No me gusta Vargas LLosa como persona. Detesto en particular el airecito de arìstócrata inglés con el cual se presenta ante los públicos latinoamericanos. En contraste notable con la humildad con la cual circula entre los gorilones del Partido Popular de España y la pegajosa y subdesarrollada arìstocracia española.
Debo reconocer, no obstante, que por estos lares hay tipos peores aún que Vargas Llosa. Por ejemplo, su propio hijo. Por ejemplo, el ex candidato diputado del PRS: Folloni.
He leído, por otra parte, muy poco de Vargas LLosa como para poder opinar con alguna autoridad acerca de su calidad como escritor. Creo, sin embargo, lo que críticos serios dicen de su obra literaria. Todos coinciden en que escribe muy bièn. Además, y esto es lo interesante, sus libros son una crítica muy fuerte contra todo tipo de autoritarìsmo y contra todo tipo de agresión a la persona humana. En sus escritos defiende los Derechos Humanos.
En realidad, Vargas Llosa parece padecer de la dolencia psicológica llamada «doble personalidad». Esto se manifiesta en la marcada contradicción entre lo que dice por escrito en sus novelas y en lo que expresa frente a los periodistas. Sus opiniones políticas, expresadas en conferencias de prensa, son banal e inocentemente neoliberales. Parece que al hombre le metieron un chip con la vulgata neoliberal. Esto es, con el discurso- plasmado en un libro acerca de la libertad, o algo así- de uno de los ultraneoliberales mas recalcitrantes: Von Hayeck.
En síntesis, Vargas Llosa escribe muy bien, pero habla burradas. Eso no es bueno, claro. Pero, mucho peor es la actitud abiertamente envidiosa, autoritaria y agresiva de algunos de los representantes de la «progresía» argentina. Me refiero a aquellos que se oponían (abrogándose gratuìtamente, el papel de perros guardianes de la castidad de los argentinos) a que Vargas Llosa venga al país, sino también a que aquí hable y opine. Es realmente deprimente encontrarse, al comienzo de un nuevo milenio, con gente que está convencida de que la poblaciòn adulta de este paìs necesita de rectores intelectuales. Que requiere de genios que le indiquen què es lo qué puede leer y escuchar y qué no. Muchos de estos rectores intelecuales son asìduos de Barone y su programa televisivo: «6,7, 8». Desde allí (y bien pagos por el Estado Nacional) pretenden definir qué es lo que es progresista y bueno en arte, ciencia o política y qué no lo es. Son los mismos «progres» a los cuàles jamás, ni de paso, escuché reclamar por los temas realmente álgidos que aquejan a la Argentina: la expoliaciòn de nuestras riquezas naturales por parte de las empresas extranjeras, por ejemplo. Esa seudo intelectualidad, semi o abiertamente oficialista, es una de las pestes de este país. Resulta vergonsoza la inmadurez intelectual de esos personajes. Es patético ver a tipos como Barone o ese Director de la Biblioteca Nacional y a otros; todos con abundante vello púbico, continuar con el uso del biberòn y de los pañales descartables. Siempre prendidos a la mamadera (dígase teta) del Estado, ademàs.
Digo yo: si esos tipos son tan buenos (como piensan ellos), ¿por qué, no se presentaban al acto de Vargas Llosa y allí lo refutaban? Eso hubiera sido mucho menos grotesco que tratar de impedir que Vargas Llosa venga, hable y opine. Como dije, creo que Vargas Llosa escribe muy bièn, pero habla muy mal. En cambio, nuestra progresía intelectualidad no sólo que no escribe muy bièn, sino que se comporta muy mal.
– Síndico
Lector de Salta 21
Vargas Llosa escribe muy bien, pero habla burradas
Estimado Daniel:
Un gusto debatir con gente educada, tolerante e informada como tù. Me disculpo si mi lenguaje, en relaciòn con el Sr. Gonzales en particular, te pareciò demasiado fuerte e injusto. Puede que tengas razòn, tal vez me he equivocado de persona. O puede que no haya escuchado bièn, pero, el señor al cuàl me referìa (equivocadamente), no hablaba (en el programa 6,7,8 de la TV pùblica,) en los tèrminos en los cuales escribe el Sr. Gonzales en la carta que adjuntas. ¿Error mìo, zonzera mìa? No lo sè, pero igual te pido disculpas. Para saber si fuì justo o injusto, tendrìamos que volver a ver todos los programas emitidos por «6, 7, 8» de un mes, o màs, a esta parte y esa es una experiencia que prefiero no tener.
Sin embargo, estimado Daniel, hay ciertas cosas que vale la pena notar. Primero algo en relaciòn a tu propia carta. El Gobierno Nacional, no està compuesto por carmelitas descalzas, tampoco por los Caballeros del Rey Arturo. Hay tipos ahì adentro iguales o peores que los de la Rural. Por ejemplo, el camionero Moyano (gorilòn, matòn, ignorante, inmoral, deshonesto y ultrafacho como nadie). Me diràs que Moyano no forma parte del gobierno. Yo dirìa que no es un funcionario oficial, pero sì, forma forma parte (invisible, pero fortìsima y palpable) de este gobierno. Lo que pasa es que Moyano no necesita salario. Parecerìa, por otra parte, que Moyano, a diferencia de los de la Rural, no estàr enfrentado al gobierno. Lo que pasa, es que no necesita hacerlo, ya tiene al gobierno agarrado del cuello. Es el gobierno efectivo en muchos aspectos. Un paro a destiempo de los camioneros y baja el «rating» de la Sra. Kirshner en varios puntos. Una sola de Moyano Daniel: en buena parte a causa de èl, no podemos volver a tener trenes, te lo recuerdo. Pero, bueno, lo que querìa era sacar a relucir que los grupos de poder enfrentados al gobierno nacional no solo estan compuestos por los atragantados de la Sociedad Rural. En el parque juràsico argentino hay otros dinosaurios, incluso peòres, que los ruralistas. Solo que estos no invitan a un Vargas Llosa para que hable de lo que dice von Hayeck o Friedman, no les interesa convencer a nadie de las «virtudes» del neoliberalismo. No quieren levantar la perdiz, no quierèn compartir el neoliberalismo, lo quierèn solo para ellos.
Por lo dicho antes, ¿que te parece peòr Daniel? Las burradas que DICE Vargas Llosa, o las barbaridades que HACE Moyano? ¿El uso,por oportunista que sea, que hace la Rural de un personaje como Vargas Llosa, o el ABUSO inmoral que Moyano hace de un paìs entero? Ahora, nunca escuchè a ninguno de los que llamo: «rectores intelectuales» (que no es un tèrmino insultante, por otro lado) que, aprovechando de la presencia que tienen en sus universidades, gobierno o prensa, sacaràn a relucir estos aspectos de la problemàtica nacional.
Con respecto a la carta del Sr. Gonzales. Para empezar,algo que dice muy bièn de èl: su decencia al reconocer el valor de la obra literaria de Vargas Llosa y su modestìa, afirma que no podrìa escribir como èl. Ahora, disculpame querido Daniel, pero, lo que el Sr. Gonzales nos pide en su carta (olvidando que tambièn nosotros tenemos abundante vello pùbico, o sea, que ya estamos creciditos) es que no escuchemos nada de lo que diga Vargas Llosa. Esa sugerencia ya me parece de mal gusto. No obstante, es mucho peòr el mensaje subliminal de Gonzales, y el de los los que llamo «rectores intelectuales». Dicho mensaje es: «Mortales, no asistais a la charla de Vargas Llosa, no vaya a ser que, PORQUE SOIS BURROS, OS acabe por convencer. Como ves, incluso el Sr. Gonzales (tal vez sin darse cuenta y sin quererlo) se està erigiendo en rector intelectual, que es lo que a mi, y tal vez solo a mì, me embola.
Otro error del Sr. Gonzales, que comparte con el coro de tenores del Programa «6,7, 8», es el de referirse a este gobierno como «popular». ¿Serè ciego y zonzo? Tal vez las dos cosas, pero yo no veo ningùn ministro, viceministro, secretario, subsecretario, secretaria, subsubsecretaria, o menos aùn, que sea, efectivamente, «popular». Los realmente «populares» deben ser los que les limpian los zapatos a los mozos que llevan el cafecito. En tèrminos estrìctamente numèricos, esto representarìa: un popular por cada mìl no populares. Aclaro que no creo que «popular» sea sinònimo de bueno. Para demostrar que esto es cierto, presento al «Camionero Moyano» y su virtuosa familia. Bueno querido, el hambre aprieta, la tènia se pone nerviosa y me espera un sabroso pollito al horno, asì que te dejo, hasta la proxima.
PD. Cuidate de Moyano y de otros «populares» como èl, no tanto de Vargas Llosa, que ladra mucho, pero no muerde tanto.
Vargas Llosa escribe muy bien, pero habla burradas
Sr. Síndico, le dejo aquí el texto completo de la carta que el Director de la Biblioteca Nacional le envió al Presidente de la Cámara del libro para que pueda leerla, porque evidentemente no la leyó antes de escribir esto que escribió.
Pienso que antes de emitir un juicio tan descalificador sobre lo que usted llama «algunos representantes de la ‘progresía’ argentina», debería al menos estar bien informado y no sólo dejarse llevar por las tergiversaciones que publicaron tendenciosamente los grupos de poder enfrentados al gobierno nacional.
Sr. Carlos de Santos
Presidente de la Cámara del Libro
Ha cobrado estado público la sorprendente presencia de Mario Vargas Llosa como partícipe central de la inauguración de la Feria del Libro de Buenos Aires. Le escribo como ciudadano, como director de la Biblioteca Nacional y como lector que aprecia la literatura de Vargas Llosa, a quien he seguido desde La ciudad y los Perros hasta El sueño del Celta. No me mueve así ningún despecho ni deseo de limitar su voz –que no precisaba del Premio Nobel para ser justamente difundida-, al decirle que considero sumamente inoportuno el lugar que se le ha concedido para inaugurar una Feria que nunca dejó de ser un termómetro de la política y de las corrientes de ideas que abriga la sociedad argentina. ¿Pero no sería este el máximo nivel de facciosidad al que llegaría este evento que a lo largo de los tiempos atravesó toda clase de vicisitudes y supo mantenerse como digno exponente de la cultura universal del libro? Es sabido que hay dos Vargas Llosa, el gran escritor que todos festejamos, y el militante que no ceja ni un segundo en atacar a los gobiernos populares de la región con argumentos que lamentablemente no solo deforman muchas realidades, sino que se prestan a justificar las peores experiencias políticas del pasado. Mucho tememos que no sea el Vargas Llosa de Conversación en la Catedral el que hable en la Feria sino el Vargas Llosa de la coalición de derecha que en estos mismos días realiza una reunión en Buenos Aires. Considero que para la inauguración hay numerosos escritores argentinos que pueden representar acabadamente un horizonte común de ideas, sin el mesianismo autoritario que hoy aqueja al Vargas Llosa de los círculos mundiales de la derecha más agresiva (aunque so pretexto de liberalismo), que diferenciamos del Vargas Llosa novelista, que mantiene viva su sensibilidad como autor de grandes ficciones del realismo histórico-social. Lo invito a que reconsidere esta desafortunada invitación que ofende a un gran sector de la cultura argentina y que junto a las respectivas comisiones directivas de la Fundación El Libro determine que la conferencia de Vargas Llosa –que podríamos escuchar con respeto en la disidencia- se realice en el marco de la Feria pero al margen de su inauguración, y que para este evento inaugural, como es costumbre, se designe a un escritor argentino en condiciones de representar las diferentes corrientes artísticas y de ideas que se manifiestan hoy en la sociedad argentina.
Afectuosamente
Horacio González
Director de la Biblioteca Nacional