El gobierno de Urtubey no parecía desde el comienzo muy dispuesto a aceptar la posibilidad de que un jurista independiente y no directamente conectado a los circuitos «tradicionales» de influencias locales llegara a convertirse en Juez Federal de Salta.
Es sabido que el poder del Gobernador, al que debiera bastarle y sobrarle con el respaldo ciudadano en las urnas, se cimenta en realidad en el control directo y estrecho de todas las instancias ocultas que aseguran la máxima concentración de influencia social, económica y política.
Según esta visión, el juzgado que es competente (nada menos que) en la muy crucial materia electoral, no puede ni debe quedar en manos de un juez independiente, de currículum intachable y surgido de las pruebas del Consejo de la Magistratura; al contrario, merece estar en las de alguien que sintonice perfectamente con los valores y premisas del grupo actualmente hegemónico en la justicia y el Ministerio Público de Salta.
Se necesita, en consecuencia, una ficha que encaje perfectamente en el esquema. Desde este punto de vista, la candidatura de un juez foráneo y destacado de antemano por su independencia, (así como por sus cualidades técnicas e intelectuales), constituye un obstáculo mayor para Urtubey y su proyecto de poder a largo plazo.
En el retiro por parte del gobierno nacional del pliego del señor Edgardo López Herrera no ha influido, como se especula, la absurda impugnación de una asociación de Derechos Humanos que había sostenido que el candidato «ni era especialista en Derecho Penal, ni conocía las causas que tramita el Juzgado Federal Nº 1, ni era salteño».
Ha podido más el firme pulso de un Gobernador decidido a que nadie ajeno al cerrado círculo de confianza de su padre ocupe posiciones clave en la justicia de Salta.
Paradójicamente, este desplante totalitario tiene lugar cuando el propio Urtubey hace notables esfuerzos escénicos, frente a la prensa y a los ciudadanos que reclaman mayor eficiencia de los jueces, para mostrarse como un mandatario respetuoso de la independencia del Poder Judicial y de sus decisiones.
A la vista de los hechos, es innegable que Urtubey es partidario de la independencia de los jueces, pero de la de los jueces suizos o noruegos, porque de la independencia de los jueces de Salta, está claro que se encarga él.
– Fuente: Iruya – 5/09/11
