Los socorristas continuaban este martes buscando supervivientes en la ciudad de Joplin, Misuri, en el centro de Estados Unidos, arrasada por un tornado que dejó al menos 116 muertos, aún impactados por la magnitud del desastre y en medio de advertencias de más tormentas.
El presidente Barack Obama, de gira por Europa, se declaró este martes «destrozado» por la devastación provocada el fin de semana y anunció que visitará el domingo la zona siniestrada.
«Nuestros pensamientos y nuestras oraciones están con las familias que están sufriendo en este momento», dijo Obama a los periodistas en Londres, tras prometer ayuda federal para las tareas de reconstrucción. «Todo lo que podemos hacer es hacerles saber que todo Estados Unidos está profundamente preocupado por ellos y vamos a hacer absolutamente todo para asegurarnos de que pueden recuperarse», agregó.
En tanto, los residentes de Joplin, situada a pocos kilómetros de Kansas y de Oklahoma, cavaban entre los escombros de sus casas, destruidas por el tornado más violento en el país en casi 60 años.
«Esto es todo lo que queda», dijo Roger Dedick el lunes, mientras señalaba los restos de su casa de 17 años, de la que logró salir con ayuda de una barra de metal.
En esa misma calle, Carolyn Hall trataba de contener las lágrimas mientras revisaba su derruido hogar junto con sus hijos adolescentes con la esperanza de encontrar algo de ropa y al gato de la familia, que finalmente salió de su escondite debajo de una cama.
A la vuelta de la esquina, una pareja encontró decenas de fotos enmarcadas y álbumes, recuerdos que sobrevivieron cuando el enorme tornado de vientos de hasta 320 kilómetros por hora golpeó la región en la noche del domingo. «Nunca voy a volver a ignorar las alertas», dijo la mujer. Mirando tristemente a su alredeor, su esposo aseguró que reconstruirán su casa de 32 años.
Más de 2.000 edificios -un tercio de esta ciudad de 50.000 habitantes- fueron dañados o destruidos cuando el tornado de más de varios kilómetros de ancho llegó rugiendo tras una advertencia emitida apenas 24 minutos antes.
El tornado de Joplin podría ser el más mortífero en Estados Unidos desde el comienzo de los registros modernos, en 1950. Un tornado en Flint, Michigan, en 1953 también dejó 116 muertos.
Los residentes de Joplin fueron advertidos de la posibilidad de que se produzcan tormentas más potentes después del tornado del domingo, que azotó un área de 6,4 kilómetros de largo y más de un kilómetro de ancho.
Las llamas y el humo de las tuberías de gas rotas nublaban las pilas de casas y comercios reducidos a escombros y de automóviles convertidos en chatarra.
Los cientos de heridos debieron ser evacuados porque el tornado destrozó el hospital principal, el Centro Médico Regional Saint John’s. Un helicóptero médico yacía entre los restos de vehículos aplastados, cristales rotos y registros médicos esparcidos por doquier.
Las previsiones meteorológicas alertan de mal tiempo en Oklahoma, Kansas, el extremo norte de Texas y el suroeste de Misuri. «Es posible, si no probable, que pasemos a nuestro estado de alerta más alto en algún momento en las próximas 12 a 24 horas mientras reunimos más información», dijo Russel Schneider, director del Centro de Predicción de Tormentas en Norman, Oklahoma, citado por el servicio de prensa McClatchy.
Al norte de las zonas más afectadas, el campus de la universidad estatal Missouri Southern State fue convertido en refugio para más de 100 personas sin techo ni comida.
El tornado en Joplin fue el más mortífero de los 73 que azotaron nueve estados del centro del país el fin de semana, informó el Servicio Meteorológico Nacional, y llega después de que una ola de fenómenos similares dejara 361 muertos en abril en varios estados norteamericanos.
– noticias.latam.msn