constante del capital global de la clase (burguesa) … se consigue (con) un (gasto que se incrementa): (con) la reinversión de un porcentaje cada vez más elevado de los beneficios extraídos en la producción …” –que es lo que habíamos establecido sin matemática en Edgardo Adrián López, Remolinos y circunvalaciones… (cf. http://www.eumed.net/libros-gratis/2009a/480/).

“Septecidad”

Lo precedente implica idénticamente, que repiquetean dos contradicciones entre las cuales la tasa de lucro se tensa. Por un flanco, la inversión “I” se abulta menos en términos relativos que pl, mas, no debe dejar de elevarse. Sin embargo, pl tiene que crecer porque si no, no hay con qué financiar I.

El mismo dilema se presenta con (I/K): I se abulta menos que K pero ambos factores deben crecer.

Tg es lo que podríamos llamar una ley de las proporciones inversas o contradictorias que pone obstáculos a la expansión de K y de I.

Como en [2], (I/pl) se vuelve más grande que (I/K) y por eso Tg cae.

La división (I/pl) puede asimilarse a la acumulación de pl:

I/pl = Apl

También, “Y” puede considerarse como el producto de K, tal que K/Y sea una relación capital/producto

Valor v = K/Y

Asimismo, la tendencia al ahorro del burgués Ac puede escribirse dentro de una multiplicación S

Ac * Y = S, tal que:

Ac venga definido por Ac = S/Y

Es factible enlazar la preferencia al ahorro Ac con el nexo K/Y

Ac/v,

tal que cuanto más se abultan capital y producto –el componente “v”– , menos se ahorra para el consumo improductivo del burgués (el elemento Ac).

Octeridad; deducciones o corolarios

Por último, Tg puede expresarse como:

Tg = (Ac/v)/Apl, ó

Tg = Ac/v * 1/Apl, esto es,

Tg = Ac/(v * Apl) [5].

Lo anterior enuncia que cuanto más se eleva la relación K/Y y crece la acumulación de plusvalor, menos ahorra el capitalista y más desciende Tg. Lo que a su vez, significa que cuanto más se abulta el vínculo capital/producto y más se incrementa la acumulación de plusvalía, más es lo que el burgués debe invertir que ahorrar, teniendo que invertir para volver a invertir –[1], [2], [3], [4] y [5] son equivalentes, siendo las últimas ecuaciones las más actuales. No obstante, la fórmula [4] es la que mejor “refleja” el espíritu de [1], dado que plantea que Tg se encuentra en medio de contradicciones o tensiones que el valor zarista debe balancear cuidadosamente, sin poder eludir que Tg decline “a largo plazo” y sin ser efectivo en la longue durée, en el balanceo delicado de las citadas contradicciones.

Sin embargo, las ecuaciones* que desplegamos con base en el Dr. Diego, carecen del elemento de incertidumbre “Δ”, el que evitamos añadir para que la nota, que intenta ser periodística, sea accesible.

* Habría que distinguir inclusive, entre los tipos de plusvalor, los que no aluden necesariamente, a la “plusvalía absoluta” y al “plusvalor relativo”, sino a otros génerosa. F. e., la “plusvalía extrínseca” y el “plusvalor intrínseco”, los cuales se indican en Teorías sobre la plusvalía, volumen II, pp. 30 y 33, tipos de plusvalor que no fueron señalados por nadie previo a que lo concretásemos nosotros.

“Novenidad”

No obstante, lo referido antes al orden burgués no implica que el capitalismo pueda derrumbarse por una debacle cíclica gigante o por una caída de la cuota de lucro que haga absurdo invertir para seguir invirtiendo, sin que el burgués pueda extraer su plus de goce –Lacan–; puede suceder cualquier cosa en el desarrollo del régimen del valor autócrata.

Aunque lo hemos subrayado en otros espacios, lo que pincelamos no significa que el capitalismo es en 2014, senil, que está caduco y que arribó a su “techo”, como alucinaba Bronstein. Si no acontece algo imprevisto, tendremos orden burgués para quizá, dos o tres centurias más, sin enredarnos en adivinanzas: es que el capitalismo es joven, en escala histórica… [nada de lo que vaticina el marxólogo y mitosociólogo Wallerstein, sucederá a partir de 2050; el régimen burgués machacará al planeta, allende esa fecha –nadie conoce si al capitalismo, no le seguirá una colectividad escindida en clases y en grupos sociales, o si podremos zafar de la economía y de la Prehistoria (me parece que en determinadas comunas asiáticas, se está gestando una sociedad de clases y de constelaciones humanas que puede reemplazar al orden burgués; no lo sé)].

Fuentes. “Decticidad”

Gorz, André, Ecología y política, Junio de 2014, http://pt.scribd.com/doc/91695450/Andre-Gorz-Ecologia-y-Politica.

Guerrero, Diego, “Trabajo improductivo, crecimiento y terciarización. 30 años después de Marx y Keynes”, Febrero de 2011, http://proyectocai.zymichost.com/otros/Guerrero_marxykeynes.zip.

Guerrero, Diego, Economía liberal para liberales y no liberales, Junio de 2014, http://pendientedemigracion.ucm.es/info/eurotheo/e_books/dguerrero/economia_noliberal.pdf.

Marx Levy, Karl Heinrich Mordejái, Teorías sobre la plusvalía. Buenos Aires: Editorial Cartago, 1975 a, II.

Mattick, Paul, Los límites de la economía mixta. Marx y Keynes, Febrero de 2011, http://aueconomialternativa.files.wordpress.com/2013/02/60313047-mattick-paul-marx-y-keynes-los-limites-de-la-economia-mixta-1969.pdf.

Agregados fuera de registro. “Oncenidad” –lo que sigue es lo que advertí hasta quedar mudo, para no ser bastardeado por idiotas y necios

González Varela, Nicolás, Marx desconocido: la Deutsche Ideologie de 1845, Junio de 2014, http://marxismocritico.files.wordpress.com/2013/09/164622253-marx-desconocido-sobre-la-ideologia-alemana-por-nicolas-gonzalez-varela.pdf (el libro es de 2011 y fue esparcido en 2012, por lo que no hay riesgo de que haya cometido plagio…).

Cuando dictaba la Materia Optativa Interdisciplinaria acerca de Karl, un ex colega, en tono desafiante e impugnando el nombre que le había dado a la asignatura (“Un Marx desconocido”), me preguntó socarronamente, qué era lo que yo, subjetivamente, en mi locura –http://www.youtube.com/watch?v=k_7haOAQ1Bo–, encontraba que de Heinrich, que se sabía todo lo que de él podía conocerse, era aún, ignorado.

A tal docente se le escapaba un rizo de vértices psicoanalíticos en el nombre de la cátedra y es el de que Karl era y es desconocido, por haberse reprimido, denegado, censurado, elidido, mutilado, eludido, sustituido lo que Levy adelantó o pudo haber dicho. Marx fue vuelto secreto por todas esas operatorias y estrategias.

Ese Heinrich ocultado, secreto era el que deseo y quería elevar desde las distorsiones inconscientes. Fue como hacer una labor de análisis terapéutico y no una exégesis ni una hermenéutica ni un estudio greimasiano semiológico, aunque lo haya enunciado…, de los núcleos que acabaron marginados, excluidos, reprimidos en Karl en virtud del destino que sufrió lo que enunció. Y tampoco lo que recién dije, refleja el espíritu de lo que anhelé pincelar, que no se limita a una mera deconstrucción. Au fond, es todo eso junto: psicoanálisis, estudio semiótico, deconstructivismo. Y más; y más…

El tema es que navegando por Internet, me topé con una obra que sugiere eso; que Marx no es tan sabido como aquel profesor daba por sentado e igualmente, no es tan conocido como Uliánov, el leninismo y los leninistas, suponen.

El libro delinea que La ideología alemana, que analizamos al por menor en esa asignatura por primera vez, en Salta, es una muestra de cómo lo que se edificó en tanto “marxismo”, desfiguró la palabra para palabra, de Karl. Como lo habíamos cincelado en disímiles locus, el marxismo principió con las intervenciones de Engels luego del deceso de su compañero, se envaró con Lafargue, Mehring, Bebel, Laura, Bernstein y se monstruificó con Plekhanov, los mencheviques e Il’ich. El remate de todo fueron Stalin y Mao.

La obra de Nicolás apuntala que el distanciado con los hermanos Bauer, sí sabía de Kant y sí conocía a Spinoza (http://elsudamericano.files.wordpress.com/2013/10/marx-cuaderno-spinoza.pdf), lo que amplía la cultura filosófica de Heinrich, a pesar de lo establecido por Anderson [http://www.salta21.com/Una-interpretacion-de-los.html (en los años de juventud, Karl redactó opúsculos en torno a la demencia, al encarcelamiento y al suicidio –http://pt.scribd.com/doc/171312668/MARX-Karl-Acerca-Del-Suicidio–, lo que lo convierte en el primer psicoanalista, en semiólogo del Inconsciente, en foucaultiano previo al amante de Defert –el tema del suicidio fue algo que engastó ese fraude de ideólogo miserable que es Durkheim, animal inaudito)].

Barrot, Jean, “El ‘renegado’ Kautsky y su discípulo Lenin”, Junio de 2014, http://proyectocai.zymichost.com/otros/barrot_renegado.html.

Una de las pocas cosas que rescato es que el autor sugiere no explícitamente, que Kautsky y Uliánov atesoraban una concepción similar en innumerables aspectos, que es lo que afirmé y es lo que me enlodó en parte, con el ostracismo –http://www.youtube.com/watch?v=P6sVfcSaHZk&feature=kp–, cuando he sido en el norte de Argentina, uno de los intelectuales marxistas originales y relevantes (al que antiguos amigos y afectos, se permiten vomitar, juntándose con los que puedan mofarse o con los que aboceten una media sonrisa, como en el retrato pequeño que coloreó Leonardo).

Así, pincelo que los debates entre Bernstein, Plekhanov, los mencheviques, Lenin, Kautsky, Mao, Stalin, Trotski, son polémicas al interior de lo que podría englobarse en calidad de “marxismo vulgar”, definiendo ese “marxismo” por su aplauso a los modos de la crueldad y de lo cruel: la fe en el Partido, en la vanguardia, en la dialéctica, en el Socialismo “científico”, en una economía “socialista”, entre otras isotopías, es un elogio a la crueldad y a lo cruel, con el horizonte de actuar con saña en desmedro del otro, otro, que se niegue a ungirse en la trinidad “Il’ich, Bronstein y Mao ‘Sé Tú’”.

Dentro del marxismo torpe, existe una rama que es el leninismo.

“Clinamen”

Lo que debiera haber subrayado Varela y que no lo hace por elogiar a ciertos leninistas, es que NADA, ABSOLUTAMENTE, NADA de ese “marxismo” bruto, occidental o no, frankfurtiano o no –Perry Anderson “dixit” (http://www.salta21.com/Una-interpretacion-de-los.html)–, posee la más mínima relación con una lectura que no sea de macaco genio, de lo que enunció el pobre compañero del empresario de Manchester.

Lo que consiguieron el “marxismo” vulgar y sus defensores –los que son alienados, mecanicistas, economicistas, partidólatras, machistas, homofóbicos, chismosos, estadólatras, lineales, metodólatras, inclinados a la rabia, deterministas, sádicos, entrometidos, jacobinos, causalistas, ejecutores de excomuniones, patriarcalistas, dogmáticos, no femeninos, unilaterales, resentidos, elitistas, inquisitoriales, edípicos, verticalistas, ignorantes, practicantes del centralismo burocrático, envidiosos, no complejos, unidimensionales, mameros, fanáticos, desquiciados, autoritarios, sangrientos, inmisericordes, agresivos, patrioteros, cerrados, mitosociológicos, feroces, rencorosos, ladinos, obtusángulos, faltos de tacto, soberbios, alineados, mesiánicos, patoteros, violentos, mentirosos, de derecha, intolerantes, odiosos, conservadores, hacedores de atrocidades, proféticos, duros, grises, vanidosos, ególatras, reaccionarios, clasistas, fatuos, inescrupulosos, mediocres, asesinos, molares, groseros, oscurantistas, vengativos, desdichados, racistas, maniobreros, terroristas, sedentarios, oportunistas, oscuros, golpistas, misóginos, fascistas–, es estupidizar a Karl e idiotizar a los militantes, hasta el punto de tinellizar, por la injerencia de Uliánov o de otros, una escritura potente, que es la de Heinrich. Deslumbrante y potente; su escritura; Marx. Deslumbrante, Karl, como para que no haya Soledad [http://www.youtube.com/watch?v=nhC13xxkjFA (no hoy –¡ya no hoy!…)].

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