Una mujer contra la injusticia y el machismo

La Corte Suprema de la Nación Argentina analiza acusaciones de discriminación contra jueces salteños.

Todo habría comenzado cuando los ministros varones del máximo tribunal salteño decidieron apoyar al cuestionado ministro de la Corte de Justicia de Salta, Gustavo Ferraris, quien habría rechazado la designación en el cuerpo de una doctora cuyo pecado es ser esposa de un prestigioso funcionario de la Procuración que objetó el nombramiento del ex secretario de Seguridad del romerismo.

Por una parte, salteñas y salteños pueden sentirse orgullosos de la lúcida valentía de una ministra de la Corte de Justicia, la doctora Susana Graciela Kauffman de Martinelli. Ella acusó en el programa “Más Vale Tarde” (FM La Cigarra, 96.70) de abuso de poder machista a sus pares del tribunal superior de Justicia y denunció en la Corte Suprema de la Nación la discriminación contra su condición de mujer.

Además, recordó a algunos legisladores provinciales que la Cámara posee la autoridad necesaria para requerir información sobre situaciones dudosas en otros poderes del Estado.

Lamentablemente la sociedad salteña y argentina, el pueblo, desde trabajadores hasta escolares asisten a un escándalo donde el autoritarismo, el machismo, la maledicencia y la descalificación la ejercen quienes deben ser el modelo para los ciudadanos sin poder.

– Más Vale Tarde: Doctora, usted acusa de discriminación en la Corte, por cuanto sus pares masculinos le impidieron designar a una profesional como su secretaría; pero los restantes ministros argumentaron que hay inhabilidades profesionales, intelectuales y hasta morales para objetar el nombramiento por usted propuesto…

– Doctora Susana Kauffman: Miré, en primer término, eso de la falta de habilidad intelectual o moral de la doctora (María Victoria) Mossman no es cierto; ella desde hace muchos trabaja en el Poder Judicial, y sus cargos los ganó por concursos, sin ningún tipo de objeciones. ¡Tiene un currículum fantástico!

– ¿Por eso acusa de discriminación a los otros jueces?

– Hablo de discriminación porque todos los jueces de la Corte tienen la facultad de designar a sus secretarios, pero en mi caso se me impuso la mayoría (de sus pares masculinos), y eso yo lo considero un abuso de poder, que hicieron los hombres, pretendiendo imponer una decisión. ¡Es como si fuera incapaz de decidir y elegir por mi misma!

La Corte de Justicia de Salta está presidida por el doctor Posadas, Guillermo Alberto, y la completan los doctores Catalano, Guillermo Alberto; Díaz, Guillermo Félix; Ferraris, Gustavo Adolfo; Cornejo, Abel; Vittar, Sergio Fabián y la doctora Kauffman, Susana Graciela. (El orden es el informado en la página Web del organismo, http://www.justiciasalta.gov.ar/

– Más Vale Tarde: ¿Qué opina acerca de lo que dijo el ministro Abel Cornejo acerca de que la doctora Mossman es inhábil por cuanto filtró información judicial?

– Doctora Susana Kauffman: Eso no se argumentó en ningún momento. Recién ahora se ha filtrado tal concepto por algunos medios (de información). Lo que a mi siempre se me dijo es que el doctor (Gustavo) Ferrari no la quería (a Mossman), y que si el no la quería (como secretaria en la Corte), los demás ministros iban a ser solidarios con él…

– ¿Y cuáles eran las razones para el rechazo de Ferrari a Mossman?

– Lo que yo sabía era que Ferrari no estaba molesto con Mossman, sino con su marido (Sebastian Lloret, funcionario letrado en la Procuración de la Provincia), por cuanto éste se opuso al nombramiento del doctor Ferrari como miembro de la Corte. Eso se me dijo a mí, en reuniones individuales con los ministros, y en reuniones (conjuntas) de la Corte. Pero ahora dicen otra cosa. Si esta doctora (Mossman) hubiera cometido faltas de civilidad, lo menos que se podía hacer era un sumario y de resultar culpable, echarla. Pero se hizo todo lo contrario; se la pasó a la Cámara de Apelaciones, resaltando sus buenos antecedentes. O sea, ellos mismos se contradicen…

– ¿Y como se resolverá esta crisis?

– Yo he denunciado esta discriminación en la Oficina de la Mujer de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, pues me parece importante que este abuso de poder se conozca…

– ¿Y en la Provincia, el Poder Legislativo no puede requerir informes de la situación?, pues luego de una violenta discusión entre los diputados, se dijo que los legisladores no tienen ninguna posibilidad de conocer que sucede…

– ¡Por supuesto que el Poder Legislativo puede pedir informes a la Corte!; lo que no puede hacer es solicitar información de expedientes; pero si, los legisladores deberían averiguar que sucede, pues esto es grave para la sociedad, y la sociedad necesita respuestas…

El legado de Juan Carlos Romero

El jueves 22 de noviembre de 2007, en la última sesión ordinaria del Senado Provincial, con mayoría romerista, a diez días para la asunción del nuevo gobernador Juan Manuel Urtubey, el saliente Juan Carlos Romero logró ubicar a uno de sus soldados en la Corte de Justicia de la Provincia: Gustavo Ferraris, acusado de ser el ejecutor de la represión social neoliberal.

En aquel momento, el gobernador electo criticó la designación y tachó a los senadores de irresponsables. que consideró «desacertada» y calificó el acuerdo del Senado como una «decisión irresponsable». «Yo jamás habría avalado, y menos propuesto, el nombre de Ferraris para una designación», dijo Urtubey.

Ferraris, ex secretario de Seguridad, fue responsable de aplicar mano dura en las protestas sociales. El pliego de Ferraris fue aprobado con 13 votos del oficialismo y rechazo por 6 senadores de la oposición.

En agosto del 2006, Ferraris desobedeció una orden judicial y ordenó una violenta represión a familias indigentes que ocupaban lotes en el asentamiento de San Expedito.

En esos años, el actual ministro de la Corte se negó sistemáticamente a comparecer ante los legisladores provinciales, de los que se burlaba.

Por aquellos días, se comentaba que la designación de Ferraris permitiría garantizar la impunidad para los funcionarios salientes, acusados socialmente de enriquecerse con bienes y dinero del pueblo, como para evitarles problemas comerciales a las empresas privadas que se hicieron cargo de los servicios públicos a partir de1996.

Repudiado por el pueblo

El esposo de la doctora Mossman, el prestigioso letrado del Ministerio Público Sebastián Lloret, se opuso a la designación de Ferraris, pero uno entre miles. Asusta la idea de que aquellos que se opusieron queden bajo el poder de un ministro que decide sobre los bienes, la honestidad y la libertad de los salteños. El rechazo social a la designación del ex secretario de Seguridad Gustavo Ferraris como juez de la Corte de Justicia de Salta fue masivo. Los repudios y marchas en contra convocaron a organizaciones no afectas a coincidir, como por ejemplo: Asamblea Provincial Docente; Partido Obrero; Colegio de Abogados; Barrios de Pie; Sindicato Argentino de Televisión; Corriente Clasista y Combativa; Central de Trabajadores del Estado; Unión Cívica Radical; Encuentro Popular Amplio; Comisión de la Mujer de la Universidad Nacional de Salta; Red por la Defensa de los Derechos Humanos; ADIUNSA; Asociación de Trabajadores del Estado; Partido Comunista; Partido Socialista; Unión Personal de Enfermeros de Salta; Asociación de Periodistas de Salta; Docentes Agremiados de Salta; APSADES; MID; Junta Promotora del Agua; Sindicato de Vendedores de Diarios y Revistas de Salta; Frente Grande; Movimiento Obrero Campesino Estudiantil Popular; Movimiento Evita; Partido Comunista Revolucionario; Partido Humanista –– Movimiento Socialista de los Trabajadores – Fundación Azul para la Familia Policial; Vecinos Unidos FPV-PRS; Agrupación de Taxistas; Frente de Recuperación; Frente de Jubilados y Pensionados de Salta; Centro Argentino.

La historia provincial no recuerda el caso de otra designación para un cargo público que haya concitado un rechazo tan amplio y que haya llegado a movilizar a jueces, fiscales y abogados.

Los principales motivos del rechazo fueron la escasa calificación jurídica del abogado; la responsabilidad del ex funcionario en feroces represiones y la sospecha, bastante fundada, de que su designación era para garantizar la impunidad del romerismo.

Gustavo Ferraris es responsabilizado de uno de los episodios más cobardes de la administración de Juan Carlos Romero: “La Noche de las Tizas”, cuando la noche del 1 de abril de 2005, la infantería golpeó, ahogó, arrastró de los pelos y torturó a maestras, muchas de ellas con edad suficiente para ser sus madres, y seguramente, ex maestras de aquellos brutos enviados por un sujeto capaz de todo.

La doctora Kauffman tuvo el coraje de denunciar el peligro social que significarían jueces injustos y vengativos.