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WordPress.com plagió a Salta 21. Robo de artículos.

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En el sitio web, encontré un artículo del 31 de octubre denominado “El velorio de Wayar” por Cristian Omega. La nota pertenece a Miguel Brizuela bajo el tïtulo: “Gritos y llanto en el bunker de Wayar. La traición de Isa y Romero”, publicado el 30 de octubre. Es una verdadera irresponsabilidad de Omega. Pará de robar.

Transcribo la nota y escribo los links correspondientes al artículo que no hizo Cristian Omega y a la nota que hizo el periodista de Salta 21, Miguel Brizuela. Qué creía, ¿qué iba a pasar inadvertido?

Cuando a Salta 21 se le ha pedido alguna nota, la hemos cedido sin ningún problema con la condición que se escriba la fuente y el nombre de quien la hizo. Esta es una prueba de plagio. Vergonzoso y peligroso. Se adjudican el trabajo ajeno. No le cambió ni las comas. Eso sí, en lugar de “gober” puso “gobernador”. Quienes siguen a Miguel Brizuela desde hace años, sabrán que es su estilo. Omega: sos un chanta. No trabajamos para que vengan los incapaces a plagiarnos.

“El velorio de Wayar

Publicado el Octubre 31, 2007 por Cristian Omega

El gobernador Juan Carlos Romero no se siente un perdedor, por el contrario. El conquistó una banca en el Senado y se toma un avión para disfrutar un periodo de descanso en la Madre Patria, es decir, en los Estados Unidos. Allí estudian sus hijos y según publicó en un artículo una revista porteña el gobernador los ha educado en el respeto hacia ese país donde él tiene negocios, socios y amigos influyentes. Su relación con el clan Bush es muy buena. El es el presidente argentino ideal -todavía sueña que puede llegar a serlo- para la derecha imperial yanqui.

No sólo Juan Carlos Romero brillaba por su ausencia en el bunker del Fre.Ju.Vi de la calle Zuviría en la madrugada del lunes para consolar a los derrotados. Tampoco asomó por allí su nariz el reelecto intendente de la capital, Miguel Isa. Prefería tomar distancia de los perdedores. El fue el gran ganador de la jornada y prefirió un banquete con sus íntimos en la mansión de su hermano Daniel -su brillante estratega e ideólogo- en la zona del portezuelo.

Demasiado tiempo ambos han estado prodigando sus talentos, la inteligencia del uno y el carisma del otro, a los patrones de turno. Ahora ellos tienen el poder. Tienen el apoyo popular y es hora ¿por qué no? de poner proa hacia el Grand Burg. Miguel Isa gobernador debe ser ahora la meta. ¿Por qué no? Y para ello nada mejor que la derrota de Wayar para que emerja Miguel como líder del pueblo peronista.

Los Traidores

Walter Wayar trajinaba el sendero de la derrota mintiendo patéticamente: “vamos ganando”, decía una y otra vez.

Quizá por aquello de que la victoria tiene muchos padres y la derrota es huérfana sus dos mayores aliados lo dejaron solo, muy solo, rodeado por un ejército de perdedores como él, punteros que se lamentaban, militantes dolidos y consternados. Isa y Romero nunca llegaron a la sede de la calle Zuviría. Sus ausencias pesaban, y mucho.

Una dirigente barrial perdió la paciencia y gritó -golpeando furiosamente una mesa con el puño- lo que todos pensaban y nadie se animaba a decir en voz alta:. ¡acá hubo traidores! ¿dónde está Juan Carlos? ¿donde está Miguel Isa?

Al gobernador lo acusan de jugar solapadamente para Urtubey. Al intendente de mandar a cortar boleta para perjudicarlo a Wayar y hacerlo perder. Lo cierto que tanto Romero como Isa ganaron el domingo. Wayar fue el gran perdedor.

“Pobre tipo”, comentaba anoche un parroquiano en un café de la calle Pellegrini. “Se pasó 12 años aguantando todo. Siempre obsecuente, siempre sometido. Relegado a ser el segundo para poder llegar alguna vez a ser el primero y ahora que le tocaba a él ser el primero mirá cómo le fue”.

El velorio

La primera hora de la madrugada del lunes todavía se pudo mantener la mentira del triunfo en el bunker de Wayar. La esperanza renacía con el vaivén de los números del escrutinio oficial. Cinco consultoras -cuatro locales y una nacional- habían pronosticado el triunfo de Urtubey. Wayar insistía en que ganaba. Cuando le preguntaban en qué medición se basaba para afirmar eso no podía recordar el nombre de la empresa. Luego decía que era información que le daban sus fiscales.

A la 1,30 ya todo era festejo en el bunker del Partido de la Victoria – PRS en el hotel presidente. Los últimos atisbos de alegría en la sede del Frente Justicialista de la Victoria -la batucada de Asociación Trabajadores de la Sanidad Argentina y de la banda del Negro Siares que metían bulla en la calle- arriaron los tambores a esa hora. Un último intento de recobrar aliento se dió en la vereda y en el hall de acceso, cuando un grupo empezó a saltar gritando ¡el que no salta es de Urtubey! Entremedio hubo grescas, gritos, mucho nerviosismo.
Después todo fue un velorio. No quiero decir como un velorio, sino propiamente un velorio. El ambiente era realmente mortuorio. Las caras largas, los rostros dolidos, crispados. Llanto. Dolor. Algún grito ahogado. Murmullos, diálogos en voz baja. Dirigentes, militantes y punteros hipnotizados, inmóviles, con la mirada clavada en las pantallas de las computadoras, mirando los números del escrutinio oficial que daban ganador a Juan Manuel Urtubey”.

El artículo de Omega

http://es.wordpress.com/tag/wlater-wayar/

El artículo de Brizuela

https://www.salta21.com/spip.php?article350

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