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martes, noviembre 26, 2024

Una testigo vio al “Tuerto” Albornoz en un supermercado

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El sábado pasado, a las 19 horas, una testigo vio en el supermercado VEA de la Alem entre San Lorenzo y Piedras (Tucumán), al represor Roberto Heriberto Albornoz, con una señora de 50 años. Por este hecho, los querellantes solicitaron que se le revoque el privilegio de la prisión domiciliaria.

Una testigo aseguró que en la Banda del Rio Salí “todo el mundo sabe que Albornoz sale sin custodia por la noche”.

La abogada Laura Figueroa denunció al Tribunal Oral Federal que “así estamos todos indefensos”. El defensor del imputado, Exequiel Ávila Gallo, rechazó las acusaciones. El TOF decidirá sobre la cuestión luego de acceder a todas las pruebas solicitadas por las partes.

El 29 de mayo, a horas 19, en el supermercado VEA la testigo vio al imputado Roberto Heriberto Albornoz, quien tenía una campera celeste o gris, con una señora de 50 años. Le preguntó ‘¿a usted lo están juzgando?’ A lo que respondió que sí. Estaba en el lugar donde venden verdura, lo que provocó el nerviosismo de la denunciante“. Así rezaba la denuncia que se leyó durante una nueva audiencia del juicio por los Delitos de Lesa Humanidad cometidos en el Centro Clandestino de Detención, Jefatura de Policías, donde 4 represores (originalmente eran 7) son acusados por la desaparición y el asesinato de 22 víctimas.

La abogada querellante, Laura Figueroa, aclaró que “ tenemos otros ofrecimientos de prueba”. Nombró, entre otras cuestiones, “dos testigos que lo vieron a Albornoz en las calles e ingresando a negocios. Se tratan de hechos acaecidos en diciembre de 2009”.

Solicito, asimismo, se libre oficio al supermercado VEA a los efectos de constatar si hubo compras con tarjetas de crédito o débito con el nombre de Roberto Heriberto Albornoz el sábado a 19 horas. También pidió que sea allanado el domicilio del represor a efectos de constatar si el imputado tiene armas; esto para demostrar si tiene “un grado de peligrosidad aún mayor del que ya conocemos“.

Por su parte, el Fiscal General, Alfredo Terraf, considero que “quienes tienen un beneficio que no merecen y lo rompen, deben ser castigados. Solicitamos que se agoten las pruebas para saber si el señor Albornoz ha violado las prescripciones del arresto domiciliario. En caso de que haya violado la ley, pido que se revoque la prisión domiciliaria“.

Por su parte, el defensor del represor Albornoz, Exequiel Ávila Gallo, indicó que “mi defendido tiene custodia permanente de la Policía Federal. Pedimos un informe a la Policía Federal de los movimientos de Roberto Heriberto Albornoz fuera del arresto domiciliario que oportunamente te le otorgara”.

Un testimonio sorpresivo

En principio, el Tribunal Oral Federal, presidido por Carlos Jiménez Montilla, había resuelto “que el cabo primero Héctor Guillermo Arias comparezca a declarar en la presente audiencia, quién estaba cumpliendo custodia el día 29 de mayo a las 19 horas. Que se libre informe al Supermercado VEA para saber si hubo compra con tarjeta de crédito o débito a nombre de Roberto Heriberto Albornoz. Que se pida informe a la policía Federal para conocer si hay custodia la 24 horas”. En ese momento, no considero ‘conducente’ el allanamiento a la casa de Albornoz.

El testimonio que siguió a esa decisión agregó elementos a la denuncia. Marta Aldeco, quién fuera empleada doméstica del “tuerto” Albornoz indicó que “varias veces lo ví en la calle. Todo el mundo en la Banda del Río Salí sabe que en las noches está solo, anda sin custodia. Lo vi circular varias veces por el centro, caminando solo. La última vez fue hace un mes, más o menos”. La testigo había declarado que en tiempos en los que trabajaba en la casa del genocida observó que tenía armas de guerra.

Ante esto, la abogada Laura Figueroa planteó que “repito mi pedido de que se allane la casa de Albornoz, para ver si tiene armas. Los abogados nos jugamos día a día la vida. Aunque ya deben haber limpiado la casa, esa prueba es fundamental. El testimonio de la señora es cualitativamente superior al cualquier otro escuchado acá. Evidentemente tiene una cobertura política Albornoz para hacer lo que está haciendo. A mi me entraron a mi casa hace varios años. Acá estamos totalmente indefensos. El tribunal tiene que garantizar la seguridad de todos”.

Luego pasó a declarar Héctor Guillermo Arias, cabo primero de la Policía Federal y quién tuvo en cargo la custodia de Albornoz el último sábado. Su declaración estuvo plagada de contradicciones, producto del estado de nerviosismo en que se encontraba. Indicó, en primer término, que “ el sábado 29 de mayo estuve en todo momento ahí. Incluso al mediodía me invitó a comer. Se durmió la siesta hasta las 11 de la noche. Nunca salió”. Luego dijo que en cierto momentos se “sientan en el fondo a leer el diario. Allí estoy solo una o dos horas. No se que hace Albornoz en esos momentos, no lo estoy siguiendo“.

Contó que “el sábado salió el auto Ford Escort que estaciona el hijo que vive con él en la casa. A la tarde salió y no volvió hasta las 11 de la noche. Cuando el auto salio, yo estaba en el fondo. Sé que salía porque en ese momento entré para entrar a la casi y le pedí permiso a Albornoz para entrar al baño. Ahí escuché el ruido del motor. Eran las 11 de la noche. A esa hora regresó el hijo”. Pero luego se desdijo y aseguró que “el auto salió a las 11 de la noche. A esa hora Albornoz se levantaba de la siesta”.

Arias no supo responder si alguien puede salir de la casa sin que él se de cuenta si está en el fondo.

Ante estos elementos, el TOF decidió realizar una inspección ocular (no allanamiento, pues fue con el visto bueno del abogado defensor de Albornoz), que tuvo resultado negativo pues no se encontraron armas ni otros elementos del estilo.

A partir de esto, Figueroa consideró que hay “sobradas pruebas que Roberto Albornoz tenía hasta el día de hoy” la salida de su domicilio absolutamente garantizada.

En este sentido, agregó que “el policía federal que no cumplió con su deber no es el único responsable. Es una falla del Estado de Derecho. Es claro y contundente que Arias no tiene conocimientos de lo que paso el 29 de mayo porque o estuvo en el patio haciendo vaya uno a saber qué o porque directamente no fue. El Tribunal tiene un testimonio y una denuncia. No hay ninguna otra prueba que pueda derribar dos testimonios contundentes. Queremos que se revoque la prisión domiciliaria y se lo traslade a Albornoz a Villa Urquiza”.

A su pedido adhirieron todos los querellantes, excepto Terraf, quién indicó que “hasta acá no tengo argumentos contundentes como para poder pronunciarme a favor de la revocación de la prisión domiciliaria del imputado Albornoz. Sé la gravedad de la postura que estoy asumiendo y me hago cargo con mi vida. Se están por producir otras pruebas. Voy a esperar eso para emitir un dictamen con la seguridad absoluta que la gravedad del hecho requiere. No voy a dictaminar por la resolución de la revocación de la prisión domiciliaria de Albornoz”.

Finalmente, el Tribunal decidió que el represor continúe con prisión domiciliaria e indicó que se expedirá sobre el pedido de revocación luego de recibir todas las pruebas requeridas. De todas maneras, en vista al poder e influencia que parecería tener el “tuerto” Albornoz en la policía provincial -principalmente en sectores de la División de Inteligencia D2, muchos de los cuáles participaron en el Servicio de Información Confidencial, que funcionó como la patota de la Jefatura de Policía- la revocación parece estar cada vez más lejana.

– CONTRAPUNTO | Prensa Alternativa

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