El grupo instrumental debe estar al servicio de la escena y sus protagonistas para que ellos puedan lucir la precisión requerida y sus movimientos coincidir con la música. En ese punto no hubo desinteligencia alguna brindando la belleza que genera un buen foso conectado con el escenario.
Salta, sábado 25 de noviembre de 2017. Teatro Provincial. La Bayadera. Ballet en tres actos. Argumento: Sergei Kuschelot y Marius Petipa (inspirados en dramas hindúes de Kalidasa). Música: Ludwig Minkus. Ballet de la Provincia dirigido por la Mª Shirley Jorquera. Orquesta Sinfónica dirigida por la Mª Yeny Delgado. Sofía Robinson (Nykia), José Chaile (Solor), Sebastián Scolari (Gran Brahman), Lucas Morganti (fakir Magdaveya), Sol Augeri (Gamzatti, la hija del Rajah), Cristian Galarza (Rajah), comprimarios y elenco. Coreografía: Jorquera-Riveros Hidalgo (sobre diseños de Petipa). Escenografía. Armando Portal. Vestuarios: Graciela Erazo – Alejandro Ferraro. Maquillajes, tocados, zapatería, armadores y técnicos mas el aporte del Teatro Independencia de Mendoza. Primera función el jueves 23 de noviembre de 2017, con diferentes solistas. Aforo 98%.
Ballet completo, difícil, exigente, estrenado en 1877. Su argumento tiene que ver con el desenfreno de las pasiones y su dramático final se conecta con la creencia de la elevación de los espíritus. Tiene rigor técnico, riqueza de medios y un sentido de la elegancia, aspectos impulsados por Marius Petipá, bailarín, coreógrafo y maestro de ballet francés radicado en Rusia con el cual el músico austríaco Ludwig Minkus, que en alguna época fuera rival de Johann Strauss, establecieron una especie de sociedad artística que dejó de lado el ballet romántico para crear con éxito singular, el ballet de la Gran Rusia Imperial a cuyos zares les encantaba esta demostración artística.
Se abre el telón y aparece la figura de Solor que regresa de una cacería y necesita orar ante la llama sagrada. Dice a Magdaveya que desea encontrarse con Nykia, la bayadera más hermosa de las bailarinas del templo. De pronto llega el Gran Brahman que hechizado por la belleza de la bayadera, le jura amor eterno pero Nykia, que tiene su propio tema musical, lo rechaza aduciendo la condición sacerdotal del pretendiente. Las danzarinas hacen su baile y la bella bailarina acepta encontrarse con Solor que a su vez la convence de su amor para siempre. El Gran Brahman advierte la situación e invoca la ira de los dioses preparando su venganza.
La teatralidad de Scolari es la adecuada, la marcialidad de Chaile viste su natural elegancia mientras que Robinson danza mostrándola etérea y bella.
Hay un brindis en honor de Solor. En esa fiesta aparece el Rajah que anuncia la entrega de la mano de su hermosa hija Gamzatti a Solor en recompensa por su valor y que a pesar de su desconcierto, sabe que no se puede negar a una disposición superior. Cristian Galarza compone un muy buen Rajah que a su vez recibe del Brahman el relato sobre la unión entre Solor y la bella Nykia. Inesperadamente la autoridad principal decide la muerte de la bayadera generando el estupor del Gran Brahman que creía se ordenaría la eliminación de Solor. La hija del Rajah oye la conversación y llama a Nykia que a su vez intenta convencer a la princesa que deje a Solor. No lo consigue y en medio de la discusión la ataca con un puñal. Gamzatti, una excelente Sol Augeri, entonces, decreta la muerte de la hermosa bailarina. Esta es la segunda escena del Acto 1º donde el cuerpo de baile pudo haber sido mejor.
El acto 2º trata de las festividades de la unión Gamzatti-Solor. Las bailarinas del templo bailan muy bien y Sofia Robinson se luce en sus solos. Pero uno de los fakires le entrega una cesta de flores y en ella hay una serpiente que envenena a Nykia quién aún tiene fuerzas para rechazar el antídoto que le ofrece el aún enamorado Gran Braham por lo que finalmente muere.
Solor destrozado anímicamente, se entrega al fumadero de opio lo que lo lleva a un mundo sobrenatural donde cree ver, en el Reino de las Sombras, a su adorada Nykia. Aquí el ballet local tiene una labor artística impecable, simétrico, sincronizado y prepara la escena donde los protagonistas ascienden a espacios de bienaventuranza.
Es preciso destacar la decisión de presentar el ballet con los tres actos originales y no con solo dos como muchas veces se ha hecho en la creencia que los cuadros de toda la compañía, en el último acto, se formularon para satisfacer a la realeza imperial. Tampoco se llega a la destrucción del templo por parte de los dioses castigando así el drama ocurrido. Hay momentos de verdadero lujo artístico. Los arabescos del cuerpo de baile, los solos de Robinson y Chaile, elegantes, precisos en sus variaciones y limpieza en sus saltos. Conmovedor el dúo Nykia – Solor con el violín concertino de Aleksandre Urushadze. Notable labor de Shirley Jorquera en el armado y puesta a punto del Ballet de la Provincia, escenarios representativos del criminal drama y una labor orquestal de gran factura debido a la cuidadosa dirección de Yeni Delgado. Dirigir ballet no es tarea sencilla. El grupo instrumental debe estar al servicio de la escena y sus protagonistas para que ellos puedan lucir la precisión requerida y sus movimientos coincidir con la música. En ese punto no hubo desinteligencia alguna brindando la belleza que genera un buen foso conectado con el escenario.
Totalmente merecidos los aplausos para Delgado y Jorquera, mas las principales figuras, comprimarios y elenco. Un detalle mas, al menos es mi impresión, ambas maestras demostraron cómo se puede hacer arte del bueno en conjunto y no como sucede a veces -en el Teatro Provincial ha ocurrido- cuando la dirección del ballet o el regisseuer de una ópera, no están en la misma línea de la dirección musical. Felizmente no fue éste el caso.
Buena critica
Hola, es bueno escuchar una critica alentadora sobre nuestro trabajo de parte de ustedes, pero habría estado bueno que hicieran una critica igual de positiva de la función del 23 ya que también fue una excelente función.