Montado en la vieja casona de Avenida Belgrano y Sarmiento abrió sus puertas, en diciembre pasado un remodelado Museo de Bellas Artes que en el pasado había peregrinado por varios edificios.
En su orígenes tuvo sede en el edificio del extinto Consejo General de Educación (hoy el MAAM) y tenía obras distribuidas en otros organismos oficiales como la Biblioteca Provincial, entre otros.
A partir desde 1982 funcionó en la Casa de Arias Rengel (cuya construcción data de 1752 y es una nuestra típica de arquitectura colonial) donde se continuarán exhibiendo muestra temporarias y será sede de los salones anuales de artes visuales, como así también, se pondrán a la vista del público muebles de época.
Hoy tiene un espacio propio y acondicionado para exhibir, resguardar y restaurar el patrimonio artístico de la provincia.
Cuenta con ocho salas donde se pueden apreciar la colección permanente del museo y muestras temporarias.
Se destaca en planta baja, en la Sala Homenaje, las obras de Ernesto Scotti (1901-1957). Artista nacido en Buenos Aires pero con una destacada labor en nuestra ciudad.
El Museo Nacional de Bellas Artes expone “Momentos del Vino”, una colección propia de dicho museo con pinturas europeas y argentinas
relacionadas con distintas simbolizaciones que ha tenido el vino en los últimos siglos.
Se pueden apreciar distintas temáticas: naturalezas muertas, escenas de la vendimia y la presencia del vino en fiesta y la vida cotidiana.
Las obras se dividen en dos núcleos: “Los trabajos y los días” y “Los frutos de la tierra”.
Imponente se destaca, del primer conjunto, un óleo sobre tela de Luigi Mono ”Los zarcillos de la fiesta”.
En el primer piso, se ofrece al público, en orden cronológico inverso, obras que van desde el siglo XX hasta introducirlo en el pasado prehispánico.
En la sala denominada “Entre la modernidad y la tradición” se destacan obras que representan lo cotidiano, las costumbres y los paisajes como “Los muqueadores” de Alejandro Ache, paisaje costumbrista que representa la elaboración de la chicha, o “Velorio y entierro en Santa Cruz” de Gramajo Gutiérrez.
Se subraya dentro de la muestra la exposición de la primera obra adquirida por la provincia, se trata de la obra de Carlos Penuti “Vista de la ciudad de Salta tomada desde la cima del cerro San Bernardo” de 1854, que muestra al detalle la ciudad en aquellos años.
También hay una sala destinada a retratos, entre los que se destaca un dibujo a lápiz del General Güemes de Schiaffino y La Lunareja de Amadeo Gras); otra a la iconografía de la revolución (donde se pueden apreciar obras de Laporte y Arístene Papi); otra al arte religioso colonial y finalmente, en la sala ocho, el visitante se encuentra con el “Norte antiguo” que expone cerámica de origen precolombino.
En la folletería que se entrega al visitante el Secretario de Cultura, Gregorio Caro Figueroa expresa: ”del mismo modo que sin libros y sin lectores no hay educación posible, niño que no se asoma a la belleza de la naturaleza y al arte no puede beneficiarse de la educación”.
Esperamos que la inauguración de este museo sólo sea un primer paso que se acompañe con otras acciones no tan visibles como las actividades de acercar el patrimonio cultural a los niños, de rescatar del olvido la enseñanza del arte en las escuelas y destinar presupuesto a las actividades de extensión cultural .
– Foto de portada: Ernesto Scotti Figuras en el paisaje. 1951
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