Como todos los años la provincia de Salta recibe a cientos de miles de fieles de todo el país para honrar en la procesión al señor y a la Virgen del Milagro, por lo general también asiste el presidente de la República y otras autoridades, pero este año la “pastoral” de Salta emitió un comunicado sin precedentes sobre la visita del presidente. No solo por su desafiante y tono agresivo sino porque niega a Macri en calidad de presidente de la república a asistir a un acto público.
Comunicado del padre Raúl Méndez
«Es oficial el anuncio de que Macri pretende venir para la Misa del día 15 de setiembre. Junto con otros miembros del clero manifiesto mi oposición a tan inoportuna visita. En estas circunstancias su presencia será una provocación, que provocará la lógica reacción. No tiene sentido venir a empañar la fiesta de los salteños. Lo más razonable es que suspenda semejante previsión y nos deje tranquilos. Más bien que se ocupe de resolver los graves problemas en que embarcó al país.» P..M.
Este texto es una declaración de «persona no grata», no solo a un Jefe de Estado, sino la negación de un derecho a un ciudadano argentino.
Ese comunicado ignora las relaciones institucionales y los convenios de la República Argentina con el Estado Vaticano, desconoce su investidura y pone en evidencia criterios que no se compadecen no solo con los principios democráticos sino con los preceptos religiosos.
No se conocen antecedentes que un cuerpo orgánico de la Iglesia Católica de una provincia se haya reservado “el derecho de admisión” a una masiva manifestación de fe como es la procesión del Milagro.
Poco faltó para que esta pastoral local promoviera la excomunión del presidente Macri. El antecedente más reciente, y también más ambiguo y confuso, fue la excomunión de Perón en 1955 como respuesta al enfrentamiento de su gobierno con la Iglesia Católica.
Por una deliberada desmemoria, ese comunicado no menciona en septiembre de 1979 el dictador Jorge Rafael Videla, acompañado del general Luciano Benjamín Menéndez, no solo presidieron el tedeum en la Catedral Basílica y comulgaron, sino que encabezaron la procesión del Milagro. A la pastoral de entonces no se le ocurrió vetar la presencia protagónica de estas dos principales cabezas de la represión ilegal.
De forma implícita se sienta un principio de extra territorialidad: es una fiesta de los salteños. De este modo, la Provincia de Salta y, dentro de ella, una corporación se adjudican la potestad de vetar la presencia en Salta de un Jefe de Estado y de un ciudadano argentino.
No se recuerda que el clero de Salta haya objetado la visita de funcionarios de las dictaduras y a los corruptos, los que no eran considerados una «provocación» y tampoco un motivo de «intranquilidad» de los salteños.
Permitame decirle Padre Méndez que su declaración es una provocación y es lo que empaña esta celebración, repudio sus dichos y repudio que intente hacer política con una celebración tan importante para los salteños.
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– Fuente: Facebook