Los tiempos políticos actuales bifurcan la realidad en dos ramas puntuales: 1) El capitalismo financiero ó 2) Una economía distributiva popular y democrática.
EL CALITALISMO FINANCIERO SALVAJE
El capitalismo financiero salvaje es un sistema económico, subtipo del capitalismo, que surgió a principios del siglo XX y presenta como característica principal la subordinación de los medios de producción a la acumulación de dinero y obtención de ganancias a través del mercado financiero (acciones, productos financieros, valores, derivados y mercado de divisas). El capitalismo financiero está presente en la economía mundial hasta la actualidad.
Características principales (fuente Escuelapedia.com)
* Fuerte presencia en la primera mitad del siglo XX, de empresas (industrias, comercios y finanzas) monopolizadoras.
* Integración de capital industrial a la banca.
* Búsqueda de ganancias importantes en el mercado financiero, a través de la negociación de acciones, divisas, derivados y otros productos financieros.
* Fortalecimiento del sistema de créditos y financiamiento para la adquisición de activos (bienes raíces, automóviles y otros productos).
* Fortalecimiento de mercados bursátiles.
* Aparición de las empresas multinacionales (transnacionales).
* Creciente importancia de los bancos en la vida empresarial y de las personas.
* Dependencia del sistema para pagar las facturas, obtener préstamos y financiamientos, inversiones y otras actividades financieras.
* Aumento de la especulación financiera en los mercados. Aumento de los beneficios de los bancos, intermediarios financieros, seguros y firmas de corretaje que operan con acciones en bolsas de valores.
* Aparición y recuperación de profesiones orientadas hacia el mercado financiero.
* Creación, uso y dependencia de sistemas tecnológicos en las operaciones financieras.
Nada más acorde con la desestructuración del campo social que las medidas de destrucción implementadas por este gobierno de derecha. De arranque la derecha mostró sus intenciones destructivas. Macri al gobierno, sojeros al poder, y balas de goma a quienes lo resistan. En paralelo, los Gerentes de Empresas bajaron línea en los ministerios: «Venimos a desideologizar», los funcionarios se deben a «los clientes»; lo importante es la «productividad»; o sea la absoluta rentabilidad de los dueños del poder (económico-mediático y judicial). Por definición, los gerentes odian al Estado, que siempre fue su enemigo potencial.
De ahí su repudio a la militancia y la necesidad por desarticularlos con premura. Necesitan la soledad de sus “dañinas” acciones, sin resistencia popular, a la cual detestan. Lo lamentable es que en estas acciones, está presente el colaboracionismo de mucha presencia ciudadana, que actúa por reacción a lo popular. Es la transpiración del pueblo (del obrero) lo que produce tirria a los sectores de la oligarquía tradicional y a los que quieren subirse a ese tren, gratuitamente (tradicionalmente definidos como cipayos)
2) LA ECONOMÍA DISTRIBUTIVA Y POPULAR (Wikipedia)
La economía distributiva es el reconocimiento de que cada ser humano es co-heredero de los frutos del trabajo de las generaciones precedentes. Es la economía de la abundancia en oposición a la economía actual basada en leyes heredadas de una economía de escasez. Ya que la riqueza aumenta aunque el trabajo de producción disminuya hay que tomar medidas que aseguren el reparto equitativo de las riquezas producidas. Eso es lo que hace la economía distributiva cuando atribuye una renta social a cada uno, desde su nacimiento hasta la muerte. La comunidad debe garantizar la vida a todos sus miembros, ya que gracias a ellos, obtiene definitivamente los medios. Su rol no es y no ha podido ser jamás procurarles un trabajo, sino el de procurar productos.
Así pues, el derecho a los productos y servicios deriva únicamente del hecho de pertenecer a la raza humana. Es la imprescriptibilidad del derecho a la vida que el hombre posee en estado salvaje y al cual no puede renunciar si casualmente su nacimiento lo introduce en una sociedad modernamente equipada. El derecho a los productos y a los servicios ¿debe ser igual para todos?; se respondería afirmativamente, puesto que la labor humana, conjugada hoy con las herramientas de que disponemos, genera un rendimiento que no es ya proporcional al trabajo. ¿En estas condiciones, cómo separar la parte que vuelve a cada uno? Apresurémonos a decir que la igualdad económica absoluta de todos no es indispensable para la economía de la abundancia.
Indudablemente, que se trata de la pugna entre dos modelos políticos, uno que pone en la superficie, la mezquindad humana (expulsiva) y otro que reflota los mejores sentimientos de la civilización (inclusiva). Esos logros que S. Freud, los dividió en Eros y Tanatos o los sentimientos que contribuyen al desarrollo de la vida y aquellos que favorecen su destrucción, y que la conducta humana se encarga de promoverlos o contradecirlos en esas paradojas propias de la especie, que también definen su constitución y que tanto conmocionan al actual Papa: Francisco señaló la importancia de aplicar un modelo económico con los sectores más desfavorecidos de la sociedad al encontrarse con representantes de la sociedad civil. “En esto, la adoración del antiguo becerro de oro ha encontrado una versión nueva en el fetichismo del dinero y en la dictadura de la economía sin rostro”, señaló.
Seguidamente, pidió a los empresarios “no sacrificar humanos en el altar del dinero y la rentabilidad”.
Para el final, ratifico el pensamiento en nuestro medio de Monseñor Lira, quién repetía en cuanta alocución pudiera, que en la vida había dos opciones posibles: estar a favor de la vida o estar a favor de la muerte, en específica alusión a las políticas sociales. Siempre presente la inclusión o la exclusión, según de dónde viniera.