Sobre «Nacimos princesas…» Y subyace en ese texto, un alma herida vaya a saber porqué…
Salta, domingo 23 de junio de 2013. Sala Dr. Rafael Villagrán. “Nacimos princesas porque brujas sobran” de Marcela Romero. Unipersonal de Ana Sol Rizzoli. Sonido: Fernando Subelza. Vestuario, iluminación y ambientación: Grupo Los Otros. Dirección general: Romina Chávez Diaz.
Una de las cosas más difíciles de hacer en el arte, es la cosa breve, la que en un lapso relativamente corto, de tiempo escaso, hay que contar una historia que tenga su planteo, el desarrollo y un final -si es posible- inesperado. En cine se llama cortometraje. En el arte escénico, simplemente “teatro breve”. Hay gestos, escenografía, música, literatura, voz, etc. que desde el pasado 21 hasta el 30 del corriente se realiza en diferentes escenarios de la ciudad, una muestra de este género con autores, artistas, directores, técnicos, etc. distintos en poco más de una docena de obras.
Me tocó ver la del epígrafe. En un escenario minimalista un coche cuna, un muñeco de trapo, una silla, una lámpara de pié. Aparece Mery (Ana Sol Rizzoli), etérea, subida a un par de tacos interminables y sin embargo vestida acorde con sus pocos años, como una chica que pareciera ser la tía de un bebé acostado en el coche cuna. Le habla y con gran soltura, echa a volar un caleidoscopio de ideas que intentan relatar diferentes momentos -estilo Forrest Gump- no sólo de su vida sino de cosas que han ido sucediendo para bien o para mal y que ella trata de transmitir a ese bebé que aún no entiende, para que vaya aprendiendo y se prepare para enfrentar el futuro.
El inicio tiene un aire de comedia, pero a medida que transcurre el texto, la pequeña pieza se va transformando en un monólogo dramático. Ella sabe que no hay que exagerar…”a veces te protegen tanto que te perdés de todo”…y subyace en ese texto, un alma herida vaya a saber porqué, en el intento de olvidar ese porqué. Por momentos parece que se le está yendo la vida a pesar de su notoria juventud, pero sí es evidente que algo no está bien. Casi es una representación de la soledad en la que se mueve hoy esa juventud que por la vida actual, quienes debían guiar esa etapa de su vida o no están o están lejos y no necesariamente en la distancia sino en los afectos. Reconozco mi propia subjetividad a la que me llevó la artista, sobre todo cuando suena la sonata nº 1 para violonchelo del inmortal Bach y poco después descubro con estupor un final curioso, inesperado, sorprendente por su dosis de fatalismo y belleza.
Me llegó la soltura de Ana Sol con su impecable articulación y ritmo, los temas musicales elegidos por la cuidadosa directora Romina Chávez Díaz más el aspecto técnico completado con una emotiva y al mismo tiempo feroz crítica social.
Un género, el teatro breve
De la belleza de la actriz no quedan dudas, de lejos se la ve llegar,quisiera ver su capacidad actoral ahora,no pude ir el domingo,cuando es la proxima funciion?